Las mejores películas de 2016

Las mejores películas de 2016

Con el final del año, llegan las inevitables reflexiones sobre todo lo que dejamos atrás con él. Y pocas reflexiones gustan más a todo cinéfilo que se precie, que repasar el buen cine disfrutado a lo largo de este tiempo. Con ese objetivo expongo a continuación las 12 películas que a mi juicio mejor representan a la cosecha cinéfila del 2016. Quiero agradecer a los responsables de esta página la oportunidad de compartir con todos vosotros una lista tan subjetiva y personal, como variada en un año tan intenso y plural en materia cinematográfica.

Lejos de estar ordenadas por preferencia (bastante difícil es ya quedarse sólo con 12 títulos), las he presentado según su fecha de estreno en España. Recalcar que las películas consideradas cumplen como único requisito haber sido estrenadas en las salas españolas durante este año que dejamos, independientemente de su año de producción original. Como en cualquier lista de este tipo, estoy seguro de que mi opinión diferirá de la de muchos de nuestros lectores, pero siempre es una buena oportunidad de intercambiar opiniones y hacer repaso y descubrimiento de muchas historias que nos han hecho vibrar para perdurar en nuestra memoria.


Los Odiosos Ocho [Director: Quentin Tarantino]

Si hay un género que ha sufrido cierta resurrección durante este año ha sido el Western. Prueba de ello es este puñetazo en la mesa en forma de película, con el que el gran “enfant terrible” de los cineastas contemporáneos nos deleitó a la par que aportó su particular toque a un género dado erróneamente por muerto.

Grandes diálogos y personajes, altas dosis de trepidante violencia y sólidos giros de guion componen una obra que gustará por igual a los seguidores de Tarantino como a aquellos que disfruten de recuperar escenarios clásicos del cine dentro de un enfoque contemporáneo a nivel narrativo. Al contrario que ocurriera con Django Desencadenado, su recta final es sencillamente de lo mejor del cineasta desde el desenlace de Reservoir Dogs.


Carol [Director: Todd Haynes]

Tan diferente es con respecto al cineasta anteriormente destacado, como atípico es su cine dentro del panorama estadounidense. Desde el año 2007 no estrenaba nada Todd Haynes en pantalla grande, y desde luego la espera mereció la pena. Elegante, intrigante y capaz de trascender más allá de una temática habitualmente reivindicativa, Carol demuestra una vez más el valor de sugerir por encima de lo explícito y vulgar.

En mi opinión Haynes va un paso más allá de lo mostrado con brillantez en Lejos del Cielo, aunando el retrato del conflicto entre clases sociales con la hipocresía de la sociedad frente a temas como la homosexualidad o la infelicidad en el matrimonio. Contiene además dos de las mejores interpretaciones femeninas de los últimos años, constatando una vez más el nivel de Cate Blanchett y confirmando a Rooney Mara como una de las actrices a tener en cuenta en los años venideros.


El Renacido [Director: Alejandro González Iñárritu]

El Renacido

Después de hacernos vibrar con la estupenda Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia), resultaba difícil esperar que lejos de mantener su nivel, Iñárritu iría un paso más allá en su capacidad para alcanzar la excelencia cinematográfica. Más que una película, El Renacido es una experiencia vital en sí misma. No recuerdo una utilización tan perfecta de la naturaleza como escenario a todos los niveles, tanto a nivel estético como en su integración dramática con los protagonistas.

Tan excelsa en su derroche técnico y artístico como capaz de mantener en todo momento la tensión y ritmo de la historia, pudimos ser testigos de un duelo actoral que nada tiene que envidiar al comentado en la película anterior. Si Leonardo DiCaprio logró su más que merecido y ansiado Óscar, Tom Hardy vino a despejar cualquier duda que hubiese de que se trata de uno de los actores más talentosos y camaleónicos de la actualidad.


Zootrópolis [Director: Byron Howard, Rich Moore]

Acostumbrados a celebrar cada cierto tiempo una obra maestra de Pixar, sorprende encontrarse con una cinta de Disney de entidad fuera de los dominios de John Lasseter. Sospecho que no debimos de ser pocos los que encontramos en Zootrópolis una más que grata sorpresa dentro de la notable oferta de cine de animación que nos ha deparado este año. Una fábula sutil y divertida sobre la sociedad occidental, que nos recuerda las consecuencias de abrazar el odio y miedo ante lo diferente en tiempos de incertidumbre.

Como suele ocurrir en las mejores historias del género, el éxito radica en el perfecto equilibrio entre el envoltorio de cine de evasión y el mensaje de mayor profundidad temática destinado al público adulto. Una ocasión idónea de inculcar algunos valores de tolerancia necesarios en los más pequeños y, por qué no, abrir un poco los ojos de los no tan pequeños sobre las consecuencias de la intolerancia que resurge en nuestros días.


Anomalisa [Director: Charlie Kaufman, Duke Johnson]

Charlie Kaufman es una de mis grandes debilidades, tanto en su faceta de guionista como en sus dos tristemente poco reconocidas películas como director. Sólo él podía ser capaz de hacer una película tan adulta, dotándola con un envoltorio estético habitualmente asociado a lo contrario. Pocas veces se ha visto una disección tan precisa de la mente humana y las motivaciones emocionales que nos impulsan.

Una oda a la búsqueda de la singularidad frente a la aplastante monotonía, tan deprimente como extrañamente hermosa. Solo cuando uno acaba de verla, comprende en toda su magnitud la genialidad de la propuesta tanto temática como estéticamente, sirviendo todos sus elementos para llevar de la mano al espectador en un viaje hacia el interior de una mente tan única como genial.


La Bruja [Director: Robert Eggers]

En un género tan habitualmente manido y estereotipado como el terror en el cine moderno, siempre es bienvenido cuando un joven cineasta viene a recordarnos que hay vida más allá del susto fácil y el efectismo. Inspirado en los cuentos antiguos sobre brujería, el debutante Robert Eggers nos ofrece un retrato fidedigno de la sociedad y creencias de la Nueva Inglaterra del siglo XVII.

Lo primero que sorprende es la capacidad del cineasta de lograr tan fino retrato sobre la superstición y el miedo arcaico a lo oculto, valiéndose tan solo de la utilización de una escala de personajes tan pequeña como una familia. Acercarse a La Bruja es hacerlo a un relato propio de otro tiempo y lugar en la mente humana, como si se hallase entre el polvo en un remoto rincón de las hojas de nuestra mente. Nada recomendable para los que quieran pasar miedo, muy recomendable para los que quieran comprender la esencia del terror.


Dos Buenos Tipos [Director: Shane Black]

Un poco de diversión de la vieja escuela nunca viene mal y de eso Shane Black sabe un rato. Once añazos después de la disfrutable Kiss Kiss, Bang Bang, el otrora guionista estrella de las buddy movie nos presenta una de esas producciones, que podrían encajar perfectamente en la corriente actual de exaltación del factor nostálgico. Sin embargo, los méritos de Dos Buenos Tipos van mucho más allá del mero homenaje a ese cine basado en el tono gamberro y personajes anclados en lo políticamente incorrecto.

Directa y apasionante en su retrato de Los Ángeles en los años 70, hablamos de una historia divertida y estimulante de principio a fin. Black nos recuerda además que posee un talento innato para presentar parejas de improbables antihéroes protagonistas, ayudado en este caso por el oficio de Russel Crowe y un más que inspirado Ryan Gosling. Como propina, apunten el nombre de Angourie Rice como un talento interpretativo a vigilar.


Café Society [Director: Woody Allen]

Algunos dicen que la avanzada edad y su empeño en sostener el incansable ritmo de película al año, han provocado una sensación de repetición e incluso hastío al acercarnos al cine actual de Woody Allen. No negaré que en algunas de sus películas del actual milenio sea así, pero donde hubo fuego Woody se saca de vez en cuando una joya como lo es Café Society.

Partiendo de lugares comunes de su mejor cine, el autor neoyorkino se apoya en un inspirado dúo protagonista y la bella fotografía de Vitorio Storaro para hablarnos sobre la decepción y el desengaño. La luz y simpatía inicial acaban dando paso a una visión triste y melancólica de los sentimientos, frente al inevitable sentido práctico que inunda nuestro mundo. Una obra en definitiva a reivindicar cuyo tono crepuscular respecto al cine de Woody Allen, nos regala el que pudiera ser su canto de cisne creativo.


El Hombre de las Mil Caras [Director: Alberto Rodríguez]

El hombre de las mil caras

Si La Isla Mínima lo situó en la primera plana del cine español, el film que nos ocupa resalta a Alberto Rodríguez como el director más en forma de nuestro cine. El Hombre de las Mil Caras es un thriller de altura, con un aroma de cine de espías propio de las novelas firmadas por John le Carré. Si le añadimos que al frente de reparto tenemos al mejor actor español vivo, un tal Eduard Fernández, la fiesta está servida.

La película es además una nueva demostración de la capacidad del cineasta sevillano, tal como ocurriera con Grupo 7, de narrar episodios clave de la historia reciente de España a través de sólidos y eficaces envoltorios de thriller en cualquiera de sus vertientes. Una historia sobre el engaño y los juegos de poder frente a la que sólo nos queda esperar que la próxima de Alberto Rodríguez sea aún mejor.


La Llegada [Director: Denis Villeneuve]

Sencillamente la más pura representación de lo que es la ciencia ficción en el séptimo arte. Catalogar a la última película de Denis Villeneuve de una gran película sobre extraterrestres sería quedarse muy corto. Su capacidad para trasladar en imágenes la narrativa de la ciencia ficción literaria supone una de esas extrañas ocasiones en la que todos los elementos de una historia encajan a la perfección.

De la mano del soberbio ejercicio de experimentación narrativa que supone, nos hallamos ante una defensa de la comunicación y la apertura de mente de cara a la resolución de conflictos. Una cinta que además de sorprender por su aparente giro final, que no es tal sino la consecución de la perfección en su representación de un género fascinante, soporta con total solvencia posteriores visionados para demostrar que probablemente estemos frente a la mejor película del año.


Animales Nocturnos [Director: Tom Ford]

Mucho se ha hablado de la calidad estética de la segunda película de Tom Ford. Incluso se ha llegado a decir que estamos ante un bonito envoltorio pero vacío por dentro. Nada más lejos de la realidad, incluso debo decir que me vi gratamente sorprendido por la propuesta narrativa de tan notable film. Una historia que nos intenta convencer de ese viejo dicho de “los ricos también lloran”.

El ejercicio de catarsis experimentado por el personaje encarnado por la estupenda Amy Adams, no solo remueve la conciencia de la protagonista, sino que permite al espectador comprender y conectar con las motivaciones y sentimientos de un personaje a través de su práctica sustitución por un álter ego. Además de ser una brillante rareza que celebrar, es una pieza más en la ecléctica y estimulante filmografía del una vez más convincente e intenso Jake Gyllenhaal.


Comanchería [Director: David Mackenzie]

Aunque estrenada en el último suspiro, esta pequeña joya se merece por derecho propio su presencia en cualquier lista del mejor cine del año. Antagónica en sus formas y planteamiento narrativo a la primera película de la lista, comparte con ella la reivindicación del uso del Western como género a recuperar en el cine actual, máxime cuando nos permite remitirnos a tiempos menos saturados por la mercadotecnia vinculada a la presencia masiva de sagas y blockbuster clónicos.

Una historia tan dura como sosegada en sus formas, deja en el espectador el sabor del buen cine con carácter atemporal. Al igual que algunas de las restantes películas de la lista, se trata también de un necesario retrato de la situación social vivida por parte de la población a consecuencia de la eterna crisis económica. Un retrato casi perfecto del medio oeste norteamericano que nos recuerda que las historias de forajidos nunca mueren.


Y hasta aquí mi recopilación del mejor cine de 2016. Aparte de desear encontrarme muchas más grandes películas como éstas en el 2017, espero que este repaso anime a todo aquel que nos lea a compartir su propia lista. ¿Os animáis?

Share this post

Samuel Martín

Documentalista profesional, cinéfilo pasional, opinador vocacional. Graduado en Información y Documentación y realizador audiovisual, siempre me he sentido conectado a cualquier imagen que pueda proyectar una emoción en la pantalla grande.

1 comment

Añade el tuyo
  1. Samu 30 diciembre, 2016 at 15:20 Responder

    Mi lista sería:

    1. Embarazados
    2. Orgullo, prejucios y zombies
    3. Angry birds
    4. Julieta
    5. Antes de ti
    6. Lolo
    7. La llegada
    8. Escuadrón suicida
    9. Ozzy
    10. Canta.

Publica un nuevo comentario