La llamada (2017) de Javier Ambrossi y Javier Calvo – Crítica

«La Llamada —sabe Dios porqué—, te mantiene atrapado colonizando tu tiempo, tu mirada y hasta las sonrisas que se escapan de vez en vez»

Si Whitney Houston resucitara, se pasaría sin dudarlo a los ritmos electro-latinos, aunque los jóvenes directores de La Llamada han decidido mantener la musicalidad original de la cantante en un musical atípico que marca una constante, una pugna que mantiene una intencionalidad clara: el ir y venir de la comedia y la tensión, que en ocasiones se funde con la impúber voz de Macarena García, construyendo una película que, —sabe Dios porqué—, te mantiene atrapado colonizando tu tiempo, tu mirada y hasta las sonrisas que se escapan de vez en vez.

La Llamada amanece como una película de campamento de monjas en algún lugar de Segovia, (de nombre La Brújula), solo para chicas. Eso aparenta, pero escapa rápido del cliché veraniego para adentrarse en otros tópicos heredados de “diosas” como Whoppie Goldberg sazonado con diálogos que recuerdan a la España profunda de Sor Citroen (1967), presentando a las monjas como aquello que exactamente son: mujeres con inquietudes, necesidades y sueños no resueltos. Pero esta película no habla de Dios, por mucho que se empeñe en aparecer —por séquito escaleras al cielo— sino de la transformación y el descubrimiento propio de dos adolescentes obsesionadas con la música. Transformación que sugiere abandonar el infantilismo cuando te encuentras en la pubertad, para recuperarlo cuando te encuentras en una fase de excesiva madurez, y en este caso, de retiro y hábito, en el mejor papel del film encarnado por Sor Milagros (Belén Cuesta).

Pero, (y ahora vienen los peros), es una película que se queda quieta en medio de una cultura en continuo cambio, en permanente movimiento feminista, pues parece encontrarse encasquillada entre el vano entretenimiento y la reproducción de costumbres sociales que bien proceden de otro tiempo, banalizando el hecho mismo en donde nos movemos: un campamento solo para chicas, con fuerte control y disciplina. Los espectadores se evaden de este contexto para centrarse en las protagonistas, cargadas de belleza, que concentran su existencia en el alcohol y en expectativas de futuro idealizadas. Sin duda, las intenciones de sus creadores pueden confundir, porque toda la cinta trota a caballo entre una pretendida comedia de los valores más conservadores y una dejadez de los valores contemporáneos, (representados en Anna Castillo y Macarena García). Qué duda cabe que si, cambiamos a Juan Magán por los Chunguitos, y le aplicamos un filtro sepia, podría pasar por una película de cine “quinqui” de Eloy de la Iglesia. No sé a ciencia cierta si la comparación serviría para explicar (como ya sucedía en La Isla Mínima) que la sociedad española está experimentando una fuerte regresión cultural. Y aunque existen momentos de sonrisa, uno no sabe cuando juega en clave de comedia o en clave dramática, producto de no tener nada claro qué es lo que se quiere mostrar.

Dichas fallas, —surgidas a partir de construir cultura basada únicamente en el espectáculo— se aderezan con pistas musicales que bien podría ser hijas de “La Voz Kids” interpretadas por los niños de San Ildefonso. Y es que, en La Llamada, (formato cine) hasta Leiva se ha puesto el bañador para componer.


País España
Dirección Javier Ambrossi y Javier Calvo
Guion Javier Ambrossi y Javier Calvo
Música Leiva
Fotografía Miguel Ángel Amoedo
Género Comedia
Duración 108 min.
Título original La llamada


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Santiago Jurado

Natal de Madrid (1984). Pedagogo, Dromomaníaco y coordinador de Proyectos educativos. Interesado en las herramientas visuales como agente didáctico en las aulas. Estudié guión de cine en Fuentetaja Literaria y diseño con 3DStudio Max en el centro Nuevas Tecnologías de Madrid. Practicante de Yoga, Mindfulness y Senderismo. Adoro los movimientos contraculturales, la escritura no lineal, el baile improvisado y la naturaleza salvaje.

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