James Holmes irrumpió hace tres años en un cine de Aurora en Colorado (EEUU) con gas lacrimógeno y fuertemente armado. Proyectaban el film ‘The Dark Knight Rises’. Comenzó a disparar hasta acabar con la vida de 12 personas, dejando además a otras 70 heridas. Cuando fue detenido, se identificó como el Joker, uno de los enemigos de Batman en la ficción.
Holmes reconoció haber causado esas muertes, pero se declaró a sí mismo no culpable, alegando enfermedad mental.
El jurado, compuesto por nueve mujeres y tres hombres, se pronunció el pasado viernes. Puesto que no han podido llegar a un veredicto unánime, la posibilidad de la pena de muerte queda excluida. «Nosotros, el jurado, no tenemos un veredicto final unánime sobre este cargo y nosotros, el jurado, entendemos que la corte impondrá la sentencia de cadena perpetua sin la posibilidad de pedir la libertad condicional», manifestó un funcionario de la corte.
El jurado rechazó por tanto los argumentos de la defensa, quien aseguraba que padece una enfermedad mental, y lo declararon culpable de asesinar a 12 personas y de tratar de matar a otras 70 en 2012.
Este ha sido uno de los juicios más largos de la historia de Estados Unidos; más de 1.000 días de deliberaciones, y los testimonios de las víctimas reproducidos una y otra vez.