«El rey tuerto expone de manera contundente el descontento que vive la ciudadanía como causa de la paupérrima gestión política y de la subordinación de los derechos y libertades al sistema económico.»
Película con contenido de rabiosa actualidad debido a los sucesos que desarrolla: un antidisturbios destroza un ojo a un manifestante en una protesta ciudadana. El rey tuerto relata como, tiempo después, se produce la confrontación personal de los protagonistas del incidente en una cena informal. Función vestida de drama con encajes cómicos. La cinta y su argumento son utilizadas de forma contundente para exponer el descontento social y moral que vive la ciudadanía como causa de la paupérrima gestión política y de la subordinación de los derechos y libertades al sistema económico.
El rey tuerto es una crónica del momento cultural y socioeconómico actual, utilizando para la exposición hechos acaecidos recientemente. A través de sus diálogos, la película no hace más que confirmar que la verdad es relativa y que admite diversos discursos. Se podría deducir que el principal mensaje final, después de esa permanente búsqueda de la verdad, es una crítica al agobiante control que ejerce el poder económico sobre la democracia popular. Con el fin de elevar al máximo el tono de la discusión política y social, y obtener las conclusiones deseadas por el autor, se han colocado en el enfrentamiento a personajes de un nivel social y cultural radicalmente opuestos.
Se trata de la adaptación al cine de la ensalzada obra teatral El rei borni, estrenada hace ya tres años. Este traslado de los escenarios a la gran pantalla está liderado por los mismos responsables de la obra de teatro, siendo Marc Crehuet director y guionista de ambas. Crehuet había destacado principalmente en la Red de televisiones locales catalanas, y obtuvo su mayor éxito con Pop Ràpid en el año 2011. El rey tuerto es su debut en el cine.
La trama se centra en David (Alain Hernández; Palmeras en la nieve, 2015), un antiguo portero de discoteca reconvertido en policía antidisturbios, obsesionado con el cumplimiento del deber. Comparte una burbuja de placidez e ignorancia junto a su simplísima esposa Lidia (Betsy Túrnez; Los ojos de Julia, 2010), quien vive en su particular mundo donde la nueva cocina ocupa un lugar destacado. La realidad apenas tiene cabida en él. Una aburrida convivencia de pareja que discurre entre monólogos sin debate ni interés.
Sucederán dos hechos que cambiarán sus vidas. David ha destrozado el ojo de un manifestante con una pelota de goma, y su mujer Lidia ha invitado a cenar a una antigua amiga. Ésta, Sandra (Ruth Llopis), se ha convertido después de seis años sin verse en una moderna y culta antisistema. Traerá a la cena a su compañero Nacho (Miki Esparbé), un documentalista social al que los antidisturbios le han destrozado el ojo con una pelota de goma.
La tensión aumenta considerablemente a medida que se van conociendo los hechos, las circunstancias y los protagonistas del desagradable accidente. Es entonces cuando las distancias culturales salen a flote, y los discursos ideológicos empiezan a desmarcarse. En la controversia siempre sale vencedor el que mejor sabe argumentar, el mejor capacitado culturalmente. Es entonces cuando extraemos la verdadera esencia del título de la obra, aplicado al populacho inculto, al país de los ciegos, donde el tuerto es el rey. Y éste, crecido por su vanidad, reconvertirá al moldeable súbdito obsesionado con la obediencia ciega en un títere ansioso por una protesta social que no tiene capacidad de comprender.
Es muy destacable la espléndida actuación de todos los actores y actrices, los mismos de la obra teatral. En especial la de Alain Hernández, aportando naturalidad a un personaje bastante extremo.
En definitva, una comedia negra no exenta de dramatismo que mueve a la reflexión, localizada en espacios muy limitados y cuyo peso recae casi toda sobre los actores. Por ello, sus referentes pueden ser películas como El nombre (Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte; Francia, 2012), Un dios salvaje (Roman Polanski; Francia, 2011) y La cena de los idiotas (Francis Veber, 1998).
Sinopsis David es un obtuso policía antidisturbios que durante una manifestación dejó tuerto a un manifestante disparándole una pelota de goma. Su mujer Lidia invita a su antigua amiga Sandra a cenar, que casualmente viene con su compañero sentimental Nacho, al que le han reventado el ojo, también en una manifestación. Así empieza un intercambio de golpes ideológicos y posiciones intelectuales, muy cargadas de crítica ácida socioeconómica y cultural, con el resultado de la confirmación de que la búsqueda de la verdad es una tarea difícil, sino imposible.
Título original El rei borni
País España
Género Comedia dramática
Duración 87minutos
Director Marc Crehuet
Guión Marc Crehuet
Reparto Alain Hernández, Miki Esparbé, Betsy Túrnez, Ruth Llopis, Xesc Cabot
Productora Moiré Films / Lastor Media / El Terrat / Televisió de Catalunya / ICEC
Estreno 20/05/2016
Trailer
