Piensa, observa y respira (2016)

25-festival-cine-madrid-homeEra el peor de los tiempos. Tenía una familia rota, una pareja egoísta y un trabajo que odiaba. Sin embargo, bajo el oscuro velo de la depresión disfrazada de ansiedad, conseguí avistar una pequeña luz que con el paso de los meses, fue creciendo y haciéndose inolvidable.

Me encuentro en la inauguración de la vigésimo quinta edición del Festival de Cine de Madrid, y la directora y actriz Cristina Alcázar, me hace revivir aquellos queridos recuerdos en los que la pesadumbre se volvió baile, y las lágrimas tristeza, en lágrimas de felicidad. Su película documental Piensa, observa y respira, es el dulce fruto del esfuerzo constante de toda una comunidad de personas, que merecen ante todo mi más sentido respeto. Mentiría si dijera que conseguí abandonar la sala Berlanga  sin un nudo en la garganta, provocado por auténticos espasmos de emoción incontenible. Ha quedado demostrado que no es necesario tener un alto presupuesto para hacer una gran película.

Las pintorescas vidas de personas como Consuelo Cánovas, la protagonista de esta película, inspiran a ver más allá de las necias etiquetas lingüísticas que solo consiguen establecer un muro entre las personas con discapacidad psíquica y,  ¿cómo decirlo?… los demás. Una espeluznante separación de rolles sociales que ha quedado gracias a Cristina Alcázar, un poquito más cerca del olvido. A lo largo del recorrido del metraje, se nos demuestra cómo los sueños y la buena voluntad de las personas, no entienden de género, edad, o condición médica. La excusa no es sino el montaje y desarrollo de una obra de teatro musical, estrenada en el Teatro Circo de Murcia en el año 2013, en la que actores profesionales y aficionados (los llamados discapacitados) colaboran mutuamente. Todos los minutos de esta película resultan insuficientes para admirar la belleza de un trabajo bien hecho, que refleja sin filtros ni cortinillas la auténtica realidad de la Asociación Alfa de Ceutí (Murcia), que vive su día a día en un mundo para muchos aún desconocido. La cámara en mano, las preguntas y sobre todo los testimonios de los participantes en este sobrecogedor proyecto, te acercan a una realidad hermosa y sincera.

Yo también tuve la suerte de participar en una obra musical en aquellos tiempos opacos, en una asociación dedicada al cuidado y entretenimiento de personas discapacitadas, y de todos los buenos recuerdos que siempre guardaré, conservo uno en especial que pasados los años aún consigue reblandecerme el corazón. Uno de los participantes, Luis, al acabar la oba comenzó a llorar porque su madre (fallecida) no estaba allí para verle. Aquella obra fue para todos, y para ella. Esa es la sensación más pura que he podido observar en una persona. Karlanny Ventura, Consuelo y Cristina me hicieron revivirla más intensamente que nunca. La pureza es la esencia de esta película.

Las personas con discapacidad psíquica, o física, son como tú y como yo, seas quien seas. La superación de prejuicios y estereotipos es aún una tarea pendiente de la sociedad ¿cómo la llaman?… ah, sí, civilizada. La palabra normal nos engloba a todos Así que antes de de emitir un juicio aleatorio, piensa, observa y respira.

Piensa, observa y respira Piensa, observa y respira

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