El grupo C2L, propietario de alrededor de 50 salas en Francia, ha tomado una arriesgada y creativa decisión: devolver el dinero de la entrada a los espectadores que se vayan de la sala durante la primera media hora de proyección (incluidos los trailers). La compañía pretende con esta medida «tranquilizar al espectador».
Marc Landry, director de marketing de C2L se explicaba así: «Cuando abres una novela, sabes muy bien si te va a gustar o no en las dos o tres primeras páginas. Con una película es parecido. Sabes en los primeros 15 minutos si te va a gustar o no».
Las distribuidoras han mostrado sus dudas e inquietud ante la medida, e incluso un estudio norteamericano estaría preparando medidas judiciales por si la iniciativa triunfa.