Llega ¡Shazam!, no para destronar a Wonder Woman, sino para hacerle compañía en lo más alto del podio del Universo cinematográfico de DC.
La industria de los superhéroes, tanto en el cine como en otros medios, sufre de una patología que infecta y arrasa: la falta de contenido original.
¿Cuántas veces hemos visto traducido “El Viaje del Héroe” de la misma manera? ¿Cuántas veces hemos visto como “El Elegido” adquiere sus habilidades y se convierte en su mejor versión? ¿Cuántas veces hemos visto a un villano sin más motivación que adquirir poder o/y arrasar la ciudad/país/planeta/universo? Esto último lo vemos en ¡Shazam!, pero el resto no.
Quizá el argumento beba de algunos clichés, pero, audaz y original, se sirve de su ingenio para metamorfosearlos y convertirlos en algo muy novedoso e interesante. Al menos, casi en su totalidad.
El tono predominante es la comedia, aunque no olvida el universo al que pertenece, y a veces se torna oscura y seria.
Como comentaba con anterioridad, veo el punto más débil en el antagonista de la historia: un villano sin escrúpulos que hace cosas sin una motivación de envergadura que lo incite a hacer lo que hace. ¿De verdad es tan complicado crear villanos memorables en el mundo de los superhéroes?
Pero que no les confunda el hecho de que este artículo empiece con tanta negatividad.
La idea principal crece alrededor de ciertas referencias, algunas muy claras, otras no tanto. Obvio es la referencia al Universo DC, referencias magníficas introducidas con sagacidad, que los ávidos amantes de la editorial agradecerán y disfrutarán. Otra de ellas es la película Big, de Penny Marshall, que tiene mucho que ver con ¡Shazam! y con Billy Batson – si es que no les considera la misma persona –.
El argumento y su desarrollo son muy poderosos gracias a dos puntos clave en los que se apoya: el tono, la atmósfera visual y la interpretación de sus actores.
El tono casa principalmente con la comedia, pero no olvida el universo al que pertenece, y a veces se pone oscura y seria cuando tiene que ponerse. Este cambio flexible entre tonos, elástico y nada forzado, hace que cualquier público sea capaz de disfrutar con esta película y adentrarse en el mundo que David F. Sandberg nos dibuja.
Quizá el argumento beba de algunos clichés, pero, audaz y original, se sirve de su ingenio para metamorfosearlos y convertirlos en algo novedoso.
En cuanto a la ambientación de la película, Maxime Alexandre (DoP) ha dotado a la cinta de ese aura fría y tenue que tanto caracteriza a DC, permitiéndonos así adentrarnos en una ciudad de Philadelphia imponente, con unas referencias muy agradables a la saga Rocky.
Y en cuanto a interpretaciones, sinceramente, no encuentro ninguna que me haya disgustado o me haya sacado de la película. Son excelentes, desde el protagonista a los episódicos. Todos ayudan a la trama, ninguno es prescindible: cada uno de ellos ha sido colocado estratégicamente para servir a un propósito. Y funciona perfectamente. Lo único que debo añadir, es que Mark Strong está maldito por un guion que no favorece al antagonista. Y aunque sea el personaje más plano de todos, funciona en cierto sentido. Sin embargo, se le podría haber exprimido mucho más.
En definitiva, ¡Shazam! es una buena película. Después de tantos fiascos por parte de DC y Warner, y después de tantas películas “pasables”, nos llega¡Shazam!, no para destronar a Wonder Woman, sino para hacerle compañía en lo más alto del podio del Universo cinematográfico de DC.
Sinopsis Cuando Billy Batson, un chaval de acogida de 14 años que ha crecido en las calles, grita la palabra ‘SHAZAM!’, se convierte en el Superhéroe adulto Shazam, por cortesía de un antiguo mago.
País Estados Unidos
Dirección David F. Sandberg
Guion Henry Gayden, C.C. Beck, Bill Parker
Música Benjamin Wallfisch
Fotografía Maxime Alexandre
Reparto Zachary Levi, Jack Dylan Grazer, Mark Strong, Asher Angel, Grace Fulton, David J. MacNeil, Michelle Borth, Djimon Hounsou
Género Fantástico
Duración 132 min.
Título original Shazam!
Estreno 05/04/2019
