Como aficionado al terror que soy, a lo largo de mi vida he leído diversos artículos que explican por qué nos atrae tanto este tipo de cine. Por qué nos gusta que nos cuenten historias de miedo, ya sea en la gran pantalla, a través de la literatura o simplemente reunidos con un grupo de amigos. Aunque las teorías y argumentos son diversos, en todos existen puntos en común muy reveladores sobre la forma que tienen de jugar con nuestro cerebro. La capacidad imaginativa del espectador, la proyección de nuestros males sobre el elemento antagonista, o la empatía con la situación vivida al introducir en lo cotidiano elementos totalmente anormales. Combinando estos elementos se provoca una reacción en la amígdala, la parte más primitiva de nuestro cerebro, que pone en alerta los sistemas del cuerpo a la vez que el córtex frontal, la parte racional, nos advierte de que no hay peligro pues lo que estamos viendo no es real. De esta forma es como experimentamos ese subidón de adrenalina controlado que produce en nosotros lo que llamamos el placer del miedo.
Pero dicha combinación no puede ser empleada de cualquier manera. Hay que hacerlo bien, dándole un sentido y preparando un escenario adecuado, cosa que no ocurre en ‘Ouija’. Aquí, Stiles White nos trae un terrorífico metraje (terrorífico no por el argumento, sino por los 9€ que pretenden cobrarnos por hora y media de absoluto sopor), lleno de convencionalismos sobre un grupo de amigos que pierde a una compañera que tras jugar sola con la tabla que vende la marca de juguetes Hasbro es asesinada por un espíritu con el que contacta. Así, sus amigos recurrirán a la Ouija para tratar de contactar con ella, pero en lugar de eso despertarán a un antígüo espíritu al que deberán enfrentarse.
Desde el comienzo del film, el público ya puede anticipar todo lo que va a suceder antes de que suceda: dos muchachas teniendo una conversación en la que una cuenta que jugó con la tabla hace algunos días y está preocupada, la otra le ofrece quedarse con ella y ésta lo rechaza. «¡¿Como no va a morir?!» se pregunta uno en ese mismo momento. Pero el espectáculo sólo acaba de comenzar, todas las claves anteriormente citadas se van sucediendo a lo largo del relato de manera totalmente gratuita y sin ningún éxito.
El abuso mayúsculo de escenas de sugestión gratuita que no llevan a nada, las situaciones de peligro sin sentido (me levanto de la mesa y me separo del grupo porque sí, para que el fantasma me ataque porque el guión lo necesita y ya), o el elemento sorpresa al final sin explicación ninguna, hacen que la película se aleje del miedo y transcurra entre la apatía y el tedio. Lo mejor sin duda los créditos del final, no sólo por su valor estético, que lo tienen, sino porque anuncian que la pérdida de tiempo toca a su fin.
Como ya he dicho en anteriores artículos, un buen relato tiene que tener un «qué» un «por qué» y un «para qué» en cada uno de los estadios por los que avanza y en ‘Ouija’ lo que encontramos es una especie de collage donde el director coloca sin sentido los elementos que una supuesta buena película de terror debe contener, algo por desgracia muy común en este género durante los últimos años.
Sinopsis Un grupo de jóvenes utiliza una Ouija para contactar con un amigo que ha muerto recientemente. Los problemas surgen cuando sin querer convocan a una presencia oscura.
País Estados Unidos
Director Stiles White
Guión Juliet Snowden, Stiles White
Música Anton Sanko
Fotografía David Emmerichs
Reparto Olivia Cooke, Ana Coto, Daren Kagasoff, Bianca A. Santos, Douglas Smith, Shelley Hennig, Sierra Heuermann, Sunny May Allison, Lin Shaye, Claudia Katz, Vivis Colombetti, Afra Sophia Tully, Claire Beale, Izzie Galanti
Productora Platinum Dunes / Blumhouse Productions / Hasbro
Duración 89 min.
Género Terror
Título original Ouija
Estreno 05/12/2014
Trailer
