«El primer tercio de Rodin es de lo mejor, a parte de esas escenas finales. Por contra, todo el resto me ha parecido desangelado y falto de tensión y profundidad»
Tenemos ante nosotros una película dirigida por Jacques Doillon, director francés de amplia experiencia, aunque es posible que sea poco conocido entre nosotros. Pues bien, Jacques Doillon se ha propuesto presentarnos, en forma de biopic, su visión del artista August Rodin. Y August Rodin, conocido y reconocido aquí y allí, fue una figura que convivió con otros genios y genias de su tiempo. También, cómo no, con personajes relacionados directamente con el poder político, pues eran ellos quienes les encargaban algunas de sus obras. Por ejemplo, vemos en Rodin, ya sea en pantalla o mencionados durante el curso de la película, a Paul Cezanne, Victor Hugo, Claude Monet, Rilke y, muy especialmente, Camille Claudel, alumna y amante de Rodin. También vemos a Balzac convertido en estatua en ciernes, pues parte de la historia gravita alrededor de las circunstancias que concurrieron en el destino final de esta obra tan emblemática. Por cierto, lo mejor de la película son las escenas finales, en las que vemos el paraje en el que finalmente fue instalada dicha obra.
La vida de Rodin es de libro y de película, pues su carácter, su forma de trabajar en el taller, sus circunstancias vitales y su relación con las mujeres dan mucho juego. Sin embargo, durante el visionado de la película experimenté ciertas dudas acerca de la bondad de Rodin como producto artístico cinematográfico. Me refiero a una bondad que esté a la altura del personaje. A saber: el primer tercio de Rodin es de lo mejor, a parte de esas escenas finales que antes comenté. Por contra, todo el resto me ha parecido desangelado y faltado de tensión y profundidad. Rodin se pierde en detalles que no aportan nada, a la vez que la narración se desarticula con facilidad. Y es aquí en donde está el desangelamiento, del que acaso el guión o el escript sean la causa. Es decir, a la par que la figura del escultor lo ocupa casi todo, la conexión con los demás elementos que articulan el biopic parece faltada de estaño. Es decir, las soldaduras fallan, cosa que se percibe aún más gigantescamente en determinados tramos de la historia. Puedo decir que como espectador pasé del interés inicial al aburrimiento experimentado durante casi todo el resto del metraje.
Lo que puede salvar a Rodin es la actuación de Vincent Lindon, quien lo encarna con la eficacia con que nos tiene acostumbrados. También, cómo no, la de la actriz que personifica a Camille Claudel, su musa, alumna y amante. Estoy hablando de Izia Higelin, una actriz sobresaliente que conocemos por Un Amor de Verano (película del 2015 que en su día habíamos comentado y alabado en Cine en la Sombra).
Sinopsis Auguste Rodin conoce a Camille Claudel, una mujer joven desesperada por convertirse en su ayudante. Él rápidamente se da cuenta de su potencial y la trata como una igual en términos creativos. Después de más de una década de trabajo y de relación apasionada, Camille se separa de él, una separación de la que nunca se recuperará y de la que Rodin saldrá profundamente herido.
País Francia
Dirección Jacques Doillon
Guion Jacques Doillon
Música Philippe Sarde
Fotografía Christophe Beaucarne
Reparto Vincent Lindon, Izïa Higelin, Séverine Caneele, Edward Akrout, Olivia Baes, Patricia Mazuy, Magdalena Malina, Zina Esepciuc, Lea Jackson, Anthony Bajon
Género Drama
Duración 119 min.
Título original Rodin
Estreno 24/08/2018