«Blair Witch vuelve a los bosques de Maryland para investigar la desaparición de la hermana del protagonista junto a sus amigos.»

Cuando en 1999 apareció en todas las pantallas del mundo The Blair Witch Project, dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, y basada en un guion escrito por ellos mismos, la crítica cinematográfica la aplaudió a rabiar por la angustia que generaba gracias a los efectivos y sorprendentes golpes de efecto. Una historia de terror que funcionaba a la perfección a pesar de no ser un alarde del séptimo arte.  Aún así, y gracias a una astuta campaña a través de Internet, el film se convirtió en un éxito de taquilla, obteniendo la escalofriante cifra de 248 millones de dólares, convirtiéndose en la película más exitosa de todos los tiempos, si tenemos en cuenta la relación inversión-taquilla, ya que cada dólar financiado se convirtió en una ganancia de 10.000.

Era una idea sencilla, y al mismo tiempo, inteligente: compuesta por imágenes amateurs, nos contaba la historia de tres jóvenes cineastas  que desaparecieron en las Black Hills de Maryland para filmar un documental sobre una leyenda conocida como La bruja de Blair. En el film, se aseguraba que nunca se había vuelto a saber de nuestros protagonistas, pero que un año más tarde, fue encontrado parte de su material y recuperado el metraje filmado, que era el que se presentaba al público. Una ambigüedad de hechos contados como si fueran reales, filmados “cámara al hombro”, con la única luz de las linternas; la historia corrió como la pólvora por la Red. Una idea genial que todos aplaudimos como un nuevo amanecer en el cine de terror.

Blair Witch, dirigida esta vez por Adam Wingard, vuelve a los bosques de Maryland para investigar la desaparición de la hermana del protagonista junto a sus amigos. Hasta aquí bien. Lo malo, lo peor de lo peor, es que volvemos de nuevo al mismo juego de filmación continua con la cámara al hombro, el mismo juego de luces con las linternas, el mismo escenario, una mera copia del original que no aporta absolutamente nada, convirtiendo el aburrimiento en tedio. El realizador Adam Wingard, del que recordaremos por títulos como Tú eres el siguiente (2011), The ABC´s of Death (2012) o V/H/S (2012), se dedica a pasear por los mismos senderos acompañados por el debutantes actores James Allen McCune, Corbin Reid, Wes Robinson y sus amigos, Callie Hernández (Episodio piloto para la televisión de Abierto hasta el amanecer (Robert Rodriguez, 2014) y Valorie Curry (The Following – Serie de TV).

No es cierto que segundas partes nunca fueron buenas. Tenemos sagas terroríficas, como por ejemplo, Pesadilla en Elm Street, Saw, Destino Final, Viernes 13, Scream, La matanza de Texas, Halloween, REC o el mismísimo Exorcista, que pueden gustar más o menos, pero nunca decepcionan: siempre hay nuevos giros argumentales, sustos, imágenes novedosas, o simplemente nuevas experiencias para los protagonistas. En Blair Witch no esperen nada de esto, y si han visto el original,  ya saben el final. La Bruja de Blair se nos ha vuelto mustia y agoniza en los bosques de Maryland.

Sinopsis Unos estudiantes se adentran en los bosques Black Hills de Maryland para intentar descubrir qué pasó en la desaparición de la hermana de James, relacionada con la leyenda de la bruja de Blair. Pronto una pareja de lugareños se ofrece a ser sus guías en los bosques.
País Estados Unidos
Director Adam Wingard
Guión Simon Barrett
Música Adam Wingard
Fotografía Robby Baumgartner
Reparto James Allen McCune, Callie Hernandez, Corbin Reid, Brandon Scott, Wes Robinson, Valorie Curry
Género Terror
Duración 89 min.
Título original Blair Witch
Estrenos 04/11/2016

Trailer