Asterix: La residencia de los dioses (2014) – Crítica

Asterix: la residencia de los dioses

Asterix: La residencia de los dioses‘ es un film que pasará por la historia del cine animado sin pena ni gloria, pero que seguramente alcanzará el retorno de inversión deseado por los estudios Warner. Desde el punto de vista económico es un muy buen producto, ya que se sirve de personajes conocidos por el gran público y de una imagen con gran impacto, pero no tiene mucho qué contar.

El guión contiene, a mi juicio, varios fallos. El primero es que genera en el espectador expectativas que luego no se satisfacen. Un buen ejemplo de ello es el nombre de la película: ‘Asterix: La residencia de los dioses‘. A lo largo de la película jamás veremos esos dioses a los que se refiere el título. La residencia de los dioses no es más que un centro turístico para ciudadanos romanos que ha sido colocado por el César frente al pueblo de los galos con la intención de expulsarles de su territorio.

Por otro lado, los compañeros galos de Asterix y Obelix carecen de personalidad. Cada uno se comporta de forma casi idéntica al resto. Puede decirse que son una masa, pero jamás que son personajes particulares, pues no existen diferencias de carácter entre estos. Los diferenciamos tan solo por su diseño visual. La participación de estos personajes secundarios se limita a cumplir una función en el relato, pero de forma plana y sin profundidad. Para paliar esa falta de profundidad, los realizadores se sirven de continuos gags que recuerdan más a las series de televisión de la Warner que al lenguaje propio de un largometraje del siglo XXI.

Además, los protagonistas, desde un punto de vista dramático, son débiles y carecen de toda heroicidad. Una de las reglas del arte dramático, desde Aristóteles, dicta que el héroe es del tamaño del enemigo al que se enfrenta. Es decir, la grandeza de los héroes no se basa solamente en sus cualidades, sino en su capacidad de frenar y superar a las fuerzas que se le oponen. Tan grande es el héroe como el peligro al que se enfrenta.
En ese sentido, los soldados romanos que pretenden invadir a los galos distan mucho de ser un enemigo temible, ya que constantemente están asustados ante la presencia de Asterix y Obelix y su bebida mágica. Aquí muchos podrían decir: «los galos son grandes héroes porque sus enemigos les temen». Pero eso está muy lejos de la verdad. ¿Quién imagina a un Joker temeroso de Batman? Nadie, porque sino no sería el Joker ¿cierto? No tendría esa fuerza ni tampoco constituiría ningún logro para Bruce Wayn vencerle.

Otra razón para juzgar negativamente este film está en la pobre iconografía de la que se sirven los realizadores para el diseño visual de los escenarios y ropajes de los personajes. Lo que pudo ser una gran oportunidad para crear un mundo lleno de significados terminó sin mucha gloria. Todos sabemos que los antiguos romanos fueron uno de los pueblos con mayor riqueza visual en la historia de la humanidad: dioses, seres mitad humanos-mitad divinos y una rica simbología que no fue aprovechada en esta película que lo único que utilizó para trasladarnos a la antigua roma fueron la clásica toga romana y los dinteles de la «falsa» residencia de los dioses.

Asterix: la residencia de los dioses

Sinopsis Como los ejércitos de Julio César han sido incapaces de imponerse por la fuerza, será la misma civilización romana la que se encargará de seducir a los bárbaros galos. Para ello, ordenará construir al lado de la aldea una lujosa residencia para romanos: “la residencia de los Dioses”.
País Francia
Director Louis Clichy, Alexandre Astier
Guión Alexandre Astier
Música Hubert Cornet
Fotografía Animation
Reparto Animation
Productora SND / M6
Género Animación
Duración 82 min.
Título original Astérix: Le domaine des dieux
Estreno 30/04/2015

Trailer

Calificación5
5

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Marlow Zurita

Licenciado en filosofía, máster en guión de cine y cinéfilo a morir, me gustan la fantasía y la ciencia ficción porque me permiten viajar a otros mundos posibles.

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