Nihilismo y cine

Nido de hidalgos (Andréi Konchalovski, 1969)

«Gracias al nihilismo nos alejamos de un mundo falso, de felicidad comercial, con héroes de la telebasura adorados por la masa y esclavos convencidos de que las heridas que les provocan los grilletes merecen la pena si pueden disfrutar media hora al día de un poco de consumismo salvaje»

Este año se conmemorará el 200 aniversario del nacimiento de Iván Turguéniev, el autor que concibió el pensamiento nihilista. Su novela Padres e hijos presentó una ruptura total entre generaciones, la pérdida de confianza en todo lo conocido y el rechazo a un modelo caduco.

El cine no ha sido ajeno a este pensamiento y existen numerosos ejemplos de su desarrollo gracias al séptimo arte. Podríamos comenzar con una adaptación del fascinante cineasta ruso Andréi Konchalovski de otra obra de Turguéniev: Nido de hidalgos. No es tan representativa del nihilismo como Padres e hijos, pero la versión de Konchalovski recrea la esencia del escritor. Sus contrastes entre belleza y oscuridad, hermosos paisajes y mansiones frente a barro y nobles alcoholizados (escenas añadidas por el propio director que en muchos casos no son relatadas en la novela), convierten la película en una mirada profunda a la vida de Turguéniev y a su representación del amor como un sentimiento inalcanzable al que es mejor renunciar, aceptando la amargura que provoca lo que pudo ser y no fue.

Sin amor

Sin amor (Andrey Zvyagintsev, 2017)

Curiosamente, existen factores que conectan Nido de hidalgos con una película rusa reciente: Sin amor, de Andrey Zvyagintsev. No me refiero solo a los temas nihilistas que se tratan en ellas, sino a la creación misma de la obra de arte, ya que en ambos casos los autores han reconocido que grabaron escenas de la naturaleza sin saber para qué las iban a utilizar. Konchalovski rodó el sol atravesando las ramas de los árboles y Zvyagintsev, los árboles desnudos y cubiertos por la nieve. Fue un impulso. En el montaje, conforme la obra cobraba vida, descubrieron su lugar en la película. Esto nos demuestra que el arte no se deja dirigir. Por ello, creo que se equivocará mucho Zvyagintsev si utiliza su cine como un arma política. En estas obras sin esperanza, sin amor, encontramos algo mucho más valioso: una contemplación estética que nos conduce al conocimiento de nuestra esencia.

Además, frente a la concepción de filósofos como Nietzsche, que planteaba un nihilismo con solución, las obras tanto de Turguéniev como de Schopenhauer y Houellebecq, donde no existe ni un ápice de optimismo, permiten que el ser humano desarrolle su intelecto. Solo se puede crear arte si aceptamos la realidad.

Cobra verde

Cobra Verde (Werner Herzog, 1987)

De esta forma, cualquier persona sensata que comprenda al protagonista de Padres e hijos se siente atrapado en El fuego fatuo, de Malle, o en la más actual MR 73, de Marchal. Trata de encontrar en universidades y en los pocos libros que todavía resisten bajo las montañas de superventas triviales una esperanza, como el protagonista de Irrational man, antes de descubrir que ya ha sido atrapado por la Sumisión que profetizó Houellebecq. Se dice a sí mismo que no sucumbirá, repitiendo los discursos de Trainspotting y Uno de los nuestros, mientras continúa rodando la película serbia de Srdjan Spasojevic. Finalmente, cuando se mira al espejo y descubre que se ha quedado solo, intenta arrastrar un bote al mar, pero sabe que es imposible y que se hundirá junto al bandido Cobra Verde, aquel que interpretó Klaus Kinski en la gran obra de Herzog.

Puede parecer un futuro trágico, pero es honesto. Gracias al nihilismo nos alejamos de un mundo falso, de felicidad comercial, con héroes de la telebasura adorados por la masa y esclavos convencidos de que las heridas que les provocan los grilletes merecen la pena si pueden disfrutar media hora al día de un poco de consumismo salvaje. Gracias al nihilismo sigue existiendo el arte.

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Miguel Suárez

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra, articulista en diversos medios y autor de ensayos sobre cine y filosofía. También ha escrito y dirigido cortometrajes y producido piezas de videocreación. Actualmente coordina el Festival Internacional de Cine Fantástico HOA y programa la muestra 'Cine del Este' que se desarrolla en Pamplona.

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