La casa de verano (2018), de Valeria Bruni Tedeschi – Crítica

La casa de verano refleja la incomodidad existencial que provocan los vacíos humanos, especialmente los adornados por el terciopelo de la abundancia.

Desde luego, La casa de verano (Les Estivants) no será la película de Valeria Bruni Tedeschi en la que se fijarán los biógrafos de esta actriz y directora italiana, afincada en Francia, como paradigma de su filmografía. Ni como actriz, con títulos en su haber como Hotel de France (1987), dirigida por Patrice Chéreau, o la memorable Tickets (2005), bajo las órdenes del trío Abbas Kiarostami, Ken Loach y Ermanno Olmi. Ni tampoco como realizadora, tras su recurrente cinta Il est plus facile pour un chameau… (2003).

Este producción italo-francesa es una vuelta de tuerca más a la siempre recurrente decadencia de la clase media europea (especialmente dedicada a la francesa e italiana) y a los trastornos personales que alimenta la burguesía. Aunque Bruni Tedeschi no ‘meta el dedo en la llaga’ de este arquetipo social, sí apunta a los conflictos habituales de las gentes sin demasiadas necesidades económicas, ociosos de trabajo y que, como no puede ser de otra manera, se circunscriben casi inevitablemente a las relaciones de pareja y a los encuentros y desencuentros de la memoria con la niñez.

Era importante para mí ser capaz de mostrar cómo cada uno ignora de forma deliberada el ruido del mundo exterior, cómo pasa el tiempo, cómo la muerte acecha y cómo todos nos enfrentamos solos al misterio de la propia existencia”, argumenta Bruni Tedeschi sobre su último trabajo fílmico, quizás justificando así no haber abundado en la crítica social en favor de parcelas más intimistas.

Este producción italo-francesa es una vuelta de tuerca más a la siempre recurrente decadencia de la clase media europea y a los trastornos personales que alimenta la burguesía.

La directora, guionista (junto a Agnés de Sacy y Noémie Lvovky -además de la colaboración de Caroline Deruas-) y actriz principal, plantea la puesta en escena como una tragicomedia teatral en tres actos y un epílogo, envuelto por la sugerente música de Paolo Buonvino, y la cuidada fotografía de Jeanne Lapoirie.

En un intento de usar/mezclar la ironía gala sobre sus propios defectos con el histrionismo italiano, Bruni Tedeschi desaprovecha en favor de lo segundo un más que interesante elenco actoral con Pierra Arditi, Valeria Golino, Noémie Lvovky, Yolanda Moreau, Riccardo Scamarcio y, especialmente, el toque de la Comédie Française de Laurent Stocker y Bruno Raffaelli.

La casa de verano intenta adentrase en los entresijos de una historia personal, casi autobiográfica, que deja fuera un amplio abanico de matices que hubiesen enriquecido la trama. No obstante, deja sobre la pantalla reflejada la incomodidad existencial que provocan los vacíos humanos, especialmente los que tienen adornados por el terciopelo de la abundancia.


Sinopsis A una gran y hermosa casa de la Costa Azul, llega Anna con su hija para pasar unos días de descanso. Rodeada de su familia, sus amigos y sus empleados, Anna intenta como puede recuperarse de una ruptura reciente.
País Francia
Dirección Valeria Bruni Tedeschi
Guion Valeria Bruni Tedeschi, Caroline Deruas-Garrel, Noémie Lvovsky, Agnès de Sacy
Música Paolo Buonvino
Fotografía Jeanne Lapoirie
Reparto Valeria Bruni Tedeschi, Pierre Arditi, Valeria Golino, Noémie Lvovsky, Yolande Moreau, Laurent Stocker, Riccardo Scamarcio, Bruno Raffaelli, Marysa Borini
Género Drama
Duración 125 min.
Título original Les Estivants
Estreno 15/08/2019

Calificación6
6

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