La profesora de piano (2019), de Jan Ole Gerster – Crítica

Creaciones así son necesarias porque muestran un perfil psicológico loable y conveniente en nuestros días.

Lara (Corinna Harfouch) es una mujer sobria, madura y solitaria que acaba de jubilarse. Era funcionaria y tenía un puesto de responsabilidad en una oficina del catastro y, por otra parte, ejercía como profesora de piano. Su alumno más aventajado fue su propio hijo, al que le pidió mucha dedicación y al que siempre le dijo la verdad, aunque le doliese, con el firme propósito de que se convirtiera en un gran músico. Así fue y ahora es concertista, pero tiene una relación tensa con su madre debido a los altos niveles de exigencia a los que ella le sometió. La película comienza el día del sesenta cumpleaños de Lara, que casualmente coincide con un concierto de su hijo Viktor (Tom Schilling) donde va a presentar, en exclusiva y por primera vez, una de sus composiciones. Al enterarse su madre que aún quedan entradas por vender, las compra todas y las reparte entre varias personas. Este hecho generará circunstancias inesperadas y descontroladas revestidas con leves atisbos de humor, siempre seco y contenido, que no llegará a todos los públicos por igual.

Serviría de purga a más de un nini infectado por el síndrome del emperador.

Es una cinta profunda y elegante en la que no hace falta sonreír. Donde la austeridad y el rigor se convierten en los atinados predecesores de los propósitos de una vida con ambiciones, donde el esfuerzo da sus frutos cuando se paga un alto precio. Esta madre apostó por su hijo, apartando melindres y adulaciones, que sólo entorpecían y perjudicaban su carrera. Ella sigue buscando la excelencia en su descendiente, no la mediocridad. En una sociedad donde la apariencia y la falsa moral infectan los auténticos valores de superación del ser humano y donde ser el mejor es motivo de marginación, es aún más difícil destacar porque, entre otras cosas, está mal visto. De ahí que esta mujer haya sido segregada incluso por su entorno más cercano: su marido la dejó, su madre la ignora y hasta su propio hijo la evita. Aun así, ella se mantiene fiel a sus principios y aunque hiera con sus comentarios y actitudes, peca de una aplastante honestidad con los demás y con ella misma. La hipocresía es un salvo conducto para que muchas veces te reconozcan y te amen, incluso en tus círculos más cercanos: triste, pero cierto. Lara lo sabe, pero ignora ese precepto con valentía manteniéndose leal a ella misma y a sus fuertes principios pase lo que pase y caiga quien tenga que caer.

La protagonista absorbe la obra, se la bebe sola. La película es ella y sólo ella, lo demás es circunstancial y anecdótico. Es una mujer tan atractiva en su personalidad que embauca incomprensiblemente desde el principio. Su rigor, su disciplina, su seriedad, su madurez… forman parte de un conjunto monolítico que no podría ser de otra manera. Ella es un todo y lo sabe. La cinta tiene un color frío como su estrella y no llega a ser triste porque se percibiría como un gesto de debilidad que no puede consentirse en una obra como ésta.

Creaciones así son necesarias porque muestran un perfil psicológico loable y conveniente en nuestros días, pero en desuso por el entorno mollar al que nos vemos sometidos. No hace falta una gran producción para hacer una buena película que, a mi modo de ver, requiere de más de un visionado y que, por otra parte, serviría de purga a más de un nini infectado por el síndrome del emperador. Se la recomiendo.


Sinopsis Es el 60 cumpleaños de Lara, a quien no le faltan motivos para celebrarlo: su hijo Viktor va a dar el concierto de piano más importante de su carrera. Ella fue quien proyectó y guió su trayectoria musical, pero llevan varias semanas sin hablar y nada parece indicar que Lara será bienvenida en su debut como intérprete profesional.
País Alemania
Dirección Jan Ole Gerster
Guion Blaz Kutin
Música Arash Safaian
Fotografía Frank Griebe
Reparto Corinna Harfouch, Tom Schilling, Volkmar Kleinert, André Jung, Gudrun Ritter, Rainer Bock
Género Drama
Duración 98 min.
Título original Lara
Estreno 19/03/2020

Calificación7.5
7.5

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Guillermo Pérez-Aranda Mejías

Soy un escritor romántico con matices quevedescos. Disfruto con lo absurdo del surrealismo y me apasiona encarcelarme en mi castiza torre de marfil, donde desarrollo mi creatividad rodeado de música, de libros, de cine y de lo más selecto de la humanidad huyendo así, en la medida de lo posible, de lo más mundano. Roquero trasnochado y poeta de lo grotesco, he decidido, como si fuera un samurái que se destripa por su honor, entregar mi vida por entero al arte.

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