Kim Ki Duk. El director silencioso

Kim Ki Duk es una de las figuras más importantes del cine independiente mundial. Tanto es así, que como a muchos otros grandes directores, el enorme

Kim Ki Duk

Kim Ki Duk

reconocimiento a su original forma de hacer cine le ha perjudicado. Parece que en los últimos años se encuentre encerrado en sus propias normas, las cuales impiden que su creatividad vuele como lo hacía antes, y eso repercute en sus películas.

Kim Ki Duk nació en un pueblecito de Corea del Sur. Su primer contacto con el cine llegó muy tarde, casi a los treinta años. Antes de esto, sirvió al ejército coreano y se inició en la pintura.

Fue en un viaje a París donde asistió a la proyección de «El silencio de los corderos», película que le produjo una muy honda impresión. Comenzó a escribir guiones con los que ganó varios premios y reconocimientos menores. Hasta entonces su pequeña fama había sido lograda a base de hojas y hojas de diálogos. Para sorpresa de todos, y en una decisión muy valiente que marcó su cine para siempre, rodó sus primeras películas eliminando la inmensa mayoría de esos diálogos, los cuales intentó expresar por medio de imágenes. Miles de palabras traducidas en fotogramas llenos de silencios, miradas y simbolismo.

Fotograma "Hierro 3"

Fotograma «Hierro 3»

La violencia era otro elemento muy importante en su cine. Ésta, combinada con una fotografía delicada y hermosa, y un ritmo tranquilo, daba como resultado un cine muy personal.

Sin embargo, sus primeras películas no lograron el éxito, hasta que llegó «La Isla», un proyecto muy polémico con escenas muy impactantes en medio de una tensa calma. Sin embargo, esta violencia separaba a Kim Ki Duk de los circuitos comerciales. Fue «Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera» la cinta que le encumbró y le descubrió al mundo. Era su mejor obra hasta la fecha, y también la menos violenta.

Fotograma de "Aliento"

Fotograma de «Aliento»

Pero SU PELÍCULA, la mejor de su carrera, la cual no creo que supere, llega un año después.  Se llama «Hierro 3», nombre que recibe un tipo de palo de golf que nadie suele utilizar. En esta película, totalmente poética, sin apenas diálogos, pero en la que se dicen muchas muchas cosas, y en la que se plantean temas que se dan por supuestos, Kim Ki Duk pinta su mejor cuadro en movimiento. Los veinte minutos finales son increíbles, y aquí se encuentra a mi modo de ver una de las mejores escenas que yo he tenido la oportunidad de ver.

Después realizaría otras películas interesantes como «El Arco»o «Time», pero cuyo nivel no alcanza el de su antecesora, y el interés de sus nuevas películas disminuye con cada estreno. Sin embargo, Kim Ki Duk ya es uno de mis directores favoritos.

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Arturo G. Maiso

Viajero y cinéfilo. Director de Marketing en una plataforma de financiación participativa, CEO de AGM Comunicación Multimedia y director de El Cine en la Sombra.

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