«Los diálogos y la pareja protagonista nos ayuda a elevar el asunto hasta poner Una Razón Brillante en un nivel mejor que el resto de las comedias francesas de los últimos tiempos»
Llevo diciéndome, a través de estos escritos, que la comedia francesa está en horas bajas. Sin embargo, oh, alegría, Una Razón Brillante puede escapar de semejante generalización. Por consiguiente, y es mi subjetivísima opinión, tenemos ante nosotros una comedia que reúne en una sola obra algunas de las cosas que encontrábamos insuficientemente representadas en esas otras películas comedieras. Es decir, Una Razón Brillante reúne en ella sola algunos de los mejores elementos que encontrábamos desperdigados en otras comedias.
Pero entonces, ¿qué podemos encontrar en una comedia? Habría que definir qué lo es. Se me ocurre, por ejemplo: una comedia plantea un problema con solución garantizada. Alejándonos de la crudeza de la vida real, la comedia nos plantea una posibilidad de aprender de nosotros mismos (a través de los protagonistas de la película) sin que la amenaza del desentendimiento nos frustre, pues ya sabemos que en las comedias todo se resuelve. El otro elemento propio de una comedia es el carisma de los personajes principales, que permite visualizar claramente que en el fondo de la cuestión la propia confianza en la solución del problema es la que nos permite relajarnos con el alborozo justo como para salir del cine con un nivel de esperanza mayor. Se me ocurre ahora que la comedia es una forma de religión, que nos ofrece una versión posibilista, idealizada, simplificada y previsible de los comportamientos humanos. También, la comedia nos propone soluciones simples a problemas tratados con igual simpleza. Entonces, pues, ¿cuál es el problema con las comedias? Se me ocurre que lo mismo que hace que sea un género agradable (si la película es buena), a saber: que la simplificación no comporte superficialidad. O que la simplificación no reste factores sorpresas. En Una Razón Brillante todo es bastante previsible, algo que concuerda con el propósito de una comedia. Sin embargo, en este caso la película contiene dos pilares que hacen que no sea una comedia-francesa-en-horas-bajas: los diálogos y la actuación. Así pues, es de agradecer que los guionistas se hayan puesto las pilas y nos ofrezcan diálogos mínimamente geniales. Por otro lado, la pareja protagonista nos ayuda a elevar el asunto hasta poner Una Razón Brillante en un nivel mejor que el resto de las comedias francesas de los últimos tiempos.
En efecto, el gran hallazgo de esta película es la protagonista. Me estoy refiriendo a Camélia Jordana, una joven actriz que plantea un antagonismo muy creativo con el otro protagonista, el masculino, encarnado por el solvente y brillante Daniel Auteuil. El personaje de Camélia es el de una mujer francesa hija de emigrantes. Como quiere ser abogada, se matricula en la correspondiente facultad de Derecho. Y es ahí en donde se va a encontrar con un profesor, personificado por Daniel, que reúne todas las cualidades para convertir su función inicial como cascarrabias, xenófobo y prejuicioso en un ejercicio de transformación. Por consiguiente, a fuerza de relacionarse, ellos dos se van dando oportunidades hasta revertir y convertir la relación en algo que nos haga sentir más optimistas, puesto que se trata de una comedia. El caso es que los diálogos entre ambos son de lo mejor de la película. Por cierto, Una Razón Brillante es un buen producto, del gusto de cinéfilos comedieros, pero también puede resultar de interés en fórums en los que se aborde la dificultad de comunicación en determinados contextos multiculturales. También, cómo no, en ámbitos propios del coaching, pues ambos protagonistas lucen herramientas propias de esta forma de autoconocimiento.
Sinopsis Neïla Salah es una joven del extrarradio parisino que sueña con ser abogada. Se ha matriculado en la facultad de Derecho más importante de París, pero el primer día de clase tiene un enfrentamiento con Pierre Mazard, un profesor algo conflictivo. Para redimirse, el profesor propone a Neïla ayudarla a preparar una importante prueba a nivel nacional.
País Francia
Dirección Yvan Attal
Música Michael Brook
Fotografía Rémy Chevrin
Reparto Daniel Auteuil, Camélia Jordana, Jacques Brel, Serge Gainsbourg, Romain Gary, Yvonne Gradelet, Yasin Houicha, Nozha Khouadra, Jean-Baptiste Lafarge, Louise Loeb, Claude Lévi-Strauss, François Mitterrand, Yves Mourousi, Nicolas Vaude
Género Comedia
Duración 95 min.
Título original Le brio
Estreno 28/03/2018