‘En un patio de París’ se presenta como una comedia situada en una zona común de vecinos, un microcosmos que debería ser un lugar de encuentro, y en el que sin embargo hay de todo menos eso: encuentro.

No es precisamente una corrala a la española poblada de geranios, ruido de transistores y de vecinos que se llaman de balcón a balcón. Falta cercanía, compañerismo, falta sol. Este patio absorbe y escupe gente sola con cuadros de ansiedad, estrés y frustración. Pero ellos no son conscientes de su propia miseria, la culpa siempre es del vecino. Un día esta comunidad da la bienvenida a Antoine, quien tampoco consigue ver la luz. Para ser una comedia, no tiene una pizca de gracia.

Los personajes se van presentando de forma fluida y cada uno es peor que el anterior, de tal forma que te alegras de no vivir allí, por mucho que sea París, por mucho que el patio en cuestión sea todo un lujo para la vista.

Gustave Kerven dota al personaje de Antoine de una inseguridad que exaspera. No sabes si es producto del consumo de estupefacientes o del pensar constantemente ¿qué coño hago yo aquí? Dan ganas de traspasar la pantalla y sacudirle de los hombros. Cree que necesita estar solo, lo cual le hace en verdad más desgraciado. Decide emplearse como conserje en un edificio, pero incluso en una comunidad de cuatro bloques con tres plantas cada uno puede invadirte la soledad.

Mathilde (Catherine Deneuve) atraviesa otra soledad desesperada. Prejubilada, decide emplear su tiempo en colaborar con una ONG y dedicarse a la comunidad de vecinos. Se presume que ha sido una persona bastante ocupada, puesto que la inactividad de la que goza actualmente le hace perder la cabeza. Una grieta en la pared es el desencadenante de su paranoia, pero le une a Antoine. Su casa se hunde, el barrio se hunde, su vida se hunde. Antoine y Mathilde viven su particular historia de amor nada convencional, convirtiéndose en un salvavidas temporal mútuo.

Es justo mencionar también la interpretación de Pio Marmaï, que da vida a Stephane, el único que de verdad lo ha perdido todo; y de Nicolas Bouchaud, el Sr. Maillard, el típico vecino que te incita a abandonar tu casa sin llevarte nada cada vez que te lo cruzas en el pasillo. Ahora ya no te extraña que en este patio de París la vegetación esté seca.

‘En un patio de París’ es un ejercicio totalmente coral en el que todos respetan los quince minutos de neuras de los demás, y donde los acontecimientos fluyen de una forma lógica, sin giros de guión rocambolescos ni demasiados adornos, por lo que a veces puede parecer un poco lenta.

La película se despoja de cualquier artificio. No hay trampa ni cartón.

Es la historia cotidiana de unos vecinos que han perdido sus superpoderes (energía, ganas de vivir, esperanza) sin saber que los tenían. Es un retrato de como la pérdida de poderes desencadena una pérdida de papeles (impagable la secuencia de Mathilde cuando visita la casa en la que vivió). Es una radiografía de cómo nos reímos de las grietas de los vecinos sin ver las de nuestras almas, de cómo intentamos hacer las cosas bien cuando se acerca el final.

Preparaos para ver una comedia de medias sonrisas o, mejor dicho, un drama que muestra la cara amable (si es que existe) del desasosiego, el abatimiento y la tristeza. ¿Qué le pasaría al anterior conserje?

Sinopsis A Antoine lo contratan para que se encargue del mantenimiento de un edificio de pisos. Mathilde es una jubilada que acaba de mudarse, y que descubre una grieta en la pared del salón. Poco a poco nace entre ellos una amistad torpe entre Antoine y Mathilde.
País Francia
Director Pierre Salvadori
Guión Pierre Salvadori, David Léotard
Música Grégoire Hetzel
Fotografía Gilles Henry
Reparto Catherine Deneuve, Gustave de Kervern, Pio Marmaï, Féodor Atkine, Michèle Moretti, Nicolas Bouchaud
Productora Les Films Pelléas / France 2 Cinéma
Duración 97 min.
Género Drama
Título original Dans la cour
Estreno 22/08/2014

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