Colossal (2016), de Nacho Vigalondo – Crítica

Colossal

«Muchos pensarán que Vigalondo se ha vuelto loco con Colossal. Lo cierto es que ha logrado una película diferente, que hace reír y también conmueve.»

Si hay algo que caracteriza a Nacho Vigalondo es que es un director diferente. Crea historias complejas en las que juega con el espectador sin dar pistas de qué o quién comete los actos que se suceden en la trama. Colossal, aún sin fecha de estreno en España, no le va a la zaga y se convierte en una de las obras más complejas del director cántabro. Si bien la historia es sencilla, el contenido que se esconde tras ésta es rico y no siempre evidente.

Vigalondo, como ya hizo en películas anteriores como Los cronocrímenes o Extraterrestre, juega con los géneros constantemente. Drama, comedia y ciencia ficción se combinan para conformar Colossal.

Gloria es una joven de Nueva York con problemas de alcoholismo que decide retornar a su pueblo cuando su pareja la echa del piso donde vivían. El motivo no es otro que intentar centrarse, resolver su problema con la bebida y buscar trabajo.Mientras tanto, en la otra punta del mundo, la ciudad coreana de Seúl vive un auténtico infierno cuando un monstruo gigantesco aparece para destruir todo lo que sale a su paso. Lo que Gloria no sabe es que la aparición de este monstruo tiene que ver mucho con ella y con los actos que realice.

De nuevo, Vigalondo nos cuenta una historia donde los personajes vuelven a ser lo más importante. Tanto Gloria como Oscar, y el resto de amigos del pequeño pueblo donde sucede la trama principal, resultan acomplejadamente cotidianos. Dentro de cada uno de ellos existe un trauma y una lucha interna de la que intentan escapar. Vigalondo se ha dejado acompañar de dos de los actores indie más importantes: Anne Hathaway (La boda de Rachel, 2008), imponente como mujer de armas tomar, y Jason Sudeikis (Cómo acabar con tu jefe, 2011), que abandona temporalmente, y no del todo, su vis más cómica para convertirse en una suerte de psicópata. Su personaje, Oscar, es una de las grandes sorpresas del film.

Con todos estos ingredientes, y un monstruo de por medio, muchos pensarán que Vigalondo se ha vuelto loco. Sin embargo, ha logrado una película que hace reír, contiene acción y a la vez conmueve con un metafórico mensaje.

Colossal

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David García

Nací en Barcelona, en 1979. Estudié un Máster en Comunicación Audiovisual y en el año 2000 entré en Ràdio Sant Boi. Quince años después, ahí sigo, ahora colaborando en un 'magazine' titulado 'De dissabte', donde llevo la sección de series y cine.

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