José Val del Omar, director de cine e inventor, nació allá por el año 1904, en una España que bajo el reinado de Alfonso XIII entraría en una profunda crisis que desembocaría a la postre en la Guerra Civil.
La precaria situación política, económica y social del país contrasta frontalmente con su vertiente cultural. Dalí, Miró y Picasso en la pintura; Lorca, Alberti, Cernuda, Damaso Alonso y Pedro Salinas (generación del 27) en la literatura. Un panorama cultural excepcional que se truncó con la llegada de la Guerra Civil y la posterior dictadura.
José Val del Omar experimentó con la imagen, el sonido, el montaje y la estructura narrativa, e incluyó técnicas propias como el «desbordamiento apanorámico de la imagen» (la extensión de las proyecciones más allá del marco impuesto por la pantalla de la sala), la «visión táctil» o el «sonido diafónico» (sonido de »choque» entre espectador y espectáculo mediante altavoces situados en contracampo en la pantalla y en la zona trasera de la sala).
Su trabajo trasciende el cine para fusionar poesía, mística e imagen en movimiento.
Su obra más conocida es el llamado ‘Tríptico Elemental de España’, un conjunto de tres cortometrajes de algo más de 20 minutos cada uno, en los que vuelca toda su experiencia y aplica todas estas técnicas.
Las tres piezas que componen el tríptico son: ‘Aguaespejo granadino’ (1955), ‘Fuego en Castilla’ (1960), y ‘Acariño galaico’ (1961).