Rams: El valle de los carneros (2015), de Grímur Hákonarson – Crítica

Rams

Islandia. El frío. La soledad. El sacrificio de los carneros y la redención del humano.

Aborda ‘Rams’ un aspecto de la existencia humana. En concreto, un conflicto interpersonal no resuelto y el bucle en el que por él los humanos damos vueltas, como si fuéramos reses en un redil. De algún modo, la metáfora de los corderos le acaba llevando a uno a interrogarse acerca de si somos tan diferentes como nos pensamos en relación a cualquier otro ser vivo, con el añadido de los automatismos, las pulsiones, el rencor, la venganza, además de los instintos de supervivencia básicos. Sin embargo, lo bueno que tiene ‘Rams’ es que parece no pretender nada de ello, ni tan siquiera que pensemos en sus claves simbólicas, aunque las tenga. Sólo nos cuenta una historia ligada a un paisaje, en la que un grupo humano expone una buena parte de sus potencialidades y, muy especialmente, de sus fragilidades.

A ‘Rams’ le interesa exponer una situación, algo así como el estallido de una burbuja, sólo que en este caso no es inmobiliaria sino que se encarna según la antigua usanza: es decir, en forma de plaga que afecta al ganado y que arruina a toda una comunidad. Vemos por ahí que entre el estallido de una burbuja y la proliferación de una plaga no hay diferencia. Y, sin embargo, ambas cosas pueden poner en evidencia un mismo factor común: el estado real de las relaciones entre seres humanos, el egoísmo, la mezquindad y la capacidad para ir más allá obligados por la adversidad. Es decir, si lo que hacemos, cuando lo hacemos, es debido a la voluntad o debido a una contingencia mayor que la de la voluntad.

Esa plaga, que afecta inicialmente al ganado, pronto vemos que va a ir afectando a lazos más íntimos que atañen a la relación entre humanos. En concreto, a dos hermanos, ganaderos ambos, cuyas vidas se dan la espalda desde hace decenios. Este drama, el de la incomunicación, constituye uno de los climax de la película. El telón de fondo nos lo facilita un paisaje islandés que actúa a modo de redil, la naturaleza radiante e inclemente, en el que nadie se plantea salir de él o cambiar. La vida de los carneros y la vida de los humanos discurre en paralelo. Ambas especies viven dependiendo la una de la otra. Hasta que la plaga es un hecho y el rompimiento con el modo de vida pone a la vista lo que se escondía dentro del armario. Ahí vemos como entra en juego la memoria, el orgullo, las viejas heridas, la dificultad para transgredir el dolor si no es porque una situación de emergencia, la plaga que arruina, obliga y contribuye a que la vulnerabilidad desborde el contenedor cultural que la mantenía a salvo. Así, pues, roto el armario, sale todo.

Percibí en ‘Rams’ un ritmo reposado e intenso a la vez. Digamos que se intuye que el desenlace del drama de fondo, el de la incomunicación, contenido, va a estallar, pues ahí está la razón de ser de la historia que la película cuenta. Vamos viendo, con ese ritmo tranquilo, que el armario se va desmoronando, dejando al aire las emociones, listas para ser descuartizadas. Está claro que va a haber un desenlace. Sin embargo, cuando acontece, justo al final de la obra, nos conmueve de tal manera que no nos lo podríamos imaginar, aun intuyendo que ese es precisamente el motivo que le da sentido.

Los dos hermanos están encarnados por dos actores descomunales, soberbios, impresionantes: Sigurdur Sigurjónsson y Theodór Júliusson. El director, también autor del guión, es Grimur Hákonarson. El guión, ya lo verán, no tiene complicación. La dirección es posible que tampoco, aunque me da la impresión de que lo que el director ha hecho es desaparecer, procurando no entrometerse, y dejar que los actores canalicen lo que los personajes que encarnan llevan dentro. Dicho de otro modo, el mérito de este premiado joven director es dejar hacer, dejar ser, dejar expresar. Sin embargo, su calidad como tal se percibe en el tratamiento posterior, en el ritmo con que la película va pasando ante nuestra mirada, en la intensidad tranquila que transmite.

Y no les digo nada del desenlace final, que no por intuido deja de conmover.

Rams

Sinopsis En un remoto valle de Islandia, dos hermanos que no se hablan desde hace más de cuarenta años deberán unir fuerzas para salvar su bien más preciado: su rebaño de carneros.
País Islandia
Director Grímur Hákonarson
Guión Grímur Hákonarson
Música Atli Örvarsson
Fotografía Sturla Brandth Grøvlen
Reparto Sigurður Sigurjónsson, Theodór Júlíusson, Charlotte Bøving, Jon Benonysson, Gunnar Jónsson, Þorleifur Einarsson, Sveinn Ólafur Gunnarsson, Ingrid Jónsdóttir, Jörundur Ragnarsson, Viktor Már Bjarnason, Jónas Sen, Jenný Lára Arnórsdóttir
Productora Aeroplan Film / Film Farms / Netop Films
Género Drama
Duración 93 min.
Título original Hrútar (Rams)
Estren0 13/11/2015

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Calificación7
7

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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