23 de septiembre. Empezamos con una pequeña película proveniente de Georgia llamada ‘Moira‘, la cual nos lleva hasta la costa del mar Negro para contarnos una historia fatalista acerca de un joven que tratará de salir adelante junto a su familia después de salir de prisión. La sinopsis que nos facilita el festival ya deja bien claro lo que nos vamos a encontrar: «(…) Gracias a un préstamo, compra un pequeño barco de pesca. Está dispuesto a trabajar y hacer que su madre regrese. Pero el destino es ciego y despiadado.»
Haciendo uso de un ritmo narrativo más bien moroso, la tragedia se cierne sobre los protagonistas sin alzar la voz, como si a nadie le importase, o más bien como si a nadie le sorprendiese. Desde luego, al espectador no. ‘Moira‘ es todo lo predecible que puedas imaginar. A su favor, decir que está bien rodada, es coherente, y posee cierta elegancia formal. A pesar de ser cine de escasos recursos y espíritu minoritario se ve con relativa facilidad y agrado.
Llegados a este punto debo hablar de ‘Lejos del mar‘, la nueva obra de Imanol Uribe, cineasta que sin ser un portento ha dejado en su carrera películas muy interesantes como ‘Plenilunio‘, y sobre todo ‘Días contados‘, polémico drama sobre un miembro de ETA. Ideologías aparte, la película protagonizada por Carmelo Gómez era fantástica.
En ‘Lejos del mar‘, el director retoma el tema del conflicto vasco, y apuesta de nuevo por crear en torno a él una pasional historia de amor. Sin embargo, todo lo que entonces funcionaba, aquí hace aguas. El guión escrito por Daniel Cebrián y el propio Uribe, es el máximo responsable de esto. Los comportamientos de los personajes son inverosímiles y en muchos casos ridículos. El drama es tremendo, pero os aseguro que en la sala hubo más risas (no buscadas) que lágrimas.
La dirección, aún logrando mantener un buen pulso (no aburre), es demasiado televisiva, como lo es su iluminación plana y sin matiz alguno. Eduard Fernández, Elena Anaya y José Luis García Pérez luchan por hacer dignos sus papeles, aunque es una batalla perdida de antemano.
También resulta fallida ‘Freeheld‘, aunque habrá quien la defienda con argumentos válidos, pues posee algunas virtudes evidentes. La primera y principal, sus estupendas actrices protagonistas: Julianne Moore y Ellen Page. Steve Carell también posee talento, aunque aquí se dedique a montar un show, gracioso al principio, irritante el resto del tiempo.
Si bien es entretenida y de fácil consumo, pierde interés al no adoptar un objetivo claro. Me explico; creo que hubiese sido más interesante retratar más a fondo la relación entre la pareja, también lo hubiese sido poner de manifiesto la estupidez de los jueces (respaldados por gran parte de la sociedad norteamericana), o incidir en el dolor que producen en personas de carne y hueso decisiones de carácter político, etc. Sin embargo, ‘Freeheld‘ toca todos los temas sin adentrarse en ninguno de ellos, lanzando un discurso en el que ya casi todos estábamos de acuerdo.