«El espía que me plantó es una película exagerada, histrionica y extrañamente violenta (para una cinta de comedia), que arrasa por completo con la parte del enredo o mascarada»

Una nueva versión de la vieja fórmula sobada, maltratada y manida del agente secreto fortuito, casual, a la que los americanos estaban enganchados en los 80. Pero en aquellos años, Eddy Murphy, era el rey de la comedia: podía gustar o no (para gusto los colores), pero el taquillazo estaba asegurado. El espía que me plantó es una película totalmente exagerada, descomunal, histrionica por los cuatro costados, extrañamente violenta (para una cinta de comedia) que arrasa por completo con la parte del enredo o mascarada (como ustedes prefieran).

Es el segundo largometraje de la realizadora Susanna Fogel, la misma que en el 2014 nos presentó una pequeña joya: Life Partners (2014), aquella cinta, con un guion ingenioso, bien conjuntada, y con grandes interpretaciones a cargo de Leighton Meester y Gillian Jacobs. Sin embargo, en El espía que me plantó, recurre a la química facilona entre Mila Kunis (El gran desmadre, 2017) y Kate McKinnon (Una noche fuera de control, 2017), acompañadas por Justin Theroux que recordaran perfectamente gracias a la serie televisiva The Leftovers (2014), Sam Heughan (Young Alexander the Great, 2010) y un cameo de Gillian Anderson, la inolvidable agente Dana Scully de Expediente X.

El guion funciona de la siguiente forma: Audrey (Mila Kunis), una cajera de un supermercado y su amiga Morgan (Kate McKinnon) caen en una trampa en un operativo pensado para el novio de Audrey, Drew (Justin Theroux) que trabaja para la CIA. Anteriormente (con los títulos de crédito) ya lo hemos visto en acción, atravesando paredes a puñetazos, cargándose a un montón de matones, y saltando desde un edificio sobre un camión, a lo Tom Cruise. Drew es asesinado a tiros ante la mirada atónita de Audrey, pero antes de morir, su novio le entrega un paquete para que lo lleve a una cafetería de Viena. Dicho y hecho. Las dos amigas vuelan a Viena y buscan el contacto en el local indicado. En el café de Viena todo el mundo se lía a tiros (unos con ametralladores, otros con pistolas, y el resto con cuchillos) y el público solo espera que, de un momento a otro aparezca, Jason Statham. Pero no, a uno de los matones lo ahogan en una fondie hirviendo. Ambas amigas escapan, y de Viena viajan a Praga, a Berln pasando por París´, donde contactan con un agente que también puede ser un traidor, les persigue una asesina rusa con rasgos de androide, y entonces… ¿A estas alturas nos va importar el guion? ¡Pues claro que no! Siguen los disparos por todas partes salpicando de sangre las paredes y, entre escena y escena, ponemos algunas persecuciones irrisorias, unos cuantos chistes baratos, y a nuestras heroínas intentando hacer que todo aquello parezca una comedia. Ya se pueden reír, pero contar un argumento como ese ha costado lo suyo.

En fin, para terminar, aunque estemos en pleno mes de Agosto, yo miraría un poco más la cartelera y elegiría otra película. Si deciden ver El espía que me plantó, ningún problema. Les aconsejo que vayan en grupo y compren palomitas. Eso sí: que nadie me venga con el cuento que es una parodia de aquellas películas de James Bond, que interpretaba Roger Moore. De eso nada de nada.

Sinopsis Audrey y Morgan son dos amigas que se ven involucradas en una conspiración internacional cuando una de ellas descubre que su ex-novio era en realidad un espía.
País Estados Unidos
Dirección Susanna Fogel
Guion Susanna Fogel y David Iserson
Música Tyler Bates
Fotografía Barry Peterson
Reparto Mila Kunis, Kate McKinnon, Sam Heughan, Justin Theroux, Gillian Anderson, Hasan Minhaj, Ivanna Sakhno, Ólafur Darri Ólafsson, Fred Melamed, Justine Wachsberger, Maria Z. Wilson
Género Comedia
Duración 116 min.
Título original The Spy Who Dumped Me
Estreno 17/08/2018