Mi hija, mi hermana (2015) de Thomas Bidegain – Crítica

Mi hija, mi hermana

«Mi hija, mi hermana es una película compleja, arriesgada e incómoda. Todo un ejercicio en el que se simboliza el declive de un viejo paradigma y el emerger de uno nuevo.»

Se inicia Mi hija, mi hermana (Les Cowboys) con unas escenas en las que hombres y mujeres de edades diversas bailan al son de unas piezas de música country. Uno de los protagonistas sale a cantar “Tennesee Waltz”, una canción cuya letra podría estarnos augurando algo de lo que está a punto de suceder. Se trata del padre de la hija que va a perder. Estamos en Francia, en un espacio al aire libre. Aún así, ondea la bandera americana. Nos parece, pues, normal (o no). Sin embargo, entre la letra de la canción y este hecho se nos está indicando una contradicción primordial, la que a lo largo de esta historia irá detallándose.

En esa fiesta, como acabo de indicar, una familia –padre, madre, hijos, hija- recibe la noticia de que justo esta última ha desaparecido. A partir de aquí se inicia un primer tramo que nos cuenta el desquiciamiento de un padre ante la imposibilidad de saber qué ha podido ocurrir. Sin embargo, pronto sabemos que esta hija se ha ido con un joven de cultura árabe musulmana, algo que le resulta difícil de tolerar. Ya vamos viendo, pues, que las contradicciones culturales van a ir a más. Lo que no nos podríamos imaginar es lo que va viniendo después. Lo que apunta a una película corriente, hasta el punto de parecer de serie B, acabará convirtiéndose en una obra de arte. Debo decir, por otro lado, que Mi hija, mi hermana no es una película confortable de ver. Es, más bien, una película que nos sacude por dentro, que nos saca de nuestras zonas de comodidad. Y no solamente una vez sino varias.

Podríamos decir que Mi hija, mi hermana se divide en dos partes. La primera llega hasta la muerte del padre que busca a su hija en un accidente de coche. La segunda, en la que la obra de arte se nos va mostrando progresivamente, consiste en que el hijo toma el relevo del padre en la búsqueda de la hija-hermana. Por tanto, estamos hablando de lealtades. Lealtades paterno-filiales; lealtades culturales y multiculturales; lealtades contradictorias; conflictos derivados de la multiculturalidad. Y el escenario gira en torno al cambio de milenio, con el atentado contra las Torres Gemelas como referente cronológico.

El director es Thomas Bidegain, que demuestra, en esta su primera película, que deberemos tomar nota de su nombre. También, y he aquí el detalle, entre los productores tenemos a Jean-Pierre y Luc Dardenne, toda una garantía de que nos estamos encontrando con un producto que merece lecturas profundas. Es decir, no se queden con la literalidad de lo que explica, pues Mi hija, mi hermana no propone ninguna solución ante los conflictos; y ni tan siquiera, un final feliz.

Es una película compleja e incómoda, arriesgada desde el guión hasta la dirección y la interpretación. Incluso la letra de la canción antes citada, que auguraba pérdidas sentimentales, muy bien podría estar advirtiéndonos de un mundo en el que ya estamos perdiendo todos porciones de la identidad con la que tan cómodos nos sentíamos. Nadie, pues, seguirá siendo el que culturalmente era tras este cambio de milenio.

Al principio de esta crítica les indiqué que me estaba pareciendo una película de serie B hasta que, a partir de un determinado momento –en concreto, la muerte en accidente del padre-, al tomar las riendas de la búsqueda el hijo-hermano, Mi hija, mi hermana empieza a dejar señas del arte que contiene y que se mostrará con un esplendor justo al llegar al final, en la escena en la que hermano y hermana se encuentran.

A destacar las diferencias de mentalidad que sucesivamente vemos en el padre y en el hijo, todo un ejercicio en el que se simboliza el declive de un viejo paradigma y el emerger de uno nuevo. A muchos les está pareciendo chocante esta mutación. Sin embargo, es lo que la película explica. Y muy mucho creo que lo hace con un sentido de realidad que la puede llevar a convertirse en crónica bastante fidedigna de un mundo en transformación que aún no entendemos (o no queremos entender).

Mi hija, mi hermana

Sinopsis Una inmensa pradera, en el este de Francia, acoge un encuentro de amantes del estilo de vida country y del Lejano Oeste americano. Alain baila con su hija Kelly, de 16 años, mientras su esposa y el hijo pequeño de la familia, Kid, los miran desde un segundo plano. Pero ese mismo día Kelly desaparece y la familia se desmorona. Alain emprende una búsqueda sin tregua para encontrar a su hija, aunque le cueste todo lo que tiene y le lleve a recorrer lugares remotos: lugares siniestros e inquietantes en los que el único apoyo se lo dará Kid, quien sacrifica su juventud para acompañar a su padre en una misión que parece interminable.
País Francia
Director Thomas Bidegain
Guión Thomas Bidegain, Noé Debré
Música Raphael Haroche
Fotografía Arnaud Potier
Reparto François Damiens, Finnegan Oldfield, Agathe Dronne, Ellora Torchia, John C. Reilly, Antoine Chappey, Maxim Driesen, Jean-Louis Coulloc’h, Gilles Treton, Francis Leplay, Djemel Barek, Mounir Margoum, Leïla Saadali, Laure Calamy, Antoine Régent, Antonia Campbell-Hughes, Iliana Zabeth
Productora Coproducción Francia-Bélgica; Les Productions du Trésor / La Fabrique Films / Lunanime
Género Drama
Duración 114 min.
Título original Les Cowboys
Estreno 17/06/2016

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Calificación 7
7

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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