¡Ave, César! (2016), de Joel Coen y Ethan Coen – Crítica

¡Ave, César!

«Parece que ¡Ave, César! puede echar a volar, pero nunca lo logra. Si en algún momento parece que consigue despegar, pronto cae vencida por la gravedad.»

Cada vez que llega una película de los hermanos Coen se genera un vivo interés entre el público, especialmente porque la pareja nos ha regalado un buen número de obras maestras. Esta no lo es. Se trata de una película recomendable solamente para aquellos que hayan seguido la ya muy extensa filmografía de Joel David y Ethan Jesse, para quienes no quieran perderse ninguno de sus productos, o bien sientan una devoción especial –comprensible, por otra parte– hacia quienes, de momento, han sido galardonados con cuatro Óscars.

Al igual que no toda obra de Woody Allen es una obra maestra, como no lo fue cualquier trabajo de Fritz Lang o de Billy Wilder, en la filmografía de los Coen no todo es ‘Barton Fink‘ (1991), ‘O’Brother‘ (2000), ‘El Gran Lewobsky‘ (1998), ‘Fargo‘ (1996) y unas cuantas más que todavía recordamos con admiración. Toda filmografía tiene altibajos y ‘¡Ave César!‘ no está llamada a figurar entre lo mejor de los Coen. Pero, hay que decirlo, la película puede verse, si estamos dispuestos a ver una cinta normal de unos cineastas excepcionales.

¡Ave, César!‘ o ‘Hail, Caesar!‘ es algo así como presenciar el patético intento de vuelo de una gallina.

A lo largo del metraje parece que la película pueda volar, pero nunca lo logra y si en algún momento, parece que consiga despegar, pronto decae vencida por la gravedad. De tanto en tanto aparece en esta cinta algún scketch más o menos brillante, pero pronto las cosas vuelven a su modesta mediocridad.

En nuestra opinión, el guión no ha sido suficientemente trabajado. Alguien ha tenido prisa por lanzar otro “producto Coen” y la película parece haber tenido poco tiempo de maduración. Es cierto que mientras bordaban esta película estaban también entretenidos por la realización de la serie de televisión ‘Fargo‘ (2014) y colaborando con Spielberg en el guión de la más que notable ‘El puente de los espías‘ (2015).

Simplemente, no han tenido tiempo de pulir una y otra vez el guión. En ocasiones casi recuerda un trabajo realizado entre amigos que se han repartido unos pocos momentos graciosos en una representación de fin de curso.

No es la primera vez que la propia industria del cine se convierte en elemento central de un guión. En los años 50, en los que se sitúa la trama, el cine norteamericano (que ya dominaba con mucho el mercado mundial) se encontró con dos grandes problemas (la incipiente televisión parecía que iba a restar espectadores a las salas y, por otra parte, la Corte Suprema de los EEUU había obligado a los estudios a liquidar sus redes de exhibición) y una situación político-social endiablada (la Guerra Fría y el temor al holocausto nuclear atenazaban la conciencia de los norteamericanos). Se producía mucho cine banal que intentaba animar al norteamericano medio a sobrellevar el día a día. En ese contexto proliferan las “películas de romanos”, los péplums, las cintas de espectáculos acuáticos y sirenitas, los westerns y los grandes musicales. Esta película va de todo esto. Aparecen guiños continuos al star system de la época y al funcionamiento de la industria del cine de aquellos años.

Pero falla algo. Y nuevamente llegamos a la conclusión de que el guión no ha sido suficientemente trabajado, ni meditado, ni rumiado: en muy raras ocasiones un guión sale a la primera. Lo habitual es que los guiones se revisen una y otra vez, que pasen por unas y otras manos, que cada lector aporte su punto de vista y que el libreto final tenga poco (o incluso nada que ver) con el original. Es algo normal y ningún guionista se da por ofendido cuando debe modificar fragmentos enteros de la primera versión. Cuando no se hace así es cuando falla el ritmo narrativo, los sketches apenas hacen sonreír o quedan como fulgores de un genio creativo que no logra, como la gallina a la que aludíamos antes, elevarse y alcanzar las alturas de la obra maestra.

Si usted está leyendo esto, es que suele utilizar Internet. Seguramente, surfeando en la red se habrá encontrado en muchas ocasiones con un “clickbait”, una de esas noticias que aparecen en diarios digitales o en posts de redes sociales cuyo título espectacular y llamativo no tiene, luego, absolutamente nada que ver con el contenido. Esta película me recuerda a uno de esos clickbaits: una cosa es lo que el espectador espera, lo que le han asegurado que verá y otra lo que se encuentra.

La película se podría salvar diciendo que es la visión que los Coen se forjan del período dorado de Hollywood, cuando nada era lo que parecía. Es, pues, una película que gustará y dirá algo a los amantes de la historia del cine y a los buenos conocedores del Hollywood de los cincuenta.

La interpretación va a ser lo más controvertido de esta cinta. El principal peso pesado, George Clooney, no está a la altura. Su representación es rutinaria, sin gracia; simplemente, no se cree el personaje que encarna. Parece no interesarle apenas. Mucho mejor están Alden Ehrenreich y Raph Fiennes (magistral éste último, por cierto). La actuación de Frances McDormand es breve y previsible, pero divertida. Robert Picardo haciendo de rabino, simplemente, lo borda. Y Channing Tatum se marca una muy buena actuación como bailarín de claqué en una memorable escena. Scarlett Johanson, por su parte, trenza una interpretación modesta que se suma a una serie de actuaciones deslucidas y a una carrera cada vez más oscilante.

Las grandes películas soportan ser vistas más de una vez. Es más, “quieren” ser vistas una y otra vez. Es lo que ocurre con otras muchas películas de los Coen: ¿Quién no volvería a ver’ The Man Who Whasn’t There‘, ‘A Serious Man‘ o ‘No Country for Old Men‘ en una de esas tardes en las que no sabe qué hacer? Pero ‘¡Ave, César!‘ está llamada a verse una sola vez. Poco después de salir de la sala de proyecciones, la olvidaremos. No lamentaremos verla, nos habrá hecho sonreír, habremos aprendido algo más sobre el Hollywood de los 50, sobre lo que fue el star system de la época… pero esperábamos más, mucho más.

¡Ave, César!

Sinopsis En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios pretende hacer una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella, pero el actor es secuestrado durante el rodaje.
País Estados Unidos
Director Joel Coen, Ethan Coen
Guión Joel Coen, Ethan Coen
Música Carter Burwell
Fotografía Roger Deakins
Reparto Josh Brolin, George Clooney, Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Channing Tatum, Scarlett Johansson, Alden Ehrenreich, Frances McDormand, Jonah Hill, Christopher Lambert, Clancy Brown, Wayne Knight, Dolph Lundgren, Patrick Fischler, Robert Picardo, David Krumholtz, Fisher Stevens, Emily Beecham, Fred Melamed
Productora Touchstone Pictures. Mike Zoss Productions
Género Comedia. Cine dentro del cine. Años 50. Desapariciones
Duración 106 min.
Título original Hail, Caesar!
Estreno 19/02/2016

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Calificación5
5

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Amor DiBó

Trabaja en el mundo editorial, y le gusta la arquitectura, viajar, el cine, la robótica-nanotecnología, hacer tortilla de patata, el té y la buena educación.

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