Papicha, sueños de libertad (2019), de Mounia Meddour – Crítica

Si de esta película surge una mayor conciencia relativa al respeto por la libertad de la mujer, estupendo. Pero lo que está claro es que Papicha no colma el alma del cinéfilo que les escribe.

Un comentario previo: estamos presenciando una eclosión de películas que tratan de la heroicidad femenina, especialmente cuando las mujeres viven en entornos sociales poco favorables. Como, por ejemplo, países en los que el dogma religioso les va a la contra. Por consiguiente, según lo entiendo, estas películas parecen orientarse, además de a cinéfilos y cinéfilas de todo el mundo, a un tipo de público ubicado en esos contextos religiosos. Supongo que estas películas contribuyen a la causa feminista liberadora. Ello me lleva a pensar que no todas estas películas llegan a la altura artística que el tema tratado merece. Es decir, cuando uno ve, por ejemplo, Papicha, corre el riesgo de aplaudir a la protagonista, como si se tratara de la persona que sufre realmente tales circunstancias, dejándose solapar por el contenido del mensaje. Pero las buenas intenciones -la causa femenina o feminista- no sirven para hacer que una película sea buena. Y este es el caso de Papicha, en el que la historia, si es un reflejo de la realidad, queda solapada por un manejo torpe por parte del equipo que ha dado a luz a tal película. Me explicaré.

La puesta en escena de la historia me ha parecido histriónica y exagerada.

Cuenta Papicha la historia de una mujer joven, rodeada de amigas que también están por la labor de ser libres, en el que percibe que los aires de libertad están dejando paso a aires más densos, en que los recortes a la libertad y a la creatividad avanzan peligrosamente. Estamos hablando de Argelia, un país que, tras haberse occidentalizado, experimenta un retorno al fundamentalismo. De ahí la lucha de Papicha. Sin embargo, la puesta en escena de la historia me ha parecido histriónica y exagerada. En concreto, el movimiento de cámara me generó una crispación que no tenía nada que ver con la historia. Al final de la proyección deduje que ese movimiento servía para tapar carencias de bulto en el guión. Ignoro si ese movimiento de cámara histriónica tenía intención de tapar carencias mayores. El caso es que, tras dejar reposar Papicha en mi mente cinéfila, me percaté de que la historia está demasiado simplificada, que las protagonistas experimentan en carne propia las deficiencias del guión, a través de incongruencias que, de no ser por el histrionismo de la cámara, saltarían a la vista con mayor facilidad.

A parte de ello, todo es previsible en Papicha, desde principio a fin. Mi conclusión es que es posible que Papicha vaya dirigida a un tipo de público poco cinéfilo y muy afectado por la situación descrita en la película. Si de ahí surge una mayor conciencia relativa al respeto por la libertad de la mujer, estupendo. Pero lo que está claro es que Papicha no colma el alma del cinéfilo que les escribe.


Sinopsis Argelia, años 90. Nedjma, de 18 años, estudiante alojada en la ciudad universitaria de Argel, sueña con convertirse en estilista y se niega a que los trágicos sucesos de la guerra civil argelina le impidan llevar una vida normal y salir por la noche con su amiga Wassila.
País Argelia
Dirección Mounia Meddour
Guion Fadette Drouard, Mounia Meddour
Música Rob
Fotografía Léo Lefèvre
Reparto Marwan Zeghbib, Lyna Khoudri, Shirine Boutella, Amira Hilda Douaouda, Yasin Houicha, Zahra Manel Doumandji, Aida Ghechoud, Nadia Kaci, Meriem Medjkrane
Género Drama
Duración 106 min.
Título original Papicha
Estreno 01/05/2020

Calificación3
3

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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