Adaptación y realidad: una reflexión a raíz de los Oscar

Oscars hechos reales

Los Oscar no sólo premian los méritos de unas obras y reparten una serie de estatuillas para que los vencedores posen para la foto y adornen sus vitrinas, sino que también reflejan las tendencias cinematográficas del año. Quizás sin darse cuenta. Un vistazo a los nominados a mejor película revela algo en lo que merece la pena indagar: no hay ni una sola película que nazca enteramente en las entrañas de su creador, es decir, todo son adaptaciones de libros, historias basadas en hechos reales o secuelas.

Para complementar estos datos he revisado las listas de nominados a los Oscar –a la mejor película– desde 2010 y aparece una tendencia creciente en favor de las películas basadas en libros y hechos reales. Tanto es así que el año 2016, contabilizando desde 2010, es el único en el que ninguna de las nominadas es una historia puramente original:

2010: 6 originales, 4 basadas en libros/hechos reales.
2011: 5 originales, 5 basadas en libros/hechos reales.
2012: 3 originales, 6 basadas en libros/hechos reales.
2013: 3 originales, 6 basadas en libros/hechos reales.
2014: 3 originales, 6 basadas en libros/hechos reales.
2015: 3 originales, 4 basadas en libros/hechos reales.
2016: 0 originales, 7 basadas en libros/hechos reales, 1 secuela.

*Curiosamente, dos de las obras originales nominadas en 2015 aúnan sus fuerzas con la realidad. Birdman juega con el papel de Michael Keaton en Batman y su carrera como actor; es un film que solapa realidad y ficción a varios niveles. En una línea similar, el mayor atractivo de otra de las originales de 2015, Boyhood, es que el actor protagonista crece de verdad durante la película, se puede apreciar el cambio real del joven en el metraje.

David Shields, en su libro Reality Hunger: A Manifesto (2010), hace alusión a la idea de que la gente tiene cada vez más “hambre de realidad” y que la realidad debe estar presente en el arte más actual. No va mal encaminado, pues lo estamos viviendo en todas las disciplinas artísticas. Creo que la globalización ha propiciado un aumento en la cantidad de información que recibimos diariamente. Tenemos acceso constante a noticias de todas partes y resulta que en un simple telediario, o en un vistazo por internet, se cumple el tópico: la realidad supera a la ficción. Entonces, ¿para qué voy a buscar en la ficción si la realidad ya me da el espectáculo que necesito y además es real? Puesto que la realidad puede ser más impactante que la ficción, esta última pierde relevancia. Por este motivo, uno de los recursos más adoptados por las creaciones contemporáneas es apoyarse en hechos reales, de tal manera que la historia cuenta con una base argumental más sólida y su efecto se multiplica por el simple hecho de ser real.

Siguiendo el mismo hilo, adaptar un libro para una película, a nivel creativo, se asemeja mucho a adaptar una serie de hechos reales –además de que los hechos reales nos llegan, en su mayoría, a través de documentos escritos–. Toda adaptación cinematográfica coge el núcleo temático y argumental de otra parte y con eso compone una obra audiovisual. En esencia, el cambio más importante es formal, varía el cómo se cuenta. No obstante, aquí podríamos incluir los postulados postmodernos de figuras como Derrida o McLuhan que defienden que la forma es inherente al contenido, la primera indisociable del segundo –“el medio es el mensaje”–. Si adoptamos este punto de vista, o bien podemos pensar que toda adaptación cinematográfica es una distorsión de una obra original y, por tanto, un ejercicio sacrílego y deshonesto con la obra original, o bien pensar que cada obra, aunque sea una adaptación, es una obra original, pues transforma el medio de expresión y de esta manera el contenido es totalmente nuevo.

No es necesario aferrarse a una de las dos posturas para apreciar que, en el caso de cualquier adaptación o película basada en hechos reales, la dimensión audiovisual no es el germen de la obra; la semilla inicial la pone el texto literario o los hechos en cuestión. Es cierto que hay grandes películas que están basadas en libros y en hechos reales, no obstante, y ahora más que nunca, dado el énfasis en la realidad que presentan nuestros tiempos, quizás haya llegado la hora de que el componente audiovisual se convierta en el origen fundamental de la obra cinematográfica. Esto también serviría como crítica para las películas que parten de un guión cerrado y luego resuelven los aspectos audiovisuales. Este tipo de películas en el fondo lo que hacen es traspasar un guión a la pantalla, lo cual limita enormemente las posibilidades fílmicas.

El cine es un lenguaje joven que debería desmarcarse de la literatura y del resto de disciplinas artísticas para sacar el máximo partido a sus elementos. Creo que sería mucho más enriquecedor empezar a pensar las obras desde un punto de vista audiovisual, sin un acontecimiento narrativo o lingüístico previo –Tarkovski, en su libro Esculpir en el tiempo, defiende un acercamiento similar mediante el cual las localizaciones evocan la composición audiovisual–. Quizás este enfoque sea demasiado radical y para algunos sea empezar la casa por el tejado, pero creo que el cine debería reafirmar sus cualidades audiovisuales para demostrar su importancia y aprovechar al máximo sus posibilidades. El lenguaje es una herramienta con la que crecemos y nos viene, más o menos, de forma natural, pero no por ello tenemos que empezar a pensar una película desde ahí. El siglo XXI se abre ante nosotros y es un buen escenario para que todo creador cinematográfico empiece a pensar con un nuevo lenguaje: el audiovisual.

Oscars hechos reales

*Lista completa de las nominadas a mejor película en los Oscar, desde 2010 hasta 2016:
[o = original / l = libro / hr = hechos reales / s = secuela / rm = remake]

 

2010: En tierra hostil (o), Up (o), Un tipo serio (o), Malditos bastardos (o), Avatar (o), District 9 (o), Up in the Air (l), Precious (l), The Blind Side (l + hr), An Education (hr).

2011: Cisne negro (o), The Fighter (o), Origen (o), Los chicos están bien (o), Toy Story 3 (o), Valor de ley (l), Winter’s Bone (l), La red social (l + hr), El discurso del rey (hr), 127 horas (hr).

2012: The Artist (o), El árbol de la vida (o), Midnight in Paris (o), War Horse (l), Los descendientes (l), Tan fuerte, tan cerca (l), Criadas y señoras (l), La invención de Hugo (l), Moneyball (l + hr).

2013: Django desencadenado (o), Amor (o), La noche más oscura (o), La vida de Pi (l), Bestias del sur salvaje (l), El lado bueno de las cosas (l), Argo (l + hr), Los miserables (l + rm), Lincoln (hr).

2014: Gravity (o), Nebraska (o), Her (o), 12 años de esclavitud (l + hr), Capitán Phillips (l + hr), El lobo de Wall Street (l + hr), , Philomena (l + hr), Dallas Buyers Club (hr), La gran estafa americana (hr).

2015: Birdman (o), Whiplash (o), Boyhood (o), El gran hotel Budapest (l), El francotirador (l + hr), The Imitation Game (hr), Selma (hr), La teoría del todo (hr).

2016: Brooklyn (l), The Martian (l), La habitación (l), El renacido (l + hr), La gran apuesta (l + hr), El puente de los espías (l + hr), Spotlight (hr), Mad Max (s).

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Jaime Fa de Lucas

Graduado en Estudios Ingleses y con un Máster en Estudios Literarios, es actualmente redactor jefe de cine en Culturamas y traductor y gestor de contenidos en FilmAffinity. Apasionado de la literatura, el cine y la música, tanto a nivel crítico como creativo.

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