No dice nada bueno de nosotros, me refiero a los humanos, que el documental ‘Finding Vivian Maier‘ haya permanecido sin distribución en un gran número de países. Ayer, 25 de marzo de 2015, tuve la oportunidad de asistir a la segunda proyección que se realizaba de la película en toda España, gracias a la Filmoteca de la Rioja.
Es triste que en todo Iberoamérica apenas unos centenares de personas hayan podido acceder a ella, pero desolador si nos fijamos en el contrapunto que suponen las excelentes cifras de cintas tan insustanciales como la cuarta parte de Transformers o de Los juegos del hambre.
Y es que ni siquiera sus nominaciones a mejor documental en los Satellite Awards, los BAFTA y los Oscar han permitido vender la película. Es una verdadera pena, pues se trata de una historia bella y triste.
En 2007, John Maloof adquirió en una subasta un archivo de fotografías con las que pretendía ilustrar un libro de la historia de Chicago que él mismo estaba escribiendo. La casa de subastas se hizo con esos negativos ya que se había dejado de pagar el alquiler del trastero donde se encontraban.
Maloof, tras revisar el material, decidió que no le servía y comenzó a revenderlo por internet. De esta manera, las fotografías llegaron hasta oídos de Allan Sekula; historiador, fotógrafo y cineasta (‘The Forgotten Space‘, 2010); que tras visualizarlas alertó a Maloof del tesoro que había adquirido.
Así comenzó un trabajo de investigación para descubrir quien hizo todas aquellas maravillosas fotografías. Se trataba de una mujer misteriosa y solitaria que trabajó durante toda su vida como niñera, pero cuya obsesión por la fotografía la llevó a acumular en una pequeña estancia un archivo con unos 150.000 negativos. Vivian Maier falleció en 2009 ajena a que su nombre figuraría junto a los más prestigiosos fotógrafos de la historia.
‘Finding Vivian Maier‘ narra este proceso de investigación y trata de desvelar como fue la vida y la personalidad de Maier. Se trata de una película ágil, de espíritu divulgativo, que desde mi punto de vista no consigue ahondar en la enigmática figura todo lo deseado, pero desde luego muy meritoria (se financió por crowdfunding). Por lo tanto, considero su visualización imprescindible en el sentido que nos acerca un fenómeno mundial e irrepetible. El trabajo fotográfico de esta mujer está dando la vuelta al mundo por medio de exposiciones en Estados Unidos, Suecia, Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia, Alemania, etc. Y nosotros con los robots y los sinsajos.
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