Whiplash: Latigazo

Whiplash

A principios de 2015 fue tomando fuerza un filme para la mayoría de nosotros desconocido, ‘Whiplash’. Esta película independiente llegó incluso a estar nominada al Oscar a la Mejor Película, aunque esto no certifique su calidad.

La historia gira en torno a un joven con aspiraciones a músico de jazz, el género (musical) dramático por excelencia. La película es directa; desde el primer encuentro de Fletcher con el ambicioso Neiman sabemos que la pieza va a asestar un duro golpe a la moral. Y es que nos pregunta directamente: ¿qué estás dispuesto a hacer para lograr lo que quieres?

J.K Simmons recibió los más merecidos elogios por prestar su piel a un personaje detestable, pero lleno de matices, capaz de manipular y engañar, aunque sin esconder nunca su verdadera esencia destructora. Su personaje no conoce límites, juega con los deseos del ingenuo Neiman, alimenta sus esperanzas para luego darse el placer de destruirlas sin ningún remordimiento. Se trata de un villano diferente, imprevisible y generador de una tensión constante, coherente consigo mismo y, sobre todo, auténtico. Malo, pero auténtico.

La interpretación de Miles Teller va in crescendo. Su personaje es un monstruo dormido, que alentado por la ambición de Fletcher, va tomando los mismos demonios de su maestro. Su búsqueda de la perfección musical es estremecedora. Una actuación creíble y muy distinta a la vista en otras de sus películas como ‘That Awkward Moment’ (Las novias de mis amigos).

Whiplash’ es un latigazo de emoción, tiranía y sucesos inesperados. Damien Chazhelle ha logrado construir una obra casi maestra, un pico de sensaciones envolvente y nada sutil.

Whiplash

Calificación8
8

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