Kevin Smith y la trilogía de Jersey

Kevin Smith

Nueva Jersey, años 90. Los avances tecnológicos de finales de siglo, la llegada de los medios de comunicación de masas. Internet. La cultura del consumo. El desarrollo de la generación perdida, o generación X, en una década sin identidad propia. El ir y venir diario de una juventud privilegiada, a años luz de las preocupaciones de sus padres, herederos de las comodidades de la llegada del nuevo milenio. Las grandes incertezas del primer mundo: los estudios, el trabajo, las relaciones personales, la vida que transcurre entre la calma absoluta y pasatiempos sin pretensiones –el cine, el hockey, tiendas de barrio, cómics-. El retrato de un cambio hacia la actualidad, el preludio a los tiempos modernos vividos por una generación entera de jóvenes que, simplemente, no saben hacia dónde encaminarse con el mar tan en calma.

Kevin Smith tenía entonces 24 años, trabajaba en una tienda de autoservicio en la ciudad de Highlands, Nueva Jersey, y aspiraba a formar parte de la industria que le apasionaba. Su carrera cinematográfica comenzó en 1994 con un grupo de amigos y un presupuesto precario fruto de ahorros universitarios y ventas de segunda mano. ‘Clerks‘ no sólo marcaría el principio del sueño americano de Smith, sino que se convertiría en un éxito inesperado en importantes festivales de cine independiente (Cannes, Sundance, Independent Spirit) y en símbolo del universo personal que marcaría la tendencia estilística del director. Además de ser su opera prima, sería también la que iniciaría la denominada ‘trilogía de Jersey’ (seguida por ‘Mallrats‘ en 1995 y ‘Persiguiendo a Amy‘ en 1997) o el retrato personalísimo de Kevin Smith y su visión de chaval recién entrado al mundo adulto. Rodada íntegramente en la tienda donde Smith trabajaba y casi a modo de ejercicio cinematográfico, ‘Clerks‘ define esa primera etapa cómica del director que a duras penas fue capaz de repetir. Entre referencias a la cultura popular –’Star Wars‘ y ‘Tiburón‘ son dos constantes en la trilogía-, diálogos al estilo de las buddy movies, situaciones sin clímax y la aparición estelar de Jay y Bob el Silencioso, las mascotas de Kevin Smith interpretadas por su amigo Jason Mewes y él mismo, el humor de ‘Clerks‘ se mueve entre el chascarrillo juvenil y la ironía, con ese algo de real en lo que uno puede identificarse y reflexionar. Y es que en cuanto a seriedad se refiere, ‘Clerks‘ sorprende por la forma fiel y natural de tratar las complicaciones banales de una vida en la gran ciudad, tema que se repetirá y madurará con el director hasta ‘Persiguiendo a Amy‘, tal vez la más completa de las películas de la trilogía.

Clerks

Clerks

Pero antes de pasar a ella conviene pararse en 1995 y en ‘Mallrats‘, la segunda película del director estadounidense y la más puramente cómica de las tres. Sin ser la más significativa (y de no conseguir el éxito esperado de las otras dos), ‘Mallrats‘ puso en escena a un joven y casi desconocido Ben Affleck, colaborador y amigo del director, y a Jason Lee, al que más tarde conoceríamos como el simpático delincuente Earl Hickey en la comedia de la NBC ‘Me llamo Earl‘. En ‘Mallrats‘, Smith hizo evolucionar a los personajes que ya había presentado en ‘Clerks‘: el iluso y sentimental protagonista, el mejor amigo con síndrome de Peter Pan, las novias y exnovias alejadas del prototipo de ‘pareja romántica’… Esta concepción entre el tópico y la proximidad con el público de Smith le colocó como uno de los directores en los que se podía confiar, cautivando incluso a Stan Lee, hombre respetadísimo para los incondicionales del universo Marvel. Otra vez la amistad, el amor, el reflejo de unos típicos perdedores y el puntillo macarra de la mano de Jay y Bob el Silencioso son los que tejen la estructura de un pecadito aceptable para los amantes secretos de la comedia con palomitas.

A partir de aquí, y tras dos años sin títulos Kevin Smith estrenó su tercera película, ‘Persiguiendo a Amy‘. Se acercaba a la treintena, su relación con Joey Lauren Adams (con quien empezó a salir en la posproducción de ‘Mallrats‘) había finalizado y colegas como Jason Mewes debían cambiar su estilo de vida y necesitaban el empujón de quien ya había sentado la cabeza. Todo esto llevó al propio director a presentar, en ‘Persiguiendo a Amy‘, una comedia de tintes más melodramáticos y nostálgicos, como un punto de inflexión en su inicio a la madurez. Kevin Smith había crecido y sus personajes lo hicieron con él. Basándose en su relación con Adams, a quien hizo musa de su tercer trabajo, Smith cerró el ciclo de la ‘trilogía de Jersey’ sin perder el humor que lo había caracterizado, pero resolviendo antiguas inseguridades ya planteadas en ‘Clerks‘ y ‘Mallrats‘. Lo que antes era entretenimiento ahora se plantea como un trabajo serio; lo que antes podía provocar una discusión de pareja, ahora es un proceso de aceptación de la otra persona. Los diálogos vuelven a ser los protagonistas absolutos, siendo al mismo tiempo la clave cómica como la declaración de intenciones de una mente más madura. Hay cómics, referencias frikis y bromas escatológicas, sí, pero también un humor más ácido, más sarcástico. Incluso alguna lagrimilla. ‘Persiguiendo a Amy‘, además de devolver a a la senda de los premios independientes, es la culminación de un crecimiento personal en, volviendo al principio, esa Nueva Jersey de los años 90 y de la generación perdida, de un mundo, a los veinte años, en constante cambio. Y de esa eterna pregunta al llegar a cierta edad: “Y ahora, ¿qué?”

Persiguiendo a Amy

Persiguiendo a Amy

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1 comment

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  1. Poeta Borracho 13 julio, 2015 at 00:55 Responder

    Te puedo aceptar que Chasing Amy sea la más completa, pero no la mejor, pues al final acaba derivando hacia un melodrama un poco edulcorado y estereotipado, que no digo que no pueda ser real, no es descabellado, pero estás forzando la situación. Por eso considero que la frescura de Clercks, pese a sus defectos y tal, es mucho más importante y más meritoria que la obra madura.
    Por cierto, no sé si sabes que existe un comic de Clercks y que incluye una escena inédita, justo lo que pasa cuando van a dar el pésame a la familia de la ex-novia fallecida en la piscina. Pero eso es el final del cómic, el resto son cuatro historietas independientes de los protagonistas. Si algún día lo ves, píllatelo. Luego sacaron otro que era Blutman y Chronic, pero era más flojito.
    Saludos, siempre es un placer recordar cuando KS molaba. Dogma también le quedó guay, pero eso ya son otras historias.

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