Diálogos de cine sobre el amor

El cine, desde sus orígenes, ha experimentado la capacidad de atrapar la realidad, dotarla de una irrenunciable forma de existencia y hacerla visible en la conciencia de aquellos que reparan en ella. Así, a lo largo de generaciones, el espectador se ha visto reflejado en la gran pantalla y ha contemplado la reconstrucción de sus experiencias vitales. Sin embargo, a veces ocurre que se muestran distorsionadas, deformadas de manera intencionada. El tratamiento del amor en el cine es lugar común donde ocurren estas cosas, quizá porque no hay sentimiento que atrape más al ser humano y por tanto, que vaya a despertar mayor interés.

Cuando hablo de distorsión, me estoy refiriendo a áquello que la gran mayoría sentimos o sabemos que sólo pasa en las películas y que a fuerza de reiterarse, contribuyen a crear modelos irreales. Un ejemplo que se me ocurre, es la mítica frase de ‘Love Story’: <<Amar significa no tener que decir nunca lo siento>>. Elevada a la cumbre del romanticismo, traspasó la pantalla para instalarse en la vida real, como una máxima en la relación íntima entre dos personas.

Personalmente, en este terreno, me decepciona la escasa voluntad, en tantos largometrajes, por tratar el amor de manera honesta. El cine también debe estimularnos la imaginación, pero ya va siendo hora de que deje a un lado los tan manidos clichés con los que se construyen muchas de estas historias.

Así, he querido recopilar algunos momentos de película que de manera cómica, agridulce, dura, amistosa, épica, sensible o irónica, han abordado el amor sin florituras innecesarias. La esencia van a ser las palabras. Diálogos de cine que dejan ver como las personas afrontan ese sentimiento.


 

Bringing up Baby’ (La fiera de mi niña, 1938). Howard Hawks.

La fiera de mi niña

Susan: «Su pelota de golf, su coche. ¿Pero hay algo en el mundo que no le pertenezca?

David: «Sí, gracias a dios: usted»


 

The Apartment’ (El Apartamento, 1960). Billy Wilder.

El apartamento

Srta. Kubelik: «¿Hay que vestirse para la cena?»

Baxter: «No. Venga como está»

Srta. Kubelik: «Qué bien maneja la raqueta»

Baxter: «Soy un verdadero campeón. Tachán, tachín… y ya verá cómo sirvo las albóndigas»

Srta. Kubelik: «¿Quiere que encienda las velas?»

Baxter: «Claro, hay que ser romántico»

Srta. Kubelik: «¡Ha comprado servilletas!»

Baxter: «Hay que hacer bien las cosas. Yo vivía como Robinson Crusoe, era un náufrago entre 8 millones de personas, hasta que un día vi pisadas en la arena y la encontré a usted. Es maravilloso, cena para dos»


 

Barefoot in the Park’ (Descalzos por el Parque, 1967). George Saks.

Corie: «¿Qué ha sido eso? ¿Un beso?»

Paul: «¿Quieres entrar? Este es un hotel respetable»

Corie: «¿Ha sido un beso? Pues mira, si en adelante los besos van a ser así, no te molestes en volver a las cinco y media»

Paul: «¡Corie… no puedo besarte más, tengo los labios entumecidos! ¡Y ahora entra!»

Corie: «Si no me das un beso, un beso de verdad, te devuelvo tu pijama ahora mismo»


 

Annie Hall’ (1977). Woody Allen.

Annie Hall

Alvy: «¿Me has hecho venir a las tres de la madrugada porque hay una araña en el cuarto de baño?»

Annie: «Ya sabes que asco me dan los insectos, no puedo dormir con un bicho vivo paseándose por el cuarto de baño»

Alvy: «¡Mátala por todos los demonios! ¡Haberla matado!. ¿No tienes matarratas en la casa?»

Annie: «No»

Alvy: «¡Te he dicho cientos de veces que debes tener siempre insecticida en la casa! Nunca se sabe quien aparecerá arrastrándose

Annie: «Lo sé, lo sé… y un botiquín y un extintor de incendios»

Alvy: «Está bien, dame una revista, estoy un poco cansado. Estas no son horas, te ríes de mí, tengo que estar preparado para todo… una emergencia, una inundación, un terremoto. ¡Eh! ¿Qué es esto? ¿ Has ido a un concierto rock?

Annie: «Sí»

Alvy: «Ah sí, ¿de veras? ¿No me digas? y qué ¿te gustó? ¿Fue ferolítico? ¿fue de veras super ferolítico?

Annie: «Fue grandioso»

Alvy: «Ya, escalofriante. Oye porque no llamas al tipo que te llevó al concierto rock y le dices que venga a matarte la araña. Sería una gran idea»

Annie: «Yo te he llamado a ti, ¿quieres ayudarme o no?

(…)

Alvy: «Ya está, he matado a las dos. ¿Qué te pasa, qué tienes, por qué lloras? ¿Qué querías? ¿Qué las capturara y rehabilitara?

Annie: «No te marches, por favor Alvy»


 

The Bridge of Madison County’ (Los Puentes de Madison, 1995). Clint Eastwood.

Los puentes de Madison

Francesca: «¡Cuándo te vayas voy a tener que sentarme aquí el resto de mi vida, preguntándome qué me ocurrió! Tendré que preguntarme si estarás sentado en la cocina de un ama de casa en Rumanía o en cualquier otro lugar, contándoselo todo acerca de tu mundo de amigos, incluyéndome en ese grupo»

Robert: ¿Qué quieres que diga?

Francesca: «Yo no quiero que digas nada. En realidad no necesito que digas nada»

Robert: «Quiero que acabes con esto ahora mismo»

Francesca: «Bien, ¿más huevos o quieres que follemos sobre el suelo por última vez?»

Robert: «Yo… no voy a disculparme por ser quien soy»

Francesca: «No. Nadie te pide que lo hagas»

Robert: «Y no voy a permitir que me hagas sentir que he hecho algo mal»

Francesca: «No, no te preocupes, no te voy a hacer sentir nada y punto. Porque te has creado ese papelito en el mundo en el que consigues ser un mirón, un ermitaño y un amante cuando lo deseas, y los demás debemos sentirnos muy agradecidos por ese breve momento que nos tocaste ¡Vete al cuerno! ¡No es humano no sentirse solo y no es humano no sentir miedo! ¡Eres un hipócrita y un falso! »

Robert: «No quiero necesitarte»

Francesca: «¿Por qué?»

Robert: «Porque no puedo tenerte»

Francesca: «Quieres decirme qué importa eso»


 

Martín Hache’ (1997). Adolfo Aristarain.

martin hache

Alicia: «No entendiste, no es que me voy a Madrid. Se acabó. No hay nada que hablar, se acabó, se terminó. Yo no puedo seguir así. No es por las boludeces que decís cuanto te tomás dos copas. No estamos bien Martín, vos lo sabés, prefiero cortar ahora antes de que se pudra todo»

Martín: «¿Y desde cuándo no estamos bien?

Alicia: «Yo no estoy bien, no se si me querés, no se quien soy, soy tu mujer, pero no soy tu mujer. Hace un año que estamos juntos, pero no estamos juntos, yo sigo estando sola. ¡No puedo estar sola Martín, no puedo!»

Martín: «Ya me parecía que la cosa venía por ahí. Vos tenés miedo que se pudra todo. Si vivimos juntos seguro que se pudre todo»

Alicia: «¿Por qué seguro? ¿Por qué nos va a ir mal? ¡Y si nos va mal, cuál es el problema!. Si no podemos vivir juntos, nos habremos echado y no pasa nada»

Martín: «Pasa, siempre pasa algo. Podemos perder esto que tenemos. No quiero correr el riesgo. No es que no quiera vivir con vos, no quiero vivir con nadie, me acostumbré a estar solo. Me gusta estar con vos, pero me gusta vivir solo ¿Es tan difícil de entender?»

Alicia: «Para nada. Está claro. Pensé que yo era distinta, pero soy otro nadie, igual que los demás»


 

As good as it gets’ (Mejor Imposible, 1997). James L.Brooks.

Mejor imposible

Melvin: «Tengo un cumplido realmente estupendo para ti. Y es cierto»

Carol: «Me da pánico que vayas a decir algo horrible»

Melvin: «No seas pesimista, no es tu estilo. Muy bien. Allá voy… está claro que es un error. Tengo una dolencia. Mi médico, un psiquiatra al que solía ir continuamente, dice que en el 50 o 60% de los casos una pastilla ayuda mucho. Yo las odio, son muy peligrosas. Aquí utilizo la palabra odio para las pastillas ¡odio! Y mi cumplido es que aquella noche, cuando viniste a casa y me dijiste que nunca te… vale, bien, estabas allí, ya sabes lo que dijiste. Bien, mi cumplido para ti es que por la mañana, empecé a tomar las pastillas»

Carol: «No logro captar por qué es un cumplido para mí»

Melvin: «Tú haces que quiera ser mejor persona»

Carol: «Pueda que sea el mejor cumplido de toda mi vida»


 

En la ciudad sin límites’ (2002). Antonio Hernández.

En la ciudad sin límites

Carta de Max a Rancel:

«El nombre no se ha borrado, tu cara sí. Se mezcla con otras caras deformándose. No sé si todo es parte de la tortura, ya no distingo. No sé si él te dará esta carta, no sé si es amigo o miente. Hubiera querido abrazarte, pero me muero, queda poco tiempo.

He visto el tren, los he visto dentro, muchas veces, esperándote y tú sin saberlo. Otras veces lo sabías y huías a tiempo o lo han inventado para que les diga dónde estás. Tengo que evitar que subas a ese tren porque te va a llevar a la muerte. Otras veces estás ya muerto, como yo. Otras me hablas y sonríes y dices cosas que nunca habías dicho, y que me quieres. Yo hubiera querido quererte, pero no pude.

A veces sueño que seguimos allí; y que el tiempo es nuestro; y que tu boca recorre mi cuerpo desnudo y entonces mis hijos nos ven abrazados desnudos, pero ya no son mis hijos, son los hijos de ella. No los conozco, no conozco a nadie.

¿Recuerdas?. La libertad viaja contigo en ese tren, si te encuentran te matarán y la ciudad seguirá creciendo sin salidas para nadie. Sólo tú puedes enseñarles a mis hijos a andar ese camino. Hazlo y así sabré que me has perdonado.


 

Gegen Die Wand’ (Contra la pared, 2004). Faith Akin.

Contra la pared

Sibel: «¿Crees que mi nariz es bonita? Tócamela. Mi hermano me la partió porque me sorprendió haciendo manitas. Ahora tócame las tetas. ¿Has visto alguna vez unas tetas tan alucinantes? Quiero vivir Cahit, quiero vivir, quiero bailar y quiero follar y no sólo con un hombre. ¿Me entiendes?»

Cahit: «No soy tonto»

Sibel: «No entiendes una mierda. ¿Te casarás conmigo Cahit?»

Cahit: «Olvídalo ¡Casarnos! ¡Estás loca! ¡Casarnos no es un juego de niños!»

Sibel: «¡Será de mentira! ¿Es qué no lo comprendes?»

Cahit: «¡No, no lo comprendo!»

Sibel: «¡Sólo será un pretexto ante mis padres para no tener que seguir viviendo en su casa! Viviremos juntos y te prometo que seré una buena compañera de piso, haré la compra, cocinaré, lavaré, limpiaré el baño, tendremos habitaciones separadas, no follaremos, no haremos nada»

Cahit: «¡Y tus padres!»

Sibel: «Con tus suegros apenas tendrás ninguna relación»

Cahit: «¡Qué tendré que hacer, eh! ¿Quieres hacer el favor de decírmelo?»

Sibel: «Sólo deberás visitarlos de vez en cuando»

Cahit: «¡Y fingir que somos marido y mujer o qué…! ¡tía tú estás mal de la cabeza! ¿y por qué conmigo? ¡soy un vago, soy un desastre!»

Sibel: ¡Por qué te tienen que aceptar, eres turco, mierda!»


 

Before Sunset’ (Antes del Atardecer, 2004). Richard Linklater.

Antes del Atardecer

Jesse: «Soy tan feliz de poder estar contigo. Me alegro que no te hayas olvidado de mí»

Celine: «No lo hice y eso me jode. Vienes a París, tan romántico y casado. Que te den. A ver si te enteras. No quiero salir contigo. ¡Lo último que necesito es un hombre casado! Ha pasado tanto tiempo… Ya no se trata de ti. Ese momento nunca volverá»

Jesse: «Dices eso, pero ni te acuerdas de haber hecho el amor»

Celine: «Claro que me acuerdo»

Jesse: «¿De verdad?»

Celine: «Son cosas que decimos las mujeres»

Jesse: «¿En serio?»

Celine: «¿Qué iba a decir? ¿Que me acordaba del vino en el parque? ¿De cómo mirábamos las estrellas desaparecer? Lo hicimos dos veces, idiota.

Jesse: «¿Sabes qué? Me alegro de verte»


 

De rouille et d’os’ (De óxido y hueso, 2012). Jacques Audiard.

de oxido y hueso

Stéphanie: «¿Y a ti cómo te fue?»

Alí: «Normal»

Stéphanie: «¿Te parece bien que hablemos de esto? ¿Qué te pregunte qué tal te fue con la chica de ayer y que me contestes que normal?»

Alí: «¿Y qué quieres que te diga?»

Stéphanie: «Nada»

Alí: «Joder»

Stéphanie: «Joder qué ¿Te parece normal largarte con un putón delante de mí? ¿Si yo hiciera lo mismo qué dirías?»

Alí: «Pues nada»

Stéphanie: «¡Ah, sí!, ¿no te importaría?»

Alí: «¡Mierda! ¡Vale ya joder! ¿ Qué coño te pasa?»

Stéphanie: «¿Qué soy yo para ti? ¿una amiga? ¿una amiguita? ¿una colega cómo los otros? ¿Tú follas con tus colegas? Si quieres que sigamos habrá que hacerlo bien. Hay que tener modales. Te hablo de delicadeza. Y sabes muy bien que es, hasta ayer siempre habías sido muy delicado ¿Te parece bien? Seguimos, pero no como animales ¿Qué pasa?»

Alí: «Estoy opé…, bueno estoy opé y ya está. ¿Por qué me miras así? ¿no te apetece?»

Stéphanie: «No»

Alí: «¿Y por qué no?»


 

… Y la mejor declaración de amor de todos los tiempos.

Some Like it Hot’ (Con faldas y a lo loco, 1959). Billy Wilder.

Con faldas y a lo loco

Osgood: «Hablé con mamá. Estaba tan contenta que hasta lloró. Quiere que lleves su vestido de novia. Es de encaje blanco»

Jerry/Daphne: “Osgood, no puedo casarme con el vestido de tu mamá.  Seguro que ella y yo… no tenemos el mismo tipo”

Osgood: “Podemos reformarlo”

Jerry/Daphne: “No hace falta. Osgood, he de ser sincera contigo. Tú y yo no podemos casarnos”.

Osgood: “¿Por qué no?»

Jerry/Daphne: “Pues, primero porque no soy rubia natural”

Osgood: “No me importa”

Jerry/Daphne: “Y fumo. ¡Fumo muchísimo!”

Osgood: “Me es igual”

Jerry/Dapnhe: “¡Tengo un horrible pasado! Desde hace tres años estoy viviendo con un saxofonista”

Osgood: “Te lo perdono”

Jerry/Daphne: “Nunca podré tener hijos”

Osgood: “Los adoptaremos”

Jerry/Daphne: “No me comprendes, Osgood. (Se quita la peluca).  Ahhhh, soy un hombre”

Osgood: “Bueno, nadie es perfecto»

 THE END

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Patricia Díaz Parrondo

Licenciada en Historia y finalizando un postgrado en Métodos y Técnicas en Investigación Histórica y Artística. Cinéfila desde pequeña, apasionada de la música y aficionada a la fotografía, escribe por vocación sobre el 7ºArte.

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