Eisenstein en Guanajuato (2015), de Peter Greenaway – Crítica

Eisenstein en Guanajuato

«Eisenstein en Guanajuato es un retrato bizarro enfocado al trascendentalismo sobre la figura y el mito de Sergei Eisenstein.»

“Los dos temas de la película son Eros y Tánatos […] Si pensáramos más sobre el significado de la muerte, todos viviríamos mejores vidas”. Palabras del director británico Peter Greenaway, que ha vuelto a provocar la controversia con su nuevo trabajo, ‘Eisenstein en Guanajuato‘, un retrato bizarro enfocado al trascendentalismo sobre la figura y el mito de Sergei Eisenstein, el cineasta soviético que revolucionó el séptimo arte con el descenso de un cochecito por las escaleras de Odesa.

A Peter Greenaway le fascina Eisenstein. Lo ha afirmado en alguna ocasión y parece esforzarse por alcanzar ese puesto de honor reservado a cineastas como el ruso, valientes, originales, que van más allá del simple cine narrativo actual –despreciado públicamente por el director británico por su obsoletismo- y buscan en la experimentación nuevas formas comunicativas. Eisenstein lo consiguió en los años 20 con grandes hitos como ‘El acorazado Potemkin‘ u ‘Octubre‘, donde la originalidad del montaje radicaba en el dinamismo y la yuxtaposición de imágenes para la creación de un único concepto simbólico, algo que hasta entonces no se había trabajado; eran tiempos de investigación y teorización sobre el lenguaje cinematográfico, más en la industria soviética, donde era casi una necesidad. Eisenstein pasó a la historia como técnico y teórico del montaje en el cine.

Greenaway, por su parte y salvando las distancias, aspira a postularse también, como ya se ha dicho, en un renovador del cine. Partiendo de una base pictórica, sus filmes destacan por el juego de colores, de decorados, las pantallas múltiples, la inclusión de imágenes referenciales o las voces narrativas externas. En este sentido cabe entender que el vanguardista galés se quiera identificar con el maestro soviético, actuando como un artista disconforme con su propio campo de trabajo.

Todo este preludio sirve únicamente para decir que, si ‘Eisenstein en Guanajuato‘ ha de ser un homenaje, lo es desde una perspectiva sumamente personal. De lo poco que se sabe de la estancia temporal de Sergei Eisenstein en México en el año 1931 para el rodaje de su película inacabada ‘¡Que viva México!‘, Greenaway se atreve a suponer e imaginar que los diez días que conmovieron al director ruso se centraron en todo aquello que, a priori, parece conmoverle a él. Guanajuato es un lugar muy sugerente para sacar a relucir el Eros y el Tánatos, los dos grandes temas del cine de Greenaway; la relación del inicio de la vida con la alegría de la muerte, algo muy presente en la idiosincrasia mexicana. El impacto debió ser profundo para un soviético posiblemente acostumbrado a concebir ambos conceptos desde su utilitarismo.

El Eisenstein de Guanajuato, previamente mirado con recelo en la vecina Estados Unidos –mal contexto para ser comunista-, se nos presenta en la piel del finlandés Elmer Bäck como un ser narcisista, histriónico, infantil, caricaturizado desde la caricatura y rozando la parodia, como si para acortar distancias Greenaway no quisiera tomárselo demasiado en serio. El acercamiento al personaje es una vorágine similar a su acercamiento al medio ambiente mexicano; acompañados de imágenes de archivo, nos llueven nombres, anécdotas, sucesos de la vida de Eisenstein, todo enmarcado en el barroquismo escénico de Greenaway, a ratos toda una experiencia visual, a ratos caído en el exceso. La belleza del culto a la vida y la muerte, al renacimiento, a la sexualidad, va acompañándose de notas discordantes, burlas obscenas y un humor políticamente incorrecto que se impone pero no satura.

Y éste es el punto que tanta polémica ha generado. ‘Eisenstein en Guanajuato‘ no es, ni de lejos, un biopic al uso. Ni tan siquiera pretende serlo. En el momento en que las pulsiones sexuales de Eisenstein se van haciendo más patentes, y asoman por encima del desaliento vital, político o laboral, uno comprende cuál es el factor detonante de toda la parafernalia artística sobre la que girará el film y el motivo final de Eisenstein: su homosexualidad. A algunos les ha molestado sencillamente el hecho; a otros, la excesiva insistencia de Greenaway en este punto, con una cantidad desbordante de desnudos en pantalla –incluyendo una satírica bandera roja en el ano del ruso-, que se acerca más a una provocación contra un sistema homófobo e intolerante que a un verdadero homenaje a la libertad sexual. Sin embargo, la valentía de Greenaway por abordar un tema considerado tabú (las evidencias sobre la homosexualidad de Eisenstein se mantienen como un rumor molesto en un país donde la diversidad sexual no se contempla) también ha sido premiada, por ejemplo, con la concesión del II Premio Ocaña a la mejor cinta del colectivo LGTBI.

Polémicas aparte, el ego Greenaway alcanza tal magnitud que ‘Eisenstein en Guanajuato‘ es muy poco de Eisenstein y mucho de su director, quien parece más interesado en la técnica que en las historias que cuenta. Sergei Eisenstein es más una excusa para un ensayo audiovisual sobre el que Greenaway se mantiene desde su perspectiva egocéntrica y controvertida como un filósofo, un cineasta, un defensor y un crítico, todo al mismo tiempo. Es una muestra más en la filmografía de un director encantado de conocerse, que se sabe original y que, poco a poco, aspira a que, por exceso, se le acabe reconociendo el mérito que cree merecerse.

Eisenstein en Guanajuato

Sinopsis Sergei Eisenstein, el director de “El Acorazado Potemkin” (1925) pasó más de un año en México, para filmar su fascinación por el Día de Muertos y los ritos religiosos de la cultura popular mexicana. Sin embargo, la cinta quedó inconclusa, por lo que en 1979 Grigori Aleksandrov, a partir de los “storyboards” originales de Eisenstein, compiló “¡Que Viva México!, una aproximación al montaje que éste planeaba.
País Países Bajos
Director Peter Greenaway
Guión Peter Greenaway
Fotografía Reinier van Brummelen
Reparto Elmer Bäck, Stelio Savante, Maya Zapata, Lisa Owen, Luis Alberti, Rasmus Slätis, Raino Ranta, Alan Del Castillo, Jakob Öhrman
Productora Coproducción Holanda-Bélgica; Submarine / Fu Works / Climax Films
Género Drama
Duración 105 min.
Título original Eisenstein in Guanajuato
Estreno 08/01/2016

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Calificación6
6

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