Los ángeles caídos de Hollywood

Ángeles caídos

Desde los albores de su creación en los inicios del siglo pasado (cuando se definió y se moldeó como lo que es gracias a la osadía de buen puñado de artistas y negociantes europeos exiliados) hasta el día de hoy, Hollywood conserva inalterable su indiscutible poder de coronar o destruir todas las ilusiones de aquellos que se le acercan. Y no olvidemos que en demasiadas ocasiones, también se cobra víctimas a las que en su juego cruel, permite saborear el triunfo, como antesala de la aniquilación.

Esta ciudad es un ente vivo en constante movimiento, heredera de energías acumuladas durante más de 100 años, testigo de luchas, conflictos, egos, esperanzas, vanidad, frustración, triunfos, corrupción, poder y mucha muerte….. Y mucha vida.
Es el lugar donde morirás  y/o brillarás, es el oráculo de todas las respuestas y de toda la confusión, es la madre de todos los pecados y el dador de fe que valida el talento.
Es donde fluye la magia: la negra y la blanca.

Por eso cuando se rememora su historia, es imposible ignorar el saldo de los malogrados por Hollywood en algo más de un siglo, que proporcionalmente supera con mucho al de sus triunfadores y sus supervivientes.

Estos ángeles caídos han sido y son protagonistas de la intrahistoria del cine. Todos ellos se merecen el reconocimiento de haber vivido y haber muerto por la pasión y el deseo de ser parte de las luminarias que, en nuestro imaginario y nuestra memoria, mantienen brillantes e imponentes los neones que sostienen el mítico cartel de Hollywood.

Aunque es una injusta quimera recordarlos y reflejarlos a todos, paseando por la memoria limitada y subjetiva se me vienen a la cabeza algunos ejemplos tan demoledores como el de Vivien Leigh, nuestra Escarlata forever. Bella, reconocida, oscarizada y amada por su paciente marido el soberbio actor británico (que nada pudo hacer por salvarla) Lawrence Olivier, al que engañó en múltiples ocasiones. Pero su vida real en pleno momento de éxito, no era un cuento de hadas. Pasó terribles años luchando por su cordura, por huir del alcohol, de sus inclinaciones ninfómanas, de sus recuerdos y de la tiranía de su propio triunfo…. y perdió.  Murió bastante joven, sola, destruida y envejecida por su enfermedad mental y sus demonios.

Vivien Leigh

Vivien Leigh

Tampoco Rita Hayworth se lo pasó bien en la vida. Tras una traumática infancia y adolescencia de abusos varios, sin referentes sólidos y obligada a hacer casi de todo por su padre, consiguió el triunfo. Pero su fragilidad radicó en lo emocional: daban igual sus logros en el cine, sus fans y los muchos hombres que estaban locos por ella. Por encima de todo estaba su idea del amor y su  necesidad enfermiza de que la amaran como ella anhelaba. Y ni un Orson Welles, ni un Aga Khan, ni nadie, lo lograron ni la  hicieron sentir valorada y segura. Porque el problema nunca fueron ellos, sino una búsqueda patológica que la acercaba a hombres de personalidad muy fuerte que jamás podían saciar su oscura ansia de amor ni sus expectativas. Y así se lo sufrió hasta el final. Abandonó el cine (también por amor), pero su herida y su insatisfacción cada vez eran más grandes, hasta que murió demasiado pronto torturada y consumida por el alzheimer. Y por triste que sea, creo que nadie jamás hubiera logrado satisfacerla como ella deseó….

Rita Hayworth

Rita Hayworth

¿Y quién no recuerda a Bela Lugosi? El primer Drácula. Que por no querer perder su enorme fama y dar veracidad a su personaje, abusó de drogas varias hasta perder la cordura. Se convenció de que realmente era el Conde Drácula y acabó sólo, arruinado, adicto y tratando de morder a cualquiera que se le acercara. Incluso exigió en sus últimas voluntades que se le enterrara con la capa y el ataúd del personaje a quien tantas veces dio vida en la pantalla. Y así fue….

Bela Lugosi

Bela Lugosi

¿Y qué me dicen de de Fatty Arbuckle?, el de El gordo y el flaco, a quien en la cúspide de su éxito le acusan de violación y asesinato durante la celebración de una de sus locas fiestas que acabó con una chica muerta y un espinoso juicio donde él fue el único acusado. Finalmente se le declaró inocente (no hubo pruebas inculpatorias, pese al escándalo), pero el daño ante la opinión pública fue tan grande que no consiguió mantener su fama, ni tan siquiera logró que alguien le diera un trabajo menor en la industria. Murió alcoholizado y deprimido con menos de cincuenta años. Su compañero y amigo Buster Keaton decía que “la infamia y el descrédito lo mataron”. Pero el propio Keaton también murió joven, unos años después de Fatty a raíz de una añeja depresión ocasionada por un contrato muy desafortunado, que en su mejor momento se equivocó al firmar y le hundió profesionalmente. Sobrevivió con trabajos muy menores (como guionista de los hermanos Marx, o extra en ‘Sunset Bouleward‘…).  También cayó sin red en el alcohol hasta su ingrato y previsible final.

Fatty Arbuckle

Fatty Arbuckle

Tampoco podemos olvidar a Judy Garland, estrella infantil de la MGM, pareja de escenario de Mickey Rooney, nuestra heroína  de ‘El mago de Oz‘, madre de Liza Minelli, famosísima en su época e irrepetible cantante. Pues bien, fue manipulada e inflada desde los 12 años a somníferos y anfetas por la compañía (luego ella completó su panorama con drogas y alcohol) para no salirse de los tiránicos e inhumanos horarios de los planes de producción de sus películas. Fue otra muerte prematura, sólo con cuarenta y siete años aunque parecía una octogenaria, tras años de enorme sufrimiento, depresión y adicciones varias.

Judy Garland

Judy Garland

Y por no salir del sufrimiento, qué cinéfilo no recuerda a Montgomery Clift, uno de los actores más sólidos de la historia.  Complejo, con turbulencias y homosexualidad escondida pero latente. Fue siempre un ser atormentado a pesar de su fama, pero su destino cruel lo marcó el día que tuvo un grave accidente que le desfiguró su rostro, entre otras cosas, cuando salía de una fiesta en casa de su querida amiga Liz Taylor, durante el rodaje de ‘El árbol de la vida‘. Se reconstruyó su cara con un resultado mediocre, como puede apreciarse en sus últimas películas. Pero nadie pudo arreglar los restos de su alma naufragada, y se fue con cuarenta y cinco años torturado por sus sombras y acompañado de mucho alcohol ,amargura y drogas.

Montgomery Clift

Montgomery Clift

Y el eterno mito: Marylin. ¿Fue un suicidio o un asesinato? La autopsia dice que fue por sobredosis de barbitúricos administrados por vía rectal. Pero ¿qué pasó realmente?.  En los días previos parece que la visitó Robert Kennedy con quien había tenido relaciones… eso sí, después de tenerlas con su hermano JFK entre otros. Pero quién sabe… El caso es que arrastraba problemas desde su infancia muy disfuncional. Y aunque era una superestrella tenía problemas de autoestima, deseaba que la tomaran en serio como actriz (para lo que luchó muy duramente) y trataba de que no la encasillaran como un simple físico en contra de su intelecto. Pero la cuestión es que estuvo muy mal asesorada, por gente a la que admiraba y en la que confiaba ciegamente. Pero para ellos fue sólo la gallina de los huevos de oro a quien todos querían monopolizar… El problema fue siempre su inseguridad, su necesidad de agradar y su peligrosa adicción diaria a un complejo cóctel de fármacos y también alcohol.  Pero después de todo no sabemos si su muerte se debió a que sabía demasiado, a una negligencia de uno de sus médicos o realmente se suicidó… Ahí quedan las incógnitas todavía por contestar.

marilyn monroe

marilyn monroe

Lo de Sharon Tate fue distinto. La gran victima de la causalidad: muy muy embarazada y enamorada del controvertido director Roman Polansky, pasaba una tranquila velada con amigos en su casa de Cielo Drive, hasta que aparecieron una facción de los discípulos y del temible (y aún vivo, aunque entre rejas) Charles  Manson. Ella y los demás presentes no se mataron de frustración, fueron víctimas de una gran carnicería donde murieron asesinados por alguna clase de práctica ritual, en teoría por un tema relacionado macabra e ilógicamente con la lucha interracial. Al final, parece que no había nada en concreto contra ella. Pero en general… lo hubo todo. Murió salvajemente y con unas muestras de crueldad y sadismo espeluznantes recogidas en los archivos policiales de la época.

Sharon Tate

Sharon Tate

Su caso no se parece al de Natalie Wood, famosa desde su adolescencia, de madre dominante y obligada a trabajar desde niña y a obedecer sus exigencias abusivas (como les pasó a tantas de la época), reconocidísima sobre todo tras su ‘Esplendor en la Hierba‘, casada con Robert Wagner y con hijas deseadas y queridas. Pero su muerte fue como una broma macabra, que ni la policía ha logrado descifrar en todos sus muy bien guardados detalles. Parece que en ese momento se sentía decepcionada y frustrada en su matrimonio, además de alcoholizada desde hacía muchos años según abundantes testimonios tras su muerte (incluido Warren Beatty, uno de sus más fieles amantes y amigo real). Pues bien, una fatídica noche en su barco, donde estaban además del personal; ella, su marido Robert Wagner y Cristopher Walken, su oponente masculino en la última película que grabó (y con quien, según las malas lenguas, parecía vivir un idilio). Se cortaba la tensión en el interior del barco, y  completamente sola tras una acalorada discusión con Wagner, parece que tomó uno de los botes de apoyo de la embarcación para irse Dios sabe dónde… Y esto fue lo último que se supo de ella hasta que se encontró su flotante cadáver sin símbolos de violencia alguna. Se ahogó, obvio, ¿pero cómo?: fue por el alcohol (ya que como sostienen muchas voces, esa noche abusó de la bebida), o simplemente perdió el control del bote, o se desmayó por lo que fuera, o…

Natalie Wood

Natalie Wood

Nunca conoceremos el detalle exacto de los muchos secretos que han llevado a morir a demasiados de nuestros artistas. Estos a los que citamos, repito, son una ínfima y poco objetiva muestra de la enorme tragedia Hollywoodiense. Donde hoy día continúan las víctimas cada día de cada año.

Es tan metastásico el tema de los caídos por Hollywood o a causa de Hollywood, que lo único que se intenta es que pase lo más desapercibido posible. Ni los responsables de marketing y publicidad de los estudios, de antes y del presente, saben qué hacer, sólo intentan ocultar al máximo para que nada empañe el brillo de la industria del star system.

Y es comprensible, ya que todo el negocio se basa en que no se nos manche, ni se nos caiga, ni se nos mueran los superhéroes.
Ojalá ellos, los responsables (a los que no conocemos), nos hubieran explicado la importancia, el destino y la lucha de nuestros antihéroes, de los que se fueron de forma temprana o dramática y que sintieron que habían perdido su batalla. Ojalá nos explicaran que ellos son quienes completan el puzzle del todo en el concepto y la esencia cinematográfica. Ojalá, y sin presiones de marketing o de cierta moralidad social, nos dejaran amar lo que amamos pero sin tanto recorte, manipulación de las historias, ni secuestros  informativos….

Pero esto no va a suceder… Entonces nos queda abanderar la lucha de la memoria y seguir contando muy poco a poco, las miles de historias de antes y de ahora en nuestros próximos encuentros.

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2 comments

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  1. PATRICIO DONOSO 26 agosto, 2015 at 21:15 Responder

    Interesante artículo, pero me permito corregir dos cosas: Roscoe «Fatty» Arbuckle, no es el del «Gordo y el flaco» como se afirma, ya que ese Actor se llamaba Oliver Hardy. Y lo otro, es en relación a Buster Keaton. Es cierto que Arbuckle lo contrató y siguió siendo su amigo, pero Buster Keaton no murió joven sino que a los 70 años en 1966.

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