Locarno 2017 – Día 6

Una de las señas de identidad del Festival de Locarno es su compromiso con los talentos emergentes. En una industria donde es complicado asentarse, el certamen suizo es una de las ventanas más relevantes para los nombres desconocidos. Y en lo que llevamos de 70 edición, estos directores debutantes o con escasa experiencia están deslumbrando. Al contrario que el Concorso Internazionale, donde se ha acordado un buen nivel pero sin llegar a la excelencia, el Concorso Cineasti del Presente está presentando joyas casi diariamente. Tras las estupendas Verão Danado y Milla, en la sexta jornada ha destacado un conmovedor retrato sobre una ausencia familiar en 3/4 de Ilian Metev. A través de la preparación de la audición de una joven que desea marcharse a estudiar al extranjero, el joven director búlgaro plasma con tacto las dinámicas del apoyo familiar. Una sensibilidad que es el punto en común de las obras de Cineasti del Presente. Pues parece que la falta de recursos lleva a realizar películas humanas. Y resultante reconfortante que Locarno nos demuestre que el futuro del cine goza de empatía.


‘3/4’ (2017), DE ILIAN METEV – CONCORSO CINEASTI DEL PRESENTE

Levantamos la mirada y la sala está a rebosar. Enfrente tenemos un piano, es la audición de nuestra vida. Empezamos a tocar la composición y nuestros dedos se desplazan con agilidad. No hay errores, pero falta algo para alumbrar al público. De pronto, aparecen otras manos a nuestros costados. La armonía es más perfecta en conjunto y el decisivo final es inminente. Sin embargo, el silencio hace acto de presencia. Para acabar la actuación había que pulsar la última tecla del instrumento. Una tarea imposible. Aún con seis manos inalcanzable. Perdemos nuestra oportunidad y nuestro futuro. Una sincronización y falta de compañía reflejada en la estupenda 3/4. En ella, la joven Mila se prepara para una audición que decidirá si se va a estudiar al extranjero. Ardua empresa desde una situación personal dolorosa. Como indica el inmejorable título de la cinta, hace poco de la desaparición de su madre. Una ausencia afrontada junto a su padre y su hermano que retrata con sensibilidad el director Ilian Metev. Siguiendo su rutina desde la distancia, muestra las dinámicas interiores y en conjunto de esta familia. A lo largo del metraje, la muerte de la madre no es mencionada, pero sobrevuela implacable. De esta manera, la autoestima de Mila sufre vaivenes debido a la falta de apoyo en su hogar. Su padre no ha encontrado la manera de comunicar sus emociones tras la trágica pérdida y su hermano todavía no tiene suficiente consciencia. Ya que la conmovedora cinta enseña con sensibilidad el apoyo y la soledad familiar. Tacto desde el punto de vista, siempre de cara a los protagonistas. Una forma de reflejar su soledad que cuando cambia a su espalda se siente como si ese cuarto que falta les empujase en silencio. Pues todavía no han terminado de reescribir la partitura doméstica y puede que con la marcha de Mila haya que volver a cambiar el compás. La tristeza de una composición descompuesta.


‘AS BOAS MANEIRAS’ (2017), DE JULIANA ROJAS & MARCO DUTRA – CONCORSO INTERNAZIONALE

Al abrir la nevera, la carne ha desaparecido. Evanescencia que suele ocurrir en una casa de São Paulo cada luna llena. Allí viven una embarazada Ana y Clara, una niñera que acaba de contratar. Pese a que todavía no ha nacido el niño, su pasado como enfermera le puede ayudar durante la gestación. Una transformación corporal y mental enfocada como un cuento en la encantadora y desigual As Boas Maneiras. Los directores brasileños Juliana Rojas y Marco Dutra ya habían coqueteado con el género para realizar cine social en Trabalhar Cansa (2011), una visión continuada e intensificada. Como influencia, hablan de las películas del comienzo de Disney que mezclaban música, terror y fantasía con una habilidad asombrosa. Mezcla transportada a la nocturnidad de São Paulo. Ante la aparición de hombres lobo, utilizarán su transformación para hablar del tema central del filme: la maternidad. Ana sufre cambios que no controla y que la dominan. Espera con ansia el nacimiento de su hijo, pero el camino es arduo. Todavía más notorio al ser una madre soltera. Una soledad alterada por la llegada de la niñera, ya que le abrirá la mente. Bajo el embarazo, la diferencia entre las clases sociales de ambas emerge como un acertado comentario social. Propósito de abarcar muchos géneros que acaba por empequeñecer la obra. En ella, encontramos fantástico, musical y cine social sin llegar a profundizar en ninguno de ello, lo que deja cojas a cada una de las patas. No obstante, en el que Rojas y Dutra se sienten más cómodos es en el fantástico, destacando la creación de los hombres lobos más adorables que se pueden imaginar. Porque regresa la luna llena y alguien se acerca a engullir la carne. Apetito que sólo podrá contenerse con buenos modales.


‘PERSON TO PERSON’ (2017), DE DUSTIN GUY DEFA – CONCORSO CINEASTI DEL PRESENTE

Amanece un nuevo día en Nueva York. Las calles están desiertas y la calma no tardará en desvanecerse. Antes de que esto ocurra, el director y guionista Dustin Guy Defa decide coger su cámara y adelantarse al sol. Por una especie de azar, el plano se acerca a tres ventanas hasta sobrepasar las cortinas. Una vez dentro, Person to Person no se despegará de sus residentes hasta cambiar de fecha. Tiempo suficiente para indagar en sus preocupaciones y construir un mosaico coral de la vida neoyorquina. En una de ellas, Claire se embarcará en un nuevo trabajo como reportera. En busca de respuestas ante un misterioso suicidio, su camino se enlazará con su supervisor joven e impulsivo y un anciano relojero con una ética impecable. Un relato acomodado en la impronta independiente de Sundance que destaca por su falta de pretensiones y una patente calidez. Todo ello sumado a un elenco talentoso con Michael Cera, Philip Baker Hall y, sobre todo, Abbi Jacobson, actriz que no tardará en conquistar los cines después de la televisión con Broad City. Mas el espíritu de este fragmento en la dispersa narrativa del director queda aplastado sin dar opción a la reanimación. Si la sencillez era seña del caso periodístico, en otra habitación de Brooklyn se encuentra Bene, un cazador de vinilos. Su jornada comienza al recibir la noticia de la venta de una reliquia de Charlie Parker, dotando de musicalidad a su odisea por conseguirla. Una travesía especialmente anodina y carente de interés. Conjugando lo peor del cine independiente americano, se pasará el día preguntando a extraños si le queda bien su camisa mientras adereza las circunstancias con discursos pedantes. Una semilla que se expande por Person to Person y entronca con la última crónica, la de una adolescente en pleno aprendizaje emocional. Como le cuenta a su amiga, y sirviendo como respuesta al filme, ella detesta a casi todo el mundo. Desde su juventud, este rechazo a los vínculos afectivos será utilizado por Dustin Guy Defa para cohesionar todas las historias. Como punto en común, todas las acciones de los hombres protagonistas se han visto motivadas por la conquista de una mujer. Una hecho que termina por destruir los pocos hallazgos y enfoca el desprecio hacia Person to Person. Pero la noche acecha en Nueva York y la cámara, junto a las ínfulas de Dustin Guy Defa, se aleja de las viviendas. Queda la esperanza que con el nuevo día, la ciudad sirva de escenario para otra mirada. Una que nos haga disfrutar al conectar con las personas.


‘CHIEN’ (2017), DE SAMUEL BENCHETRIT – PIAZZA GRANDE

Pasa un helicóptero y Jacques Blanchot se queda anonadado mirándolo. Después de años de matrimonio, su mujer le acaba de dejar diciéndole que su presencia le causa alergia. Una rara enfermedad a la que el doctor ha puesto su nombre. Una absurda excusa que Jacques acepta y sigue mirando al helicóptero. Un hombre bondadoso e ingenuo que será domesticado en la comedia surrealista Chien de Samuel Benchetrit. Tras perder su hogar, decide comprar un perro a su hijo. Intención que le llevará a una tienda de animales regentada por un violento dueño. Personalidad agresiva que embaucará al protagonista. Pues al poco de comprar al perro, este morirá. Lo lleva a Jacques, caracterizado con acierto por Vincent Macaigne, a recibir personalmente las clases de adiestramiento que había adquirido para su cachorro. Mediante el aprendizaje de traer la pelota o mantenerse tumbado, Benchetrit hablará sobre la alineación de los caracteres ingenuos. Una reflexión en forma de fábula surrealista en la que prima un tono definido a la perfección. El cineasta francés domina y plasma en pantalla su particular mundo. Una dimensión que funciona, mas el relato es anecdótico. Pues la alegoría sobre la domesticación del candoroso hombre desprende calidez, pero no es duradera. Como un perro, se marcha el helicóptero y buscamos instantáneamente otra distracción con la que entretenernos.

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Carlos Chaparro

Estudió Comunicación Audiovisual, permitiéndole trabajar en su pasión: el cine. Un amor incondicional que nació al descubrir a Patricia y Michel paseando por los Campos Elíseos.

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