Una lista de excelentes comedias con las que sufrir.
Definición clásica de comedia: «Obra dramática, teatral o cinematográfica, en cuya acción predominan los aspectos placenteros, festivos o humorísticos y cuyo desenlace suele ser feliz.»
Desde luego, esta descripción no corresponde con las películas que veremos a continuación. Algunas presentan una visión del mundo radicalmente desesperanzada, nos hacen revolvernos en nuestros cómodos asientos, nos incomodan, y por supuesto, pocas veces presentan un final feliz. Sin embargo, nos divierten y nos arrancan alguna carcajada culpable. Así somos los humanos, que clasificamos como comedia a lo que nos hace sufrir.
A continuación, una lista con las comedias más crueles y retorcidas.
Tres anuncios en las afueras (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri; 2017), de Martin McDonagh
Cualquiera de las películas de Martin McDonagh podría haber entrado en esta lista. Tanto Tres anuncios en las afueras, como Escondidos en brujas o Siete psicópatas son comedias negrísimas, originales e ingeniosas.
El ciudadano ilustre (2016), de Mariano Cohn y Gastón Duprat
Una de las grandes sorpresas del 2016. Comedia inquietante de producción argentina que arremete contra todo y contra todos, y lo hace de manera tan inteligente como feroz.
Relatos salvajes (2014), de Damián Szifrón
Toda la violencia contenida en las anteriores películas de esta lista se descarga en Relatos Salvajes. Una comedia violenta, crítica, pero también menos triste. Todo es rabia, no hay espacio para los lamentos.
Taxidermia (2006), de György Pálfi
György Pálfi es un director húngaro muy interesante, especialista en comedias poco complacientes pero que harán las delicias de los más cinéfilos. Taxidermia es su film más conocido.
El hombre que nunca estuvo allí (The Man Who Wasn’t There, 2001), de Joel Coen
Los Coen tenían que estar en esta lista: Fargo (1996), Un tipo serio (A Serious Man, 2009) o A propósito de Llewyn Davis (Inside Llewyn Davis, 2013) son comedias magníficas pero bastante deprimentes. Igual que El hombre que nunca estuvo allí.
Visitor Q (Bizita Q, 2001), de Takashi Miike
¿Son comedias lo que rueda Takashi Miike? Tengo mis dudas, pero algunas son desternillantes: La felicidad de los Katakuri (Katakuri-ke no kôfuku, 2001), Gozu (2003), Zebraman (Zeburaman, 2004), Sukiyaki Western Django (2007).
Pero Visitor Q es su «comedia» más extrema, desagradable y enloquecida.
Happiness (1998), de Todd Solondz
Todd Solondz es un auténtico maestro en eso de hacer reír con cosas que no tienen ninguna gracia. Sus comedias son amargas, brutales, grotescas. Su mejor película hasta la fecha es Happiness, aunque tampoco debéis perderos Bienvenidos a la casa de muñecas (Welcome to the Dollhouse, 1997) o Cosas que no se olvidan (Storytelling, 2001). Para los que queráis ir todavía un paso más allá podéis atreveros con Palíndromos (Palindromes, 2004), aunque recordad: yo NO os la he recomendado.
En compañía de hombres (In the Company of Men, 1997), de Neil LaBute
Neil LaBute sorprendió con su opera prima, En compañía de hombres, una película cruel y despiadada sobre dos hombres tremendamente machistas con un gran odio hacia las mujeres.
LaBute siguió en la misma línea con su siguiente película: Amigos y vecinos (Your Friends & Neighbors, 1998). Después, se echó a dormir una siesta al abrigo de Hollywood que dura hasta hoy.
Bernie (1996), de Albert Dupontel
Sangriento alegato contra las buenas costumbres. Película muy cruda, opera prima de Albert Dupontel, quien también interpreta al protagonista.
Underground (1995), de Emir Kusturica
Emir Kusturica construye una gran comedia dramática ambientada en la II Guerra Mundial que se alzó con la Palma de Oro en Cannes. ¿Es divertida? En ocasiones sí. ¿Es divertido lo que cuenta? NO.
Ocurrió cerca de su casa (C’est arrivé près de chez vous, 1992), de Rémy Belvaux, André Bonzel y Benoît Poelvoorde
Un equipo de televisión sigue a un psicópata durante su jornada laboral, filmando los enredos y pequeñas matanzas que perpetra. Una «comedia» poco ejemplarizante, cruel y sádica. Vedla y opinad.
Pink Flamingos (1972), de John Waters
Tengo la firme convicción de que John Waters no es un buen director, al menos en cuanto al dominio de la técnica. Y, desde luego, no es un intelectual. De hecho, sus películas no me gustan, aunque es cierto que es difícil despegar los ojos de la pantalla. Quizá es él el máximo referente de la comedia zafia, grotesca, «enferma», y Pink Flamingos es su máximo exponente.
El verdugo (1963), de Luis García Berlanga
Isbert, Azcona y Berlanga colaboran para crear una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. Alegato contra la pena de muerte, divertida y angustiosa.
Yo añadiría esta: http://www.filmaffinity.com/es/film593511.html
Muchas de estas peliculas son interesantes pero algunas llegan a un punto surrealista que de verdad opaca la esencia de ellas. -Gustavo Woltmann.