«En algunos momentos recuerda el estilo de la “nouvelle vague”. Emmanuel Finkiel, su director, trabajó estrechamente con Jean Luc Godard en un amplísimo documental sobre este movimiento. Esa influencia –y el contenido de la novela original de la Duras- determinan el que Marguerite Duras: París 1944 sea una muestra de cine intimista»
En el cementerio de Montparnase, desde 1996 hay una discreta tumba con el nombre de una de las grandes escritoras francesas del siglo XX, Marguerite Duras. El nombre anexo al de la autora que figura en el título original de esta película, La Douleur corresponde a una novela escrita por ella, acaso la más famosa. La película nos muestra un tramo en la vida de la escritora.
En 1939, la Duras se había casado con Robert Antelme. La desgracia quiso que tuviera un hijo que fallecería poco después, en 1942. Ese mismo año, conoció a Dionys Mascolo con quien tendría otro hijo. Todos ellos participaron en la “resistencia” comunista y fueron capturados por los alemanes. Solamente la escritora logró escapar, según parece, ayudada por François Mitterand que, andando el tiempo, seria presidente de la Quinta República. Su marido, Antelme, resultó apresado y enviado a un campo de concentración el 1 de junio de 1944. Cuando todo esto ocurrió, la escritora había decidido divorciarse, sin embargo, esperó a su marido y lo cuidó a la vista de las precarias condiciones en las que regresó de su detención. Terminaría divorciándose en 1946. Este ciclo de su vida está tratado en La Douleur…
Con mucha frecuencia, el cine es una dramatización de un relato novelado y éste, a su vez, puede ocurrir que se trata de una “adaptación” de la realidad. Así que cuando se trata de llevar al cine una novela autobiográfica, hay que tener cuidado porque no siempre lo que se ve es lo que ocurrió realmente. Ya cuando apareció La Douleur llovieron acusaciones sobre la autora alegando que las cosas que relataba, eran recordados por otros de una manera muy diferente. Ella se defendió diciendo que esa era “su verdad” y que esa era “su memoria”.
Marguerite Duras: París 1944 empieza con el hallazgo de un cuaderno polvoriento en el desván que induce al recuerdo. El director Emmanuel Finkiel utiliza un interesante recurso visual –muy significativo a tenor de lo dicho en el párrafo anterior- del desenfoque fotográfico. A la autora la vemos perfectamente, pero su recuerdo, la gente de la calle solamente se vislumbra en sus formas.
Se trata una película que trasciende y va más allá de lo que la autora llega a contar. Normalmente las mujeres guardan secretos que se llevan a la tumba y en esta película queda constatada el control que su propio partido, el Partido Comunista de Francia del que fue expulsada en 1955, ejercía sobre su vida. El partido le aconsejaba ser de una manera y no de otra, como cuando la escritora se embarca en una relación tensa y de coqueteo con “Rabier”, un francés que colaboraba con los alemanes, por mucho que se tratara de un coqueteo muy superficial, que en la película está muy bien llevado (casi parece sacado de una película de Disney).
La cinta está dividida en dos partes, la primera es, sin duda la más creativa y la que tiene un lenguaje visual y unos recursos cinematográficos más logrados. La segunda parte, es, simplemente tediosa, nos muestra la angustia de la espera: el marido ha sido liberado pero no termina de llegar a París; la espera resulta obsesiva y hubiera podido acortarse, reduciendo las algo más de dos horas de duración en hora y media.
Mélanie Thierry asume el papel protagonista y sale airosa del trance. Lo mismo puede decirse de Benoit Magimel que está “au point”. Mención especial merece el trabajo del director de fotografía. Es cierto que Marguerite Duras: París 1944 encuentra en muchos momentos su cumbre gracias a la voz en off, a la que hay que estar atento porque nos indica las ideas-fuerza más importantes de la cinta. Sin embargo, la agilidad e interés de la primera parte, contrasta con el tedio suscitado en la segunda. Al final, si examinamos lo que hemos visto, advertiremos que la película está absolutamente descompensada.
En algunos momentos recuerda el estilo de la “nouvelle vague”. No es raro si tenemos en cuenta que Emmanuel Finkiel, su director, trabajó estrechamente con Jean Luc Godard en un amplísimo documental sobre este movimiento. Esa influencia –y el contenido de la novela original de la Duras- determinan el que Marguerite Duras: París 1944 sea una muestra de cine intimista. Incluso diríamos, excesivamente intimista.
Sinopsis Al encontrar dos viejos cuadernos en una caja olvidada, Marguerite Duras recuerda su pasado y el insoportable dolor de la espera.
País Francia
Dirección Emmanuel Finkiel
Guion Emmanuel Finkiel
Fotografía Alexis Kavyrchine
Reparto Mélanie Thierry, Benoît Magimel, Benjamin Biolay, Shulamit Adar, Grégoire Leprince-Ringuet, Emmanuel Bordieu, Elsa Amiel, Brett Gillen, Grégoire Gros, Anne-Lise Heimburger, Patrick Lizana
Género Drama
Duración 127 min.
Título original La douleur
Estreno 08/06/2018