Pastel de pera con lavanda (2015), de Éric Besnard – Crítica

Pastel de pera con lavanda

«Pastel de pera con lavanda es una película sencilla, cargada de sensualidad, y con una de las declaraciones de amor más bonita y creíble que nunca he escuchado.»

Louise, tras perder a su marido en un accidente de parapente, queda al cargo de sus dos hijos adolescentes y una granja en la Provenza que le cuesta sacar adelante por las deudas contraídas con el banco.

Su vida dará un giro inesperado desde el día en que atropella a un joven con su coche. Desde el primer encuentro  le sorprende el comportamiento fuera de lo común de Pierre. Meticuloso en extremo, de mente lógica y racional, que no duda en expresar sus pensamientos ignorando las convenciones sociales. Este joven con síndrome de Asperger entrará en su vida y en la de sus hijos salvándolos de la ruina económica y les enseñara que el amor y los afectos no necesitan ser definidos con etiquetas para vivirlos.

Se trata de una película bellísima, cargada de sensualidad que nos hace ver que el amor tiene mil caras, que hay más verdad y autenticidad en el amor de una mente aparentemente enferma y cuadriculada que en las relaciones al uso gobernadas por códigos de cortejo aprendidos.

Hay frases del joven conmovedoras por su sencillez. En un momento de la película le dice a Louise que tiene una nalga más grande que otra. Esta afirmación podría haber sido ofensiva en cualquier otro contexto pero cobra un valor especial cuando la protagonista le pregunta a un viejo amigo que la pretende: “¿Que te parecen mis nalgas?” Él supone que está recibiendo una proposición sexual. Louise entonces es consciente de que no hablan el mismo lenguaje. De que tal vez ni siquiera se haya detenido a admirarlas. Pierre, en cambio, la observa con minuciosidad, conoce de ella sus emociones, sus necesidades.

Al final de la película asistimos a la declaración de amor por parte de Pierre más bonita y creíble que nunca he escuchado y que contiene los ingredientes básicos para una vida feliz entre un hombre y una mujer. Y que no repetiré aquí para no estropear la belleza de la escena a quienes vayan a ver la película.

Pastel de pera con lavanda

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