Black Mass (2015), de Scott Cooper – Crítica

Black mass

Es de sobras conocido el gusto de las producciones de Hollywood con una cierta pátina de calidad por historias reales bigger than life que, o bien parecen extraídas de un folletín decimonónico, o bien de la calenturienta imaginación de un escritor pulp. No es de extrañar, por tanto, que la biografía del gánster James “Whitey” Bulger (encarnado por Johnny Depp con su solvencia habitual) haya saltado a la gran pantalla mediante la excelente adaptación de Mark Mallouk y Jez Butterworth del libro homónimo de Dick Lehr y Gerard O’Neill, el cual fue merecidamente galardonado con el prestigioso Premio Edgar a la mejor obra sobre una investigación criminal no ficticia.

Sin duda, el foco de atención argumental de ‘Black mass’ –la relativa connivencia del FBI en el progresivo control de los bajos fondos de Boston por parte de un criminal despiadado y psicópata desde finales de los 70 hasta principios de los 80– es otra vuelta de tuerca al género negro que tan buenos resultados ha dado a la industria cinematográfica no solo bajo criterios crematísticos sino, a menudo, artísticos. Ahí tenemos para probarlo los clásicos noir de los 40 y 50 (Lang, Hathaway, Siodmak…), con su marcado aliento trágico y expresionista, o su mutación más hard-boiled y nihilista durante los años 70 (Peckimpah, Hill, Siegel…).

De hecho, y teniendo en cuenta la época en la que se encuentra ambientada ‘Black mass’, es lógico, casi previsible, que su realizador, Scott Cooper, se haya inspirado en la estilización visual de estos últimos autores citados –integrantes del denominado Nuevo Cine Americano– para plasmar el complejo y rico guion de Mallouk y Butterworth. Ello también responde a una cierta tendencia dentro del cine norteamericano actual de volver hacia ese período del siglo pasado con una mirada que mezcla fascinación vintage posmodernista y análisis histórico; pienso en cintas de resultados tan dispares como ‘American Ganster’ (2007) de Ridley Scott, ‘Zodiac’ (2007) de David Fincher, ‘Argo’ (2012) de Ben Affleck, ‘La gran estafa americana’ (2013) de David O. Russell o ‘Lazos de sangre’ (2013) de Guillaume Canet.

En este sentido, ‘Black mass’ es, a priori, una nueva inmersión en el submundo delictivo de una década convulsa de la historia de Estados Unidos con un excepcional aliciente: el de implicar directamente en este fresco de la criminalidad a agentes de la ley, a hombres de negocios y aun a políticos, lo que explica esa “misa negra” que da título al filme. Sin embargo, pese al impecable punto de partida de la pieza, la plana realización de Cooper la hace zozobrar irremisiblemente.

Y es que, si bien optar por un tono contenido y pausado es del todo lícito, incluso deseable si no se quiere caer en el exceso o el ridículo, “sobriedad” no debería ser nunca sinónimo de “inanidad” o “monotonía”. O dicho de otra manera: una dirección invisible, trasparente, no debería implicar una dirección inerte, mecánica.

Por muy brillantes que sean las líneas de diálogo; por muy bien que interpreten sus actores; por muy lograda que esté la ambientación –gracias a la gran labor de Masanobu Takayanagi como director de fotografía y de Jeremy Woodward como director de arte–, una propuesta fílmica no puede funcionar adecuadamente si su responsable último parece no entender que, en cualquier narración que se precie, es menester ajustar el continente al contenido.

Cooper, por el contrario, se limita a emplear encuadres estáticos en los momentos en que avanza la intriga y tomas aéreas y en movimiento de Boston cuando se ofrece información complementaria. Paralelamente, alterna primeros planos y planos generales según se trate de reflejar la psicología de los personajes o el ambiente en el que se mueven. Y así de forma casi ininterrumpida a lo largo de sus 122 minutos de metraje. Dado que filma de la misma forma una cena familiar que un brutal asesinato, no es casual que el espectador vaya paulatinamente perdiendo el interés por lo que acontece, lo que logra algo que sobre el papel parecía imposible: hacer aburrida una trama llena de acción, suspense, intriga policial, asesinatos y denuncia político-sociológica.

Y conste que Scott Cooper no peca de un exceso de objetividad; en verdad, poco tiene de “objetiva” su manera de decantar las simpatías del espectador. Así, si bien convierte a “Whitey” en un ser tan temible como fascinante, reduce al otro gran protagonista del relato, John Connolly (Joel Edgerton), a una mera caricatura, a un pelele. Porque una cosa es que un representante de la ley se deje seducir por “Whitey” y otra muy distinta es que todo un agente del FBI acabe gesticulando y hablando, más que cualquier otro personaje de la película, como un mafioso encarnado por Joe Pesci. Recordemos que, por su cargo, Connolly ha de tener estudios universitarios y formación en Quantico. Si Cooper quería incidir en la “pérdida de la gracia” de Connolly, convertirlo en un barriobajero no era la opción más verosímil.

Según lo expuesto, en definitiva, ‘Black mass’ puede ser puesta como ejemplo de que el cine es eminentemente un arte de imágenes y de montaje, o lo que es lo mismo: de saber relacionar adecuadamente el espacio y el tiempo. Recomendable para aquellos a los que solo les importe que les cuenten una buena historia –no importa lo mal que esta esté contada–, uno no puede evitar pensar en lo que una premisa con tantísimo potencial habría podido llegar a ser en manos de Martin Scorsese o incluso de Brian De Palma.

Black mass

Sinopsis El agente del FBI John Connolly convence a «Whitey», un mafioso irlandés que acaba de salir de la cárcel, para que colabore con el FBI con el fin de eliminar a un enemigo común: la mafia italiana.
País Estados Unidos
Director Scott Cooper
Guión Mark Mallouk, Jez Butterworth (Libro: Dick Lehr, Gerard O’Neill)
Música Tom Holkenborg
Fotografía Masanobu Takayanagi
Reparto Johnny Depp, Dakota Johnson, Joel Edgerton, Juno Temple, Guy Pearce, Benedict Cumberbatch, Kevin Bacon, Peter Sarsgaard, Jesse Plemons, Sienna Miller, Rory Cochrane, Julianne Nicholson, Adam Scott, David Harbour, Jeremy Strong, Brad Carter, W. Earl Brown, Corey Stoll
Productora Warner Bros | Cross Creek Pictures | Le Grisbi Productions
Género Thriller
Duración 122 min.
Título original Black Mass
Estreno 23/10/2015

Trailer

Calificación4.5
4.5
Etiquetas películas intriga

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Elisenda N. Frisach

Filóloga y editora de profesión y escritora de vocación, le apasiona el arte en general, sobre todo el cine, la literatura y la pintura. Por eso ha colaborado en diversos medios de comunicación como crítico de arte (reseñas de discos y conciertos, películas y festivales, exposiciones, libros...). Se autocalifica de humanista, y no de ingenua, al creer en el poder del amor, la verdad, la ética y el humor. Ideológicamente, sus principales influencias son Gandhi y Schopenhauer, mientras que le fascina la cultura rusa (Dostoievski,Tarkovski, Agmatova...).

1 comment

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  1. Lidia 23 octubre, 2015 at 17:44 Responder

    No estoy muy de acuerdo,a mi me parece una apuesta más que acertada,y en líneas generales más que correcta.Para mí una de las mejores películas del año sin duda.Y la actuación de Johnny Depp es más que solvente como dice el artículo,de hecho sería raro no verlo al menos nominado al Oscar.Y por otro lado,la frasecita del final….digamos que la había ya leído antes en el artículo de Boyero…ejem ejem.

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