Un atardecer en la Toscana pone delante de las narices del interlocutor lo dispar de una sociedad opulenta, presa de su propio espectáculo.
Dolce Fine Giornata (Un atardecer en la Toscana, como han preferido titular en español la distribuidora) es cine reflexivo que ‘embruja’ al espectador. Un embrujo producido tal vez por el idilio que Krytyna Janda tiene con la cámara, quizás por una historias bien contada que desnuda la realidad y hace reflexionar, porque es un producto fílmico redondo… o por todo ello.
El polaco Jacek Borcuch plasma su propio guión en una película donde la búsqueda estética tizna de elegancia toda la narración. Un atardecer en la Toscana no es ‘blanda’ en absoluto, ya que pone en evidencia las miserias intelectuales de esta decadente Europa que prefiere mirar hacia otro lado cuando algo no le cuadra.
La película incomoda al preguntarse qué es la empatía y en qué estantería de la belleza o de la vida queremos colocarla.
Borcuch, que maneja con maestría los recurso que tiene a su alcance (la fotografía de Michal Dymek, la música envolvente de Daniel Bloom, los actores y la bella Toscana), nos sacude mientras gozamos de ese universo estético. Nos inquiere sobre esa misma comodidad y pone enfrente todas esas cuestiones que menean este continente tan ‘burguesmente’ democrático que apenas es capaz de dudar de sus defectos.
Pero Un atardecer en la Toscana lo hace, con suavidad, como quien no quiere la cosa, y pone delante de las narices del interlocutor cinematográfico lo dispar de una sociedad opulenta, presa de su propio espectáculo. Ese producido por la pobreza, por esos ojos que miran al Primer Mundo convencidos de que existe una salida, una huida del miedo de las contiendas que nosotros permitimos con pasividad.
Un hecho, un simple gesto de sinceridad para consigo misma, hace caer el ‘castillo de naipes’ que es la vida placentera de Maria Linde (Krytyna Janda), poeta galardonada, reconocida, admirada. Hasta que esa sinceridad incomoda al vecindario. A partir de ese momento, sufrirá la soledad, el ostracismo casi violento.
Un atardecer en la Toscana deja un regusto que, aunque incomoda preguntándose qué es la empatía y en qué estantería de la belleza o de la vida queremos colocarla, satisface la pasión de ver buen cine.
Sinopsis La ganadora del Premio Nobel, Maria Linde, mantiene un affaire secreto con un joven egipcio dueño de un hotel. Cuando un suceso atroz sacude los cimientos de la vida de ambos, Marie se propone resistir ante la histeria que se ha generado a su alrededor.
País Polonia
Dirección Jacek Borcuch
Guion Jacek Borcuch
Música Daniel Bloom
Fotografía Michal Dymek
Reparto Krystyna Janda, Antonio Catania, Lorenzo de Moor, Robin Renucci, Vincent Riotta, Kasia Smutniak
Género Drama
Duración 92 min.
Título original Dolce Fine Giornata
Estreno 21/06/2019
