Se estrena el próximo 25 de marzo, A Tiempo Completo, la última película del director y guionista francés Éric Gravel. Después de dos cortos, esta es su segunda película de larga duración como guionista y como director. Y a pesar de su escasa experiencia, demuestra en ambos campos un dominio del oficio mas que notable como veremos a continuación, lo que nos hace esperar con interés sus nuevos trabajos.
El argumento gira en torno a Julie, una camarera en un hotel de lujo parisino, una Kelly como les llamamos aquí. Vive separada con sus dos hijos en el campo, en los alrededores de Paris para poder ofrecerles un mejor nivel de vida, lo que le supone un constante y larguísimo tiempo de desplazamiento en los trenes de cercanías y autobuses cada día, aspecto que el director refleja perfectamente mediante un magnifico y ágil montaje, que consigue trasladarnos la tensión de la vida cotidiana en el transporte de las grandes ciudades europeas. Julie lleva tiempo buscando una entrevista para un trabajo donde pueda recuperar su profesión y criar mejor a sus hijos, pero cuando lo consigue, se encuentra con una huelga del transporte público en Paris y sus alrededores, que le afecta de lleno en sus planes. El frágil equilibrio que había conseguido se ve comprometido y Julie se verá obligada a realizar una carrera frenética contra el tiempo. Nada que alguien que trabaja en los alrededores de las grandes ciudades sirviendo a sus habitantes, no viva y padezca cada día, pero que raramente se ve en el cine. Tenemos que agradecer a Éric Gravel, el director en este caso, su esfuerzo por acercarnos de forma muy gráfica, al mundo de los pequeños pero imprescindibles empleados en tantos oficios, que hacen posible que las grandes ciudades funcionen, sin tener además ni el reconocimiento social ni por supuesto económico, que merecen.
Además, el tono elegido es el de una comedia, con sus golpes de humor, que hace que se siga con facilidad y con cierta sonrisa, que sin embargo se vuelve triste y grave por momentos, incluso asoma la tragedia, pero Éric Gravel, el guionista en este caso, decide acertadamente sugerirnos suavemente el drama, dejándonos un poso de seria advertencia sobre la situación de tantos y tantos trabajadores con el salario mínimo, y a veces ni siquiera eso.
En un reparto mayoritariamente femenino, pues además de nuestra protagonista, la Jefa del Hotel y todas sus compañeras, muchas emigrantes, algunas más amables y otras decididamente hostiles, son mujeres como también la responsable de la empresa a la que quiere acceder, nos la presentan como una joven con numerosos títulos en su formación y con una clara idea de lo que exige. Los pocos hombres que aparecen, se alejan del tópico y en general la ayudan en la medida de sus posibilidades, como el portero del Hotel, y ni siquiera el marido está retratado de forma esquemática. En definitiva, el guionista claramente no ha querido que pensemos que los problemas de nuestra protagonista son debido a tales o cuales personas a su alrededor, sino que nos viene a sugerir, que la situación es terrible para muchas personas, por sus circunstancias laborales, independientemente de quien les toque al lado. El papel protagonista de Julie recae en la veterana Laure Calamy, a la que pudimos disfrutar recientemente en la excelente serie francesa Llama a mi agente (Call my agent, 2015-2020). El resto del elenco, mayoritariamente femenino como decimos, cumple perfectamente con su labor de dar solidez a la trama.
Finalmente, digamos que fue presentada en el pasado Festival Internacional de Cine de Venecia donde logró alzarse merecidamente con los Premios Orizzonti al Mejor Director para Éric Gravel y a la Mejor Actriz para Laure Calamy, reconociendo así la gran labor de ambos. Estamos por tanto ante una magnífica película, muy entretenida, que plantea un tema de actualidad y que tras la sonrisa nos deja un poso para la reflexión.
Interesante y de actualidad el tema. Habrá que vela.