«Stephen Frears muestra en Florence Foster Jenkins lo buen director que es, lo bien que maneja el ritmo, la capacidad para atrapar las sutilidades de la historia.»

Atención: película de Stephen Frears, nada más y nada menos. El caso es que Florence Foster Jenkins se basa en hechos reales. Vemos a Meryl Streep personificando a Florence y a Hugh Grant encarnando a St. Calire Bayfield, su segundo marido. Debo decir que ambos están en su plenitud como actores, y que en esta película están más que impecables, casi divinos, por no decir divinos del todo.

Es Florence Foster Jenkins el testimonio de una época en la vida de una cierta burguesía americana, aunque es muy posible que no sea la pretensión primera de Stephen Frears a la hora de abordar –y bordar- el tema. Lo que quiero decir con ello es que tenemos ante nosotros el caso real de una mujer que cree tener un talento para el canto. Todas las personas de su alrededor parecen seguirle el juego. Es decir, todos alaban su “talento” de ficción. Sin embargo, Florence, y aquí está la cosa, es una mujer adinerada que, dándose cuenta del juego o no, mantiene y protege a los demás: al profesor de canto, al marido, al pianista que la acompaña en los ensayos y en las actuaciones. Es decir, sus próximos siguen su juego (que es muy serio para ella), ya sea porque se benefician de ello o por compasión. En realidad, una mezcla de ambas cosas: por conveniencia hacen ver que apoyan su “talento”, aunque se rían a sus espaldas; y por otro lado, también hay un amor responsable, pues Florence Foster Jenkins es una mujer enferma que lleva dentro de sí la posibilidad de morir en cualquier momento. Ante tal cosa, ¿quién no quisiera ver encarnados sus sueños de gloria, en este caso escénica, especialmente cuando tiene dinero para poder pagar a los demás?

Estamos, pues, ante un drama revestido de comedia. Todo muy inglés, aunque el asunto está ubicado en Estados Unidos. Incluso, para darle el acento british, tenemos a Hugh Grant en un papel que nos muestra lo gran actor que es. Por cierto, le queda mejor la madurez actual que aquellos otros papeles de hace años en los que nos tenía acostumbrados a un perfil jovencito, confuso e inmaduro. Sospecho, y así lo espero, que Hugh Grant nos va a regalar muy pronto su mejor trabajo actoral, tal cual se ve su evolución, constatada en esta Florence Foster Jenkins.

Por otro lado, Stephen Frears nos muestra lo buen director que es, lo bien que maneja el ritmo, que no decae. También, la capacidad para atrapar las sutilidades de la historia que nos cuenta. Todo impecable, con mesura, sin más histrionismo del necesario. Si no, compruébenlo a través de la actuación del actor que hace de Cosme, el pianista. Es decir, el personaje de Cosme McMoon, interpretado por Simon Helberg, todo un actorazo.

Vuelvo al tema de la película. Una mujer que se sabe enferma quiere ver cumplidos sus sueños: grabar un disco, actuar en el Carnegie Hall, etc. Se la ve feliz en sus ilusiones, pues cree absolutamente en su “talento”. Sin embargo, esta ilusión está financiada por ella misma. Toda una obra de arte que resulta sutil y emotiva, fina y en su punto. Comedia y drama en sus justas dosis. Cine al completo.

Sinopsis Narra la historia real de Florence Foster Jenkins, una mujer que, al heredar la fortuna de su padre, pudo cumplir su sueño de estudiar para ser soprano. El problema era que carecía de talento, pero la gente acudía a sus recitales para comprobar si de verdad era tan mala cantante como decían los críticos.
País Reino Unido
Director Stephen Frears
Guión Nicholas Martin
Música Alexandre Desplat
Fotografía Danny Cohen
Reparto Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, Nina Arianda, Rebecca Ferguson, Neve Gachev, Dilyana Bouklieva, John Kavanagh, Jorge Leon Martinez, Danny Mahoney, Paola Dionisotti, David Menkin, Tony Paul West, Philip Rosch, Sid Phoenix
Género Drama
Duración 110 min.
Título original Florence Foster Jenkins
Estreno 23/09/2016

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