Trote (2018) de Xacio Baño – Crítica

Trote

«Trote nos interesa en la medida que nos está presentando a un director emergente realmente talentoso»

Valga la posible redundancia, salí del pase de prensa de Trote con una sensación ambivalente: una mezcla de admiración por el trabajo que vemos desarrollado en pantalla, junto con una sensación de que a la película le falta algo. Pasados unos días, y tras dejar sedimentar la experiencia, puedo afirmar que a Trote, más que que le falte algo, le sobra duración. Y eso que no alcanza la hora y media. Entonces, ¿qué? Vayamos por partes.

Trote describe la galleguidad profunda, una galleguidad hermética y sombría. Ignoro si los gallegos llegarán a verse retratados o identificados en Trote, pero lo que sí puedo decir es que se trata de una película que envuelve a fondo al espectador. Es decir, más que la historia, que no tiene nada de especial, es la forma de explicarla, de plasmarla en la pantalla. El espectador que prefiera que le cuenten una historia interesante, no encontrará en Trote el atractivo buscado. Sin embargo, al espectador que guste de sensaciones, Trote se las pondrá en bandeja como pocas películas lo hacen.

La historia, como comentaba, no tiene mucho aliciente. Unos hermanos acaban de perder a su madre en un accidente de coche. La mujer ya era muy mayor y es posible que haya fallecido por motivos de salud añadidos. El caso es que estos hermanos, como consecuencia del fallecimiento, viven una dinámica extraña, como si hubiera un ajuste de cuentas soterrada, o algo que es emocionalmente más abstracto. Sin embargo, esta circunstancia tan solo es la excusa para que Trote nos muestre un determinado humus emocional, que está más vinculado a la cultura y costumbres locales, y a la forma de ser de cada cual, que a la historia per se.

El otro elemento de interés es la figura del caballo, o de los caballos, en la medida en que es un animal que el humano necesita domar. En la película, el caballo representa al animal que se subordina al hombre. Bien, se subordina con coacción, claro. Ah, y atención a las escenas finales, que es como una síntesis de toda la película, solo que en lugar de la refriega entre el hombre rancio y la mujer digna la escena refleja la refriega entre los domadores y los caballos aún salvajes. Algo así ocurre en la relación entre el protagonista masculino (el hombre que quiere domar) y su hermana (la mujer que no consiente ser domada), así como en el resto del ambiente, húmedo, críptico y profundo, supremamente reflejado por el director del film, Xacio Baño, un nombre que dará mucho que hablar en el futuro, pues demuestra un talento fuera de lo común. Por consiguiente, tanto o más que Trote per se, nos interesa la película en la medida que nos está presentando a un director emergente realmente talentoso.


Sinopsis Carme vive en una aldea de las montañas del interior de Galicia junto a su padre Ramón, con el que apenas se comunica, y su madre enferma. Trabaja en una panadería y necesita escapar de ese ambiente opresivo, pero las circunstancias siempre le impidieron dar el paso.
País España
Dirección Xacio Baño
Guion Xacio Baño y Diego Ameixeiras
Fotografía Lucía C. Pan
Reparto María Vázquez, Celso Bugallo, Diego Anido, Tamara Canosa, Melania Cruz
Género Drama
Duración 83 min.
Título original Trote
Estreno 14/12/2018

Calificación6
6

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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