Niñato (2017), de Adrián Orr – Crítica

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Niñato se ha hecho con el premio a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y con un premio en la sección Regard Neuf del Festival Visions du Réel. “Niñato” es el apodo del protagonista, David Ransanz, un treintañero carismático sin trabajo que se dedica a escribir letras de rap. Adrián Orr le sigue con la cámara a todas partes, mostrando su día a día. Se trata de una película cargada de cotidianidad y buena gente, pero creo que faltan muchas cosas para que se la considere una obra relevante.

Se agradece el enfoque humano y las buenas intenciones, nos metemos en la vida de una persona y podemos empatizar con sus circunstancias, pero es un relato que se limita a ser expositivo, carece de aristas, no tiene complejidad ni promueve ningún tipo de reflexión. Tiene relevancia como documento familiar, doméstico, con cierta gracia compositiva, pero poco más. No creo que retratar la cotidianidad con un trasfondo de crisis sea suficiente en 2017, teniendo en cuenta que ya se hecho miles de veces, incluso en otros países, y con enfoques mucho más atrevidos.

Se podría aplaudir la sencillez del relato si al menos éste tuviera cierta originalidad o algún tipo de sensibilidad característica, pero es que resulta bastante tedioso. ¿Qué aprendo, qué siento, qué estímulos recibo cuando veo al protagonista durante 10 minutos diciéndole a sus hijos que se levanten y se vistan? O más adelante en una conversación: “¿Dónde están mis zapatillas?”… “Te las he lavado porque ha llovido”, etc. No tiene demasiado sentido. Hay que recordar que estamos en 2017. Además, cuando asoma cierta dimensión moral cuasifilosófica, en los momentos en los que Niñato hace de padre y da consejos a sus hijos, el mensaje es bastante corriente, nada que no hayamos escuchado antes.

Las escenas más interesantes son las que presentan a los hijos cantando rap o haciendo rimas como si nada. Aquí la narración se eleva pues refleja la influencia directa del padre en los hijos, y es algo que aparece de forma muy espontánea. Esa interacción es la más emotiva y posiblemente se debería haber explotado más, pues es el elemento que más destaca de esa familia, el aspecto diferenciador, lo que la desmarca de lo habitual. También echo de menos algo más de profundidad a la hora de abordar el proceso creativo de Niñato y quizás mostrar si existe relación entre su situación y sus letras. Creo que había ingredientes para lograr algo más elaborado y con mayor carga emocional, incluso intelectual, pero se ha quedado en algo excesivamente plano.

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Jaime Fa de Lucas

Graduado en Estudios Ingleses y con un Máster en Estudios Literarios, es actualmente redactor jefe de cine en Culturamas y traductor y gestor de contenidos en FilmAffinity. Apasionado de la literatura, el cine y la música, tanto a nivel crítico como creativo.

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