Isabel Coixet

Isabel Coixet

“Personalmente, Isabel es la persona más divertida, temperamental, sabia, inmadura, maternal e infantil que nunca he conocido. Lo es todo a la vez, estallando de vida. Tiene una empatía y perspicacia para otros seres humanos que es asombrosa. Es alguien que hace que la vida parezca vertiginosa. Nunca he visto a nadie leer tantos libros, probar tantos restaurantes y viajar a tantos sitios distintos en una semana”. Ésta es la opinión tan halagadora, y divertida al mismo tiempo que Sarah Polley, protagonista de dos de las películas más conocidas de Isabel Coixet, tiene de esta cineasta.

Nacida en Barcelona en 1962, a Isabel Coixet ya desde niña le gustaba el cine. En su comunión le regalaron una primitiva cámara de súper 8mm y, como su abuela trabajaba de taquillera, ella y sus padres tenían la costumbre de ir en muchas ocasiones a ver películas. En aquellos años pudo disfrutar de, entre otras muchas, ‘La Pasión de Juana de Arco’, de C.T. Dreyer, ‘El séptimo sello’ o ‘El manantial de la doncella’, de Ingmar Bergman, sin olvidarse también de otro tipo de films como los de Karel Reisz o Woody Allen. Debido a que en aquel momento no había escuela de cine en Barcelona, y no podía permitirse el lujo de ir a estudiar a Madrid, terminó cursando la carrera de Historia Contemporánea. A principios de los 80, colaboró con las revistas “Sal común” y “Fotogramas”,  hasta que en 1984 realizó su primer cortometraje, ‘Mira y verás’.

Cuatro años después, estrena su primera película: ‘Demasiado viejo para morir joven’. Pero es con su segundo film, ‘Cosas que nunca te dije’, ya en 1996, con el que el éxito le lleva a ser conocida por el gran público. Rodada en St.Helens, una pequeña y aislada ciudad del estado norteamericano de Oregón, cuenta una historia de soledad, amor y desamor, en la que los silencios suelen ser más importantes que cualquier palabra y donde la comunicación se ve mermada entre personas que sufren a solas en una sociedad individualista e inhóspita.  Si por algo se caracterizan todos los personajes de esta película es por su peculiaridad: Ann, la protagonista femenina, ha sido abandonada por su novio y, tras un intento de suicidio, se decide a grabar videos para mandárselos a él, para mostrarle su dolor y contarle todo aquello que en su momento no supo o pudo decirle. Por su parte, el protagonista masculino, Don,  se dedica a vender casas soñando qué será de las vidas de aquellos que las compran, mientras ocupa su tiempo libre como voluntario en el teléfono de la Esperanza. A su alrededor aparecen una serie de personajes, en su mayor parte bastante peculiares, que deambulan en búsqueda del amor para escapar de su soledad y su propia desesperanza. Aunque nos encontremos ante una historia triste, la ironía y la singularidad con la que Isabel Coixet la trata hacen de ella una película que mueve, en ocasiones, a la sonrisa y al optimismo.

cosas que nunca te dije

Cosas que nunca te dije

Después del éxito de ‘Cosas que nunca te dije’, Isabel Coixet realiza ‘A los que aman’ en 1998, una película con la que llevaba soñando desde hacía tiempo. Deseaba contar una historia similar a las obras de Stendhal, y ensalzar una narración donde las pasiones primarias se contraponen a la racionalidad y la naturaleza para formar parte del devenir de los personajes. Ambientada en el siglo XVIII, ‘A los que aman’ narra la historia de un maestro que, aunque de joven había sido médico, abandonó su profesión al no poder salvar la vida de su único amor, Matilde, a quien siempre quiso en silencio. Con una iluminación y una puesta en escena muy cuidadas, la naturaleza se convierte en un personaje más de la película. Unas veces está cargada de valores estéticos, ya sea por su carácter pintoresco o sublime, y otras, al final del film, representa la negatividad, la absoluta frustración por la pérdida de la esperanza.

A los que aman

A los que aman

Mi vida sin mí’ es la siguiente película que lleva a cabo, en el 2003. Es la primera vez, igual que ocurre después con ‘La vida secreta de las palabras’, en la que interviene la productora El Deseo, de Pedro y Agustín Almodóvar. Este film supone su primer encuentro con la actriz Sarah Polley, que será protagonista también de su próximo film. Isabel Coixet utiliza aquí la cámara en mano, con la intención de acercarse más a los actores, para poder registrar cualquier cosa que estén haciendo de una manera más viva y real. ‘Mi vida sin mí’ cuenta la historia de Ann, que hasta los veintitrés años ha llevado una vida monótona y gris. Casada a los diecisiete años con un joven tierno y generoso, tiene dos hijas, vive en una caravana en el jardín de su madre, mientras trabaja como limpiadora nocturna en una universidad. Su existencia cambia radicalmente cuando le informan de que tiene un cáncer terminal. Con gran frialdad, sin decir a nadie que se está muriendo, elabora una lista con las cosas que decide hacer antes de morir. Aunque nos encontramos ante un tema dramático, la película es  un canto a la vida cotidiana, a los detalles entrañables de un mundo lleno de pequeñas enormes cosas.

Mi vida sin mi

Mi vida sin mí

A continuación de ‘Mi vida sin mí’ llega, en 2005, ‘La vida secreta de las palabras’. De todas las películas de Isabel Coixet, ésta ha sido la que ha recibido más galardones. Se trata de la confirmación de un perfeccionamiento de su propio lenguaje cinematográfico. Esta película no sería posible sin el bagaje de sentimientos que experimentó la directora catalana al realizar el documental ‘Viaje al corazón de la tortura’. El presupuesto también le facilitó la posibilidad de contar con Tim Robbins. Tal y como cuenta Isabel Coixet, el guión se construyó a partir de dos elementos fundamentales: la presencia de Sarah Polley como protagonista, y el escenario de una plataforma petrolífera. ‘La vida secreta de las palabras’ nos narra la historia de Hanna y Josef, dos seres atormentados. Ella vive completamente aislada y, aún siendo enfermera de profesión, trabaja de obrera en una fábrica intentando olvidar su terrible pasado en la guerra de Bosnia. Los dos se encuentran en la plataforma petrolífera por un incendio que ha dejado a Josef tan gravemente herido que de momento no puede ser transportado a tierra firme. Hanna, de vacaciones, es contratada para cuidarlo. Allí se encuentra con seis hombres, que buscan en la soledad la escapatoria a un mundo hostil. Pero, Hanna va despertando a la belleza de la vida gracias al vínculo que establece con Josef. La propia Isabel Coixet ha comentado que el principal tema de esta película «es el pasado, la forma de sobrevivir a él, cómo superarlo y cómo convivir con él en el presente y la imposibilidad de olvidarlo todo». Tanto el compromiso social, que es de mucho más calado en este caso, como la soledad o la incapacidad de comunicarse se vuelven a revisar en este film de forma brillante y emocional.

La vida secreta de las palabras

La vida secreta de las palabras

Es en 2008 cuando la directora catalana se decide a hacer una película en Hollywood. Después de varias propuestas que no le encajaban, al final sucumbe ante Lakheshore Entertainment y dirige ‘Elegy’, un film basado en la novela de Philiph Roth, ‘The Dying Animal’, con un guión escrito por Nicholas Meyer. Tal y como reconoce: “Cuando supe que iba a adaptar a Philip Roth me dio miedo, y cuando me dijeron que Ben Kingsley y Penélope Cruz iban a actuar me dio más miedo. Era un auténtico desafío”. En ‘Elegy’ se cuenta el relato de un maduro profesor y crítico literario, David Kepesh, que ha convertido el amor sensual en el elemento primordial de su vida. Sin embargo, cuando conoce a Consuela, una joven y bella cubana, acaba enamorándose de ella. Estrenada en el Festival de Berlín, la película tuvo todo tipo de respuestas por parte de los críticos. En general, ‘Elegy’ cuenta una historia de tintes dramáticos de una forma demasiado reiterativa, en la que quizás la autora busque una mayor empatía entre el espectador y lo que le está ocurriendo a los personajes. Aún así, hay ocasiones en que la película resulta demasiado evidente y lenta. En esta ocasión, la narración, las imágenes y la música carecen del encanto personal que destacan en otras obras de la directora catalana.

Elegy

Elegy

Un año después, en 2009, Isabel Coixet elige uno de sus países favoritos, Japón, para rodar ‘El mapa de los sonidos de Tokyo’. Con un guión escrito por ella, esta película nos cuenta la historia de Riy, una joven solitaria que trabaja en una lonja y al mismo tiempo es asesina a sueldo. Todo empieza desde el momento en el que un gran empresario, Nagara, se entera de la noticia del suicidio de su hija, Midori, y decide vengarse matando al novio de la chica, un español llamado David. Es a Riy a la que le encargan llevar a cabo este trabajo. El sentimiento de soledad inmenso de la protagonista, que sólo habla con una persona, o el de David, que deambula en un taxi viendo la multitud de personas en las calles, destacan ante las imágenes de una ciudad reflejada como un mundo de sonidos y colores. Sólo al conocer a David, Riy va a sentir lo que es amar a otra persona. Isabel Coixet vuelve a realizar una película personal, en la que los pequeños detalles, el silencio compartido, y la aparición del amor cambian el rumbo de la historia y de su protagonista.

Mapa de los sonidos de Tokyo

Mapa de los sonidos de Tokyo

Después de viajar a un país tan lejano y desarrollado, Isabel Coixet, regresa en 2013 con una película que habla de la situación de crisis en España, ‘Ayer no termina nunca’. El film nos cuenta la historia de una pareja que se encuentra cinco años después de separarse, tras haber perdido a su hijo por una negligencia hospitalaria causada por los recortes. La protagonista, Candela Peña, vive dentro de su coche, en un lugar abandonado a las afueras de Barcelona. Queda con su marido, Javier Cámara, en un edificio oficial, en el que no se atisba ninguna señal de vida. Él emigró hace años a Alemania, donde su vida transcurre con más éxito y calma. Para contar este film, Isabel Coixet parte de la obra de teatro ‘Gift’, de Lot Vekemans, y de  la propia experiencia real de  unos amigos a los que le dedica la película. Con el sobrio escenario de un lugar despersonalizado y sombrío, el encuentro entre estos dos personajes es similar a un choque de trenes, entre el que descarrila y el que sigue indemne con su velocidad y forma de vida. Pero más que eso, estamos ante un drama personal, centrado en dos personas que han visto desgarrada su existencia ante la muerte de su hijo. En la película aparecen sólo dos personajes, sobre los que recae todo el peso de esta historia. Un film en el que el compromiso social y humano se refleja desde el principio hasta el final.

Ayer no termina nunca

Ayer no termina nunca

Sorprendentemente, en el 2014 la directora catalana se sumerge en un género que no había tratado nunca: un film de terror para adolescentes. Bajo el título de ‘Mi otro yo’, y protagonizada por la actriz que hace el papel de Sansa Stark en ‘Juego de Tronos’, la película cuenta con la presencia de Geraldine Chaplin y Leonor Watling. Inspirada en una novela de Cathy Macphail, el guión cuenta la historia de una joven que, detrás de su vida aparentemente normal, empieza a tener la sensación de que alguien igual a ella la persigue y poco a poco va suplantando su personalidad. El ambiente creado en este film, desde el túnel completamente oscuro por el que la protagonista va al colegio hasta el toque inhóspito en la decoración de la habitación de la joven, resulta muy oportuno para dar rienda suelta a la acción y colocar a la oscuridad como una clara protagonista. El juego que se establece con su doble, básico en esta historia, resulta muy poco novedoso, llevándonos incluso a comparaciones con otras películas actuales que tratan sobre el mismo tema. El objetivo de meternos en la piel de la protagonista podría decirse que es una finalidad que consigue, gracias a la interpretación de la actriz y a la capacidad de la directora catalana para jugar con la sensación de decrepitud y miedo de la propia joven. Al final, nos encontramos con una vuelta de tuerca en el guión que precipita con originalidad el final de la historia. Podríamos decir que, a pesar de no ser un film que sorprenda dentro del género que trata, Isabel Coixet demuestra que sabe manejarse a la hora de cambiar de registro y contar una historia completamente distinta a lo que suele ser habitual en ella.

Mi otro yo

Mi otro yo

La siguiente película de Isabel Coixet, estrenada este verano, ‘Aprendiendo a conducir’, relata la historia de Wendy, una crítica literaria que vive en Manhattan, y que decide sacar el carnet de conducir cuando está en pleno proceso de divorcio. Su profesor, Darwan, un refugiado político hindú, que trabaja de taxista y profesor de autoescuela, está a punto de casarse con una mujer elegida por su hermana a la que ni tan siquiera conoce. Protagonizada por Beng Kingsley y Patricia Clarkson, ‘Aprendiendo a conducir’ es una película amable, con un guión sin demasiados sobresaltos, y en el que los diálogos e interpretaciones nos empujan más a la sonrisa que al drama. Ni tan siquiera las diferencias sociales entre los dos personajes principales, aunque evidentes, son tratadas con demasiadas complicaciones. Darwan y Wendy viven dos realidades completamente distintas, pero serán sus conversaciones y confidencias las que les permitan crear entre ellos una amistad especial, en la que priman las situaciones de humor que generan juntos.

Aprendiendo a conducir

Aprendiendo a conducir

Además del estreno de ‘Aprendiendo a conducir’, el 2015 está siendo intenso para Isabel Coixet. Este año fue la segunda vez en el que una mujer inaugura el Festival de Cine de Berlín con su película. Resultó ella la encargada de hacerlo, con su film ‘Nadie quiere la noche’, una historia de amor y aventuras en el polar ártico, protagonizada por Juliette Binoche. En Septiembre, obtuvo en Francia la distinción honorífica de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. Actualmente está inmersa en la película colectiva ‘Spain in a day’, producida por RTVE y Mediapro, que estará basada en todos los vídeos anónimos que le lleguen de aquellos españoles que viven dentro y fuera del país.  Se trata de un proyecto que se hizo por primera vez en Estados Unidos, producido por Ridley Scott, y en el que participaron ochenta mil personas de todo el mundo. El día elegido para que todos los que quieran hagan su grabación es el próximo sábado, 24 de Octubre, en cualquiera de las veinticuatro horas del día. Se trata de contar, en un tiempo máximo de quince minutos,  todo aquello que a cada uno le apetezca.  Se puede grabar en soporte digital, con el dispositivo que se prefiera. Debe hacerse en formato horizontal, sin música, ni imágenes de marcas comerciales. No puede estar ni editado ni montado.  Los vídeos se tienen que enviar a través de la aplicación spain in a day o de la web de RTVE.  El plazo de envío termina el 15 de noviembre. La película se estrenará en el Festival de Cine de San Sebastián del año que viene.

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Isabel Cabanas

Licenciada en Periodismo y colaboradora en varios medios de comunicación. Me gustan todo tipo de géneros cinematográficos. Eso sí, menos el de terror.

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