Alejandro Gonzalez Iñarritu. Melodrama mexicano.

Alejandro González Iñárritu

Alejandro González Iñárritu

Mi amor por México es un misterio.

Ni yo mismo sé de donde surge esa predilección hacia un país que jamás he visitado, y cuyas máximas referencias me llegan de las crónicas más negras.

¿Por qué me atrae tanto México? Creo que la respuesta tiene mucho que ver con un nombre: Alejandro Gonzalez Iñarritu.

Su primera película, Amores Perros, ambientada en ese país, me impresionó profundamente. Es una obra magnífica, áspera y atroz, dividida en tres historias que confluyen en un accidente de tráfico. Sus personajes son seres perdidos, a la deriva, cuyas pasiones controlan cada uno de sus movimientos, hasta conducirlos a un destino irremediable y desesperanzador.

Entonces, repito… ¿qué diantres es lo que me atrae de México?

Creo que es, simplemente, la vida que allí se respira. Pues estos personajes, aun acompañados de esa fatalidad que los persigue, se muestran vivos, con las emociones a flor de piel, disfrutando los momentos fantásticos y llorando los fatídicos. Nada que ver con esas sociedades manieristas y orgullosas que esconden las alegrías por respeto y las tristezas por vergüenza. Son personajes que luchan desesperadamente por cambiar un guión que ya está escrito. Uno de ellos explica esto en una frase muy reveladora: «Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes».

Yo no creo en el destino. Lo que de verdad me atrae de este planteamiento es la idea de lucha ante lo inevitable, de dignidad ante los acontecimientos que te resquebrajan, de sufrimiento que no te consigue paralizar.

Como bien dice Iñárritu de su opera prima, «Amores Perros es dolor, un grito de casi tres horas de duración».

Sus posteriores películas, ya en Estados Unidos, no se han separado en exceso de la esencia de este film. Sin embargo, aunque son de un nivel altísimo, no han conseguido igualar lo que aquí se transmite. 21 gramos parte de un planteamiento muy parecido al de Amores Perros, para contar la vida de tres personas con historias muy diferentes a las que aquí se narran. El resultado fue excelente.

Babel ha sido quizá la película de Iñárritu que más ruido ha hecho, y para mí, con diferencia, la peor.

Biutiful, primera película en la que no colabora con su hasta entonces guionista Guillermo Arriaga (se separaron por diferencias irreconciliables), fue muy criticada por ciertos sectores. Cierto es que su historia cojea en ciertos momentos, pero consiguió agarrarme y estremecerme como lo han hecho pocos films.

Javier Bardem en Biutiful

Javier Bardem en Biutiful

El talento visual y de dirección de actores del realizador mexicano está a la altura de muy pocos. Su estilo abraza el melodrama sin pudor. Sin embargo, pocas directores son capaces de contar una historia en la que te impliques tanto. Es increíble que una persona cuya infancia y juventud fue próspera e incluso feliz, sea capaz de transmitir semejante dolor, y que alguien cuya máxima influencia es la música posea semejante talento para el cine.

Iñárritu es uno de mis directores predilectos, y a él le debo mi amor por un país al que no conozco.

 

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

3 comments

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  1. Mambo 20 marzo, 2016 at 03:32 Responder

    Es extraño , aca en México este llamado melodrama visto en el cine muchas veces es superado por los acontecimientos de la vida diaria, quiza es es la costumbre de celebrar todo, incluida la muerte lo que te atrae de Mexico, saludos, antes no me gustaba amores perros, justo por que la realidad que se mostraba en la película era la que se respiraba cotidianamente, digamos que era una especie de hartazgo decadente, ahora claro que la valoro como cine.

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