Locarno 2017: Palmarés

A lo largo de la historia del cine se han tratado todos los temas posibles desde múltiples ángulos. La capacidad de sorprender es improbable, siempre regidos dentro de unos parámetros éticos. Límites sobrepasados por el Leopardo de Oro de la 70 edición de Locarno: Mrs. Fang de Wang Bing. El objetivo de este documental es intentar filmar la muerte como concepto. No la de una persona, sino abstraerla. Para ello, el director chino decide no proporcionarnos ninguna información sobre la vida de Fang Xiuying, enferma de Alzheimer. La película únicamente mostrará los diez últimos días de su vida y dos pequeños fragmentos del antes y después. Una estructura para naturalizar la muerte y mostrar cómo la afrontan sus allegados. Porque Mrs. Fang ha generado un airado debate en el festival, al ser uno de los documentales más duros que se recuerdan. Condición que le ha valido el mayor premio, un reconocimiento al que me opongo por varias razones. Por un lado, la necesidad de utilizar a una persona para documentar el fallecimiento y el correspondiente respeto hacia ella. En este caso, Wang Bing ha grabado los últimos días de una mujer sin capacidad ni siquiera para moverse. La autorización para filmar quedó en manos de su familia, a la que el realizador agradece haberle dado permiso. Un consentimiento del que cabe preguntarse si fue una acción altruista o qué razones les llevó a dar los momentos más íntimos de su familiar. En una de las escenas más insoportables que he visto en una sala de cine, el cineasta realiza un interminable primerísimo plano de Fang horas antes de su muerte. En él, brotan lágrimas de su rostro agónico e inmóvil. Una escena que te lleva a quitar la mirada y pensar si esto era realmente necesario. Minutos después, en los últimos momentos de Fang, Wang Bing decide evitar filmarla como muestra de respeto. Una consideración que es insignificante respecto a la utilización de Fang anteriormente. Un sufrimiento que nos guía directamente a la segunda cuestión: la presencia de dolor en el cine. Otro de los mayores problemas con Mrs. Fang es que podría haber propuesto la misma reflexión sobre la continuidad de la vida sin explicitar en imágenes. Uno de los mejores documentales de la historia del cine, Shoah (1985) de Claude Lanzmann, expone que no es necesario recrear el horror para sobrecogernos. Además de que el sufrimiento del espectador debe estar justificado, otro aspecto en el que Mrs. Fang erra. En el festival, algunos han defendido la película argumentando que te hace cuestionarte por qué no puedes ver el documental y que hay que lidiar con momentos insoportables en la vida, aspecto que Wang Bing ha capturado con fidelidad. No obstante, sería una desgracia que el cine se convirtiese en un espacio para el dolor. Su naturaleza debería ser la contraria o emplearlo para evitarlo en el futuro. Y Mrs. Fang es exclusivamente sufrimiento.


Valerie Massadian, directora de Milla, con el Premio Especial del Jurado de Cineasti del Presente

Antes de que se anunciara el esperado Leopardo de Oro, se comunicaron todos los ganadores de las distintas secciones de Locarno en una poblada rueda de prensa. Una conferencia peculiar y en la que los pequeños gestos aclaran los distintos palmareses. Primero era el turno para el jurado de Pardi di Domani, presidido por la actriz Sabine Ázema. Al estar formado por cinco integrantes, cada uno de ellos anunciaba un premio. Un método que también fue seguido por el jurado de Cineasti del Presente, con Yousry Nasrallah a la cabeza, quien dedicaba unas palabras de agradecimiento a su conjunto. Mas cuando llegó el momento del jurado del Concorso Internazionale, el procedimiento se alteró. Olivier Assayas leyó todos los premios de una como si sus compañeros no existiesen. Un detalle a primera vista insignificante, pero que explica la naturaleza de palmareses con cine tan antagónico. En el Concorso Internazionale ha primado cine que no tiene en cuenta al público, incluso con cierto carácter elitista. Además de Mrs. Fang, que no creo que exista nadie con ganas de verla, el Premio a la Mejor Dirección ha sido para F.J. Ossang por 9 Doigts, un ejercicio onanista e insufrible. Una tendencia que ha sido cortada por otros tres buenos premios, más si cabe viendo el despropósito anterior. El Premio Especial del Jurado ha sido para un adorable cuento Disney para adultos sobre la maternidad titulado As Boas Maneiras. Y en cuanto a las categorías interpretativas, Isabelle Huppert ha sido mejor actriz, una decisión incontestable y que debería plantear si no se debería premiarla antes de cualquier festival donde compita un filme suyo, pues su superioridad ha sido ridícula. En el apartado masculino, Elliott Crosset Hove se ha llevado un premio que, sin duda, era para Harry Dean Stanton por Lucky, una película que el público amará. Estos cinco reconocimientos conforman un palmarés con aires intelectuales contrapuesto por la generosidad del Concorso Cineasti del Presente. Yousry Nasrallah y su jurado han confeccionado un palmarés impecable, salvando de este modo el desastre de la competición oficial. El Leopardo de Oro Cineasti del Presente ha sido para la extraordinaria y conmovedora 3/4 de Ilian Metev, junto a otras maravillas como Milla, Cho-Haeng y Verão Danado. Todas ellas tienen en común que la empatía es su mejor valor y, al contrario que con Mrs. Fang, no dudaría en recomendárselas a cualquier persona. Porque Locarno ha finalizado dividido entre dos tipos de cine. Una fractura en la que debes posicionarte en una de sus dos partes. Y yo apuesto por el cine comprensivo de Cineasti del Presente.


El palmarés completo de la 70 edición del Festival de Locarno es:

 

CONCORSO INTERNAZIONALE

Leopardo de Oro: Mrs. Fang (Wang Bing, Alemania/China/Francia, 2017)

Premio Especial del Jurado: As Boas Maneiras (Juliana Rojas & Marco Dutra, Brasil/Francia, 2017)

Leopardo a la Mejor Dirección: F.J. Ossang – 9 Doigts (Francia, 2017)

Leopardo a la Mejor Actriz: Isabelle Huppert Madame Hyde (Serge Bozon, Bélgica/Francia, 2017)

Leopardo al Mejor Actor: Elliott Crosset Hove – Vinterbrødre (Hlynur Pálmason, Dinamarca/Islandia, 2017)

 

CONCORSO CINEASTI DEL PRESENTE

Leopardo de Oro Cineasti del Presente: 3/4 (Ilian Metev, Alemania/Bulgaria, 2017)

Premio Especial del Jurado: Milla (Valerie Massadian, Francia/Portugal, 2017)

Premio al Mejor Director Emergente: Kim Dae-hwan – Cho-Haeng (Corea del Sur, 2017)

Menciones Especiales: Distant Constellation (Shevaun Mizrahi, Países Bajos/Turquía/USA, 2017) y Verão Danado (Pedro Cabeleira, Portugal, 2017)

 

SIGNS OF LIFE

Mejor Película: Cocote (Nelson Carlo De Los Santos Arias, Alemania/Argentina/República Dominicana, 2017)

Premio Fundación Casa Wabi – Mantarraya: Dane Komljen – Phantasiesätze (Alemania/Dinamarca, 2017)

Mención Especial: Era uma vez Brasília (Adirley Queirós, Brasil/Portugal, 2017)

 

ÓPERAS PRIMAS

Premio a la Mejor Ópera Prima: Sashishi Deda (Ana Urushadze, Estonia/Georgia, 2017)

Swatch Art Peace Hotel Award: Meteorlar (Gürcan Keltek, Países Bajos/Turquía, 2017)

Mención Especial: Dene wos guet geit (Cyril Schäublin, Suiza, 2017)

 

PARDI DI DOMANI

Competición internacional

Pardino de Oro al Mejor Cortometraje: António e Catarina (Cristina Haneș, Portugal, 2017)

Pardino de Plata del Concorso Internazionale: Shmama (Miki Polonski, Israel, 2017)

Premio Pianifica: Jeunes Hommes à la fenêtre (Loukianos Moshonas, Francia, 2017)

Premio Medien Patent Vewwaltung AG: Kapitalistis (Pablo Muñoz Gomez, Bélgica/Francia, 2017)

Mención Especial: Armageddon 2 (Corey Hughes, Cuba, 2017)

Competición nacional

Pardino de Oro al Mejor Cortometraje Suizo: Rewind forward (Justin Stoneham, Suiza, 2017)

Pardino de Plata del Concorso Nazionale: 59 secondes (Mauro Carraro, Francia/Suiza, 2017)

Best Swiss Newcomer Award: Les intranquilles (Magdalena Froger, Suiza, 2017)

 

PREMIO DEL PÚBLICO UBS

The Big Sick (Michael Showalter, USA, 2017)

 

PREMIO VARIETY PIAZZA GRANDE

Drei Zinnen (Jan Zabeil, Alemania, Italia, 2017)

 

PREMIO FIPRESCI

Qing Ting Zhi Yan (Xu Bing, China/USA, 2017)

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Carlos Chaparro

Estudió Comunicación Audiovisual, permitiéndole trabajar en su pasión: el cine. Un amor incondicional que nació al descubrir a Patricia y Michel paseando por los Campos Elíseos.

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