‘El juez’ nos recuerda a… ‘Con él llegó el escándalo’

con el llegó el escándalo

‘El juez (The Judge)’, la última película del director David Dobkin es un drama familiar que narra el reencuentro entre un padre y un hijo que desde siempre han tenido importantes diferencias. No es la primera vez que se lleva al cine estos problemas generacionales. Y las discrepancias de los propios padres a la hora de educar a sus niños, o no saber cómo hacerlo, también han sido temas recurrentes en el mundo del celuloide.

Es lo que sucede en el film ‘Con él llegó el escándalo (Home from the Hill)‘ dirigida por Vincente Minnelli en 1960, otro drama familiar, en este caso sureño, de tradiciones más arraigadas y convencionalismos hoy superados, al menos en parte. El personaje que interpreta Robert Mitchum es el de un padre poco entregado a la familia en un principio, que pasa mucha parte de su tiempo cazando y viendo a otras mujeres. La esposa en cuestión (Eleanor Parker) es todo lo contrario: dedicación exclusiva a la educación de su hijo (George Hamilton) y esfuerzo por transmitir unos valores justos y didácticos. El choque se produce cuando un buen día el padre decide que su hijo tiene que seguir sus pasos, yendo a cazar con él y realizando tareas más varoniles para salir de una vez de las “faldas de su madre”. A partir de ahí la convivencia estalla y se convierte en una lucha sin cuartel. La película se precipita y saca a la palestra secretos inconfesables, como el caso de un hijo ilegítimo del patriarca de la familia, que siempre se había querido silenciar aunque era más que sabido en el pueblo.

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‘Con él llegó el escándalo’ es una muestra más del enorme talento de Minnelli y sobre todo de su habilidad de tocar géneros muy distintos y de hacerlo bien, con buena nota, dominando cualquier vértice extremo del oficio. Por inercia se le une siempre con el musical (‘Un americano en París’, ‘Melodías de Broadway‘, ‘Gigi‘), pero en su filmografía suenan con igual fuerza ‘Cautivos del mal‘ o ‘Los cuatro jinetes del Apocalipsis‘, siempre más cerca del drama, contando historias poderosas, que no dejan indiferente. Es lo que ocurre también en ‘Con él llegó el escándalo’. La historia llega a un punto de no retorno, las conversaciones llevan consigo odio y reproches. Robert Mitchum está enorme en su papel, no es un actor precisamente expresivo y apto para cualquier registro, sin embargo en el film de Minnelli no deja dudas porque se nota que ese personaje es para él. Su contundencia en las palabras y en ese gesto rudo y característico hacen que ese padre no acepte un “no” por respuesta, y empleará todo su poder para que sea su opinión la que finalmente se imponga. Pero tiene enfrente una dura competidora, el personaje de Eleanor Parker no es el de una esposa sumisa, también alza la voz y no tiene reparos en contestar a su marido aún estando en una sociedad machista y dominada por los hombres. Y es que cuando está en juego la vida y el futuro de un hijo cualquier madre saca toda la fortaleza que lleva dentro, y a esta mujer además le sobra valentía. Parker tiene una presencia y un saber estar que no se acompleja ante ningún hombre y por muchas adversidades que se le presenten. Su elegancia y poderío recuerdan a su papel de baronesa en ‘Sonrisas y lágrimas’, y su sufrimiento a ‘Sin remisión‘. En ‘Con él llegó el escándalo’ no pierde nunca la compostura, no se deja arrastrar por las provocaciones ni por la rabia contenida. Su elegancia como mujer está muy por encima y eso no lo sabe hacer cualquier actriz.

Podría discutirse a fondo si esta película ha perdido con el paso del tiempo, probablemente algunas aspectos más primitivos están superados, pero no al cien por cien y tampoco en todos los casos. Los conflictos familiares, con sus variantes generacionales, pueden variar de enfoque, pero seguirán existiendo.

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