Mentes brillantes (2018) de Thomas Lilti – Crítica

Mentes brillantes

Los aciertos de Mentes brillantes no se encuentran tanto en sus valores cinematográficos, como en el deseo de humanizar un sistema educativo que, cualquiera que haya estado inmerso en él, sabrá que es despiadado y carente de valores humanos.

Thomas Lilti, que antes de ser cineasta fue médico, nos introduce en el mundo universitario a través de las mentes de Antoine (Vincent Lacoste) y Benjamin (William Lebghil), dos aspirantes a conseguir una plaza para entrar en la carrera de medicina. Haciendo uso del humor irónico y de herramientas que coquetean con el género documental, nos presenta personajes que hablan a cámara de sus sentimientos, pero que se muestran completamente enajenados por el proceso maquiavélico en el que están sumergidos.

Por un lado, Antoine es tripitidor, pero su motivación le hará perseverar en su objetivo. Por otro lado, Benjamin es novato en estas pruebas de acceso, pero su talento le permite dar tregua a su esfuerzo. Ambos optan por la ayuda mutua y, pese a sus diferentes capacidades, intentan resistirse al enfrentamiento que les impone el sistema.

¿Éxito o fracaso? Esta dicotomía se posiciona como el único enigma que provee movimiento progresivo a la trama de Mentes brillantes.

Rodeados de un atrezzo propio de bibliotecas, librerías y tiendas de papelería, los estudiantes fuerzan las posibilidades mentales del ser humano, mientras esa apariencia documental logra parecer real gracias a su interpretación.

¿Éxito o fracaso? Esta dicotomía se posiciona como el único enigma que provee movimiento progresivo a la trama de Mentes brillantes. Además, la relación personal entre los estudiantes aporta una dosis de humanidad que, pese a estar casi silenciada durante todo el relato, a veces les permite distanciarse de su meticulosa agenda. Y es que se trata de conseguirlo a cualquier precio. Pero ellos, a diferencia del sistema, no pueden olvidar quiénes son, de dónde vienen y qué quieren para su futuro.

La inteligencia emocional juega un papel muy importante en este sentido frente a la inteligencia lógico-matemática que impera en todo el discurso. Existen muchos tipos de inteligencias que focalizan y especifican su estudio en una sola materia. Pero solo existen unas pocas mentes brillantes que son capaces de, no solo focalizar, sino también complementar y retroalimentarse para crecer.

De esta manera, la película cierra con un final que, pese a ser complaciente, es el reflejo de una sociedad enferma que se sustenta en el individualismo y la competitividad.


Sinopsis Antoine decide prepararse para las pruebas de acceso a Medicina… por tercera vez. En cambio, para Benjamin es su primer intento y pronto se dará cuenta de que esto no es pan comido.
País Francia
Dirección Thomas Lilti
Guion Thomas Lilti
Música Alexandre Lier, Sylvain Ohrel, Nicolas Weil
Fotografía Nicolas Gaurin
Reparto Vincent Lacoste, William Lebghil, Michel Lerousseau, Darina El Joundi, Benoît Di Marco, Graziella Delerm, Guillaume Clérice, Alexandre Blazy, Noémi Silvania
Género Drama
Duración 92 min.
Título original Première année
Estrenos 05/04/2019

Calificación6
6

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Marta Fernández Jiménez

Script en cine y series de televisión. Su sensación preferida es la que le genera estar entre las cuatro paredes de un rodaje. Es graduada en Comunicación Audiovisual y tiene un máster en Dirección de Series de Ficción.

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