Memorias de un hombre en pijama (2018) de Carlos FerFer – Crítica

Memorias de un Hombre en Pijama

«Memorias de un Hombre en Pijama resulta sencilla y muy agradable de ver. El resultado es agradecido, resuelto, ocurrente»

Nada más iniciar el visionado de Memorias de un Hombre en Pijama, aparece el actor Raúl Arévalo y hace una proclama. En concreto, dice que quiere trabajar en casa… y qué mejor que hacerlo en pijama. Lo de la casa y estar en pijama es una forma de decir que lo que el personaje quiere es vivir de lo que le gusta. Y lo que le gusta es dibujar, ilustrar, crear historias. Pues bien, a partir de esta proclama, el personaje que estaba encarnando Raúl Arévalo se transmuta en un émulo en forma de dibujo animado. Es decir, Memorias de un Hombre en Pijama es una película de animación, con una excepción al principio y otra al final. Parece, más bien, un cómic en el que se desarrolla una historia muy sencilla, casi costumbrista, en la que los protagonistas están intentando encontrar su lugar en la vida. Por tanto, dudas, zozobras, desengaños, oportunidades, cambios.

A diferencia de otras películas del género anime, como algunas que últimamente se han estrenado -estoy pensando en las japonesas Detective Conan o en Mary y la Flor de la Bruja-, que contienen un trabajo de fondo tanto o más exhaustivo que las películas convencionales, el caso de Memorias de un Hombre en Pijama me lleva a algo más ligero y manejable. Es decir, a diferencias de esas películas japonesas, Memorias de un Hombre en Pijama resulta sencilla y muy agradable de ver. Sin embargo, y aún con la sencillez, la historia está muy bien enfocada. Por otro lado, el resultado general es agradecido, resuelto, ocurrente sin histrionismos.

La historia es bien sencilla y convencional, tanto, que a cualquiera le costaría poco identificarse con algunos de los protagonistas. Aunque éstos están entre la treintena y la cuarentena, lo que les acontece nos resulta familiar. Ya saben, el trabajo, la existencia, el amor, la relación con el sexo opuesto. Vamos, nada nuevo  bajo el Sol en cuanto a la historia. Sin embargo, lo que más nos seduce es el ritmo con que se nos presentan los elementos de la historia. Y, muy especialmente, el buen gusto a la hora de plasmarlo todo en el cómic peliculizado.

El personaje animado central, el artista ilustrador que quiere trabajar en pijama, es un joven sensible y algo timorato, lo cual da para comparar su modo de comportarse con el comportamiento de otros varones e, incluso, con el de su novia.

Si la historia, para no alargarme más, es convencional, el desenlace también lo es, pero, insisto, ello no quita, si no más bien al contrario, ni un gramo de entre sus excelencias.

En Memorias de un Hombre en Pijama hay otros valores. Por ejemplo, la banda sonora es de Love of Lesbian, lo cual hace que el producto nos resulte aún más atractivo. Y eso que no soy fan de este grupo, pero es que la mezcla entre el estilo de la película y la música de este grupo nos resulta de lo más atinado. El director, a quien no tengo el gusto de conocer, se llama Carlos Fernández de Vigo, quien ya había dirigido alguna otra película del mismo género.


Sinopsis Paco es un cuarentón soltero empedernido que, en la plenitud de su vida, consigue su sueño infantil: trabajar desde casa y en pijama. Pero cuando creía haber encontrado el summum de la felicidad, irrumpe en su vida Jilguero, la chica de la que se enamora.
País España
Dirección Carlos FerFer
Guion Ángel de la Cruz, Diana López Varela y Paco Roca
Música Love Of Lesbian
Género Comedia
Duración 74 min.
Título original Memorias de un hombre en pijama
Estreno 04/01/2019

Calificación7
7

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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