El perdido (2016), de Christophe Farnarier – Crítica

«El perdido está rodada de forma cronológica a lo largo de un año, y poder dejarnos fascinar por ese viaje durante 93 minutos antes de volver a la civilización, es una gozada»

Hay dos reglas repetidas hasta la saciedad dentro del mundo del cine: 1) muestra, no cuentes, y 2) entretén. ‘El perdido’ cumple a rajatabla la primera (durante sus 93 minutos de metraje no oímos ningún diálogo), pero decide poner en cuestión la segunda. Los hermanos Pablo y Daniel Remón son los encargados de firmar el guión. Porque El perdido tiene guión, y muy bueno. Pablo ha escrito para cine, televisión e incluso teatro, y a día de hoy coordina la diplomatura de guión de la ECAM. Ambos hermanos defienden la existencia de un cine que no te lleve de la mano y te arrastre de principio a fin (muy respetable por otro lado), sino que te permita incluso abstraerte intermitentemente, diciéndote: aquí sigo yo, cuando quieras puedes volver a mí. Pretende evocar algo en el espectador, y dentro de esta pretensión cabe tanto la introspección como, por momentos, el mero aburrimiento, ¿por qué no?

La última película (y primera ficción) de Christophe Farnarier tras los magníficos documentales El somni (2008) y La primavera (2012), está basada en hechos reales, trasladando la historia ocurrida en 1994 de Andalucía a Ripollès. El perdido comienza mostrándonos a un hombre tomando dos decisiones que marcan su devenir: no suicidarse (como pretendía) y rehacer su vida solo en el monte, desde el más puro ascetismo. No nos explican los motivos de sus decisiones, y el director no parece interesado en que los dilucidemos a lo largo del metraje. Simplemente parece recrearse en el placer de observar la naturaleza, y el proceso de un ser humano integrándose en ella. Quizás lo más paradójico es darnos cuenta de que por mucho que huyamos de la civilización, tendemos a ella. Durante hora y media recorremos la evolución del hombre: de cazador y recolector nómada, a agricultor en asentamientos (primero de piedra, de madera después y finalmente de ladrillo y hormigón). Además, refleja reiteradamente la necesidad de compañía, ya sea a través de animales o de simples retratos de desconocidos.

La comparación con Walden de Thoreau parece inevitable, y es tan acertada como lo es la relativa al espectro de lectores-espectadores de una y otra obra: si te gusta Walden, parece difícil suponer que no lo haga El perdido.

Con un protagonista no-actor (Adri Miserachs, vecino de Farnarier) y una narrativa cercana al documental (sonido directo, economización de planos, toma única durante el rodaje de cada escena, etc), la película consigue hipnotizarnos desde la ausencia de artificios visuales o argumentales. Lo que nos ofrece es puro cine contemplativo: pasear por la naturaleza, bañarse en el río, construir una casa o desollar un animal para la cena son algunos ejemplos. La connotación positiva o negativa que se le confiera a este adjetivo depende del tipo de espectador, y lo que está claro es que El perdido no nos engaña: desde el minuto uno muestra sus cartas sobre la mesa, y si a los 10 minutos uno empieza a sudar y rezar porque algo espectacular ocurra como punto de giro, debería irse entonces de la sala (y no a la hora, sintiendo que la ha perdido). Es cierto, por otra parte, que en dos momentos puntuales la película traiciona su propio estilo: con la introducción de música extradiegética por un lado, y por otro al darnos la oportunidad de meternos en la psique de su protagonista a través de sus fantasías. Pero en este segundo caso es justificable, ya que corresponde a la necesidad de reflejar un componente de lo humano ausente hasta ese punto del metraje: el deseo, el sexo.

La película está rodada de forma cronológica a lo largo de un año, y poder dejarnos fascinar por ese viaje durante 93 minutos antes de volver a la civilización, es una gozada.


Sinopsis En Febrero de 1994, en la comarca del Ripollès, un hombre desaparece sin motivo. Martí es un hombre normal; no es un loco ni un muerto de hambre, sólo alguien tímido y retraído. Una mañana conduce su moto alejándose del pueblo. La deja a los pies de un roble, junto a su cartera y una gorra, y se pierde en el monte. Lleva una escopeta de caza con la que intenta quitarse la vida, pero no tiene valor. Tampoco se atreve a volver al pueblo y pasa la noche a la intemperie, en los campos que conoce desde pequeño. No vuelve al día siguiente, ni al siguiente, y comienza una vida de supervivencia en el monte.
País España
Director Christophe Farnarier
Guion Daniel Remón, Pablo Remón, Christophe Farnarier
Música Joe Farnarier
Fotografía Christophe Farnarier
Reparto Adri Miserachs
Género Aventuras
Duración 93 min.
Título original El perdut (El perdido)
Estreno 25/04/2017

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Calificación6
6

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Álvaro López

Graduado en psicología y técnico en medios audiovisuales. Tengo varios cortos escritos y dirigidos, y profeso un amor incondicional por Haneke, Linklater y Carlos Vermut. From the deep Murcia.

1 comment

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  1. Antonio M. 20 abril, 2017 at 11:26 Responder

    La película es una experiencia emocional y sensorial tremenda y natural. Muy de acuerdo con la reseña. ¡Hay que ir a verla en pantalla grande!

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