Las 10 mejores operas primas de los últimos 30 años

Spielberg, Nolan, Fincher, Wilder, Amenábar, Scorsese… Todos son directores que, con mayor o menor trayectoria, cuentan con el reconocimiento y alabanzas de gran parte del público. Pero llegar hasta películas como ‘Interstellar’, ‘Perdida’ o ‘El Lobo de Wall Street’DiCaprio, ¡el Oscar era tuyo!-; es fruto de un arduo trabajo que comienza en el momento en que un director decide realizar su primer filme. Su opera prima.

En esta lista repasaré las que, a mi parecer (y con ganas, pero no espacio, de haber incluido algunas más) son las óperas primas más importantes de los últimos 30 años. Algunos de sus directores han seguido demostrando su talento, otros no tanto…pero por estas obras siempre serán merecedores de mi respeto.


 

Tesis (Alejandro Amenábar, 1996)

Tesis

La primera vez que vi ‘Tesis’ tendría unos nueve años – como veréis no tenía mucho filtro en lo que a cine se refiere. Mi madre, muy atenta ella, me había contado el final como quien te cuenta el tiempo que va a hacer mañana, porque «¡Ay, ¿pero que tú no la viste conmigo?!». Pues no, mamá, no era yo. Pero tampoco me importó conocer cómo acababa, ni la primera ni la veinteava vez que la he visto: el disfrute, desasosiego y enganche que produce ‘Tesis’ es tal que saber el final es lo de menos. Hay que saborear cada secuencia (con sus pequeños fallos de director novel incluido), cada mirada, cada cosa que se dice y también las que no se dicen.

Meterse en la piel de Ángela y ser una estudiante más que realiza su tesis doctoral sobre la violencia audiovisual. Toparte con algo tan escabroso como el cine snuff. Investigar como investiga ella. Y sobre todo, sufrir como sufre ella. Una obra maestra del cine en general, por la que día a día doy gracias a Amenábar.


 

American Beauty (Sam Mendes, 1999)

American Beauty

«Aquí me tienen: cascándomela en la ducha. Para mí, el mejor momento del día. A partir de aquí todo va a peor». Estas son algunas de las palabras que el merecidamente oscarizado Kevin Spacey pronuncia al principio del filme mientras escuchamos de fondo esa melodía de Thomas Newman que tanto se clava en nuestro cerebro (¿o eso sólo me pasa a mí porque la estoy escuchando ahora mismo?)

A partir de ahí, el filme es un flujo continuo de escenas que pasaran a los anales de la historia del cine (sé que todos estáis imaginándoos a Mena Suvari cubierta de rosas) y de un derroche interpretativo mientras se nos narra la peculiar búsqueda de la felicidad de los tres miembros de la familia Burnham.

Buena banda sonora, genial montaje, enorme reparto, insuperable guión…y cinco estatuillas. No está mal, ¿no?


 

Love Actually (Richard Curtis, 2003)

Love Actually

¿Por qué tenemos siempre tan apartadas las películas de amor? ¡Digamos sí a la ñoñería bien hecha! ¡Digamos sí al helado, sofá y a manta! Digamos sí…a ‘Love Actually’.
Su inusual manera de entrelazar los personajes a través de sus diferentes historias y sobre todo su magnífico reparto – typical British, sí, pero nadie se atreverá a decir que ver un ratito Colin Firth o Emma Thompson no es algo en lo que todos podemos invertir nuestro tiempo) hacen de la primera obra para cine de Richard Curtis una delicia para todos los públicos.

Tiene gags que valen verdaderamente la pena, como los de las pruebas de luz para películas porno de Martin Freeman, los monólogos de Colin Firth a sabiendas de que su copiloto no le está entendiendo…y escenas de amor que pasarán a la historia de las mentes románticas como la mía. Porque, no nos engañemos, ¿a quién no se le ha enternecido el corazoncito al ver lo que hacía Rick de ‘The Walking Dead’ (Andrew Lincoln) antes de cazar zombies?


 

Hard Candy (David Slade, 2005)

Hard Candy

Esta es una de esas películas que es posible que tengan que verse dos veces para apreciarlas. La primera vez que la vi, hará cuatro o cinco años, me pareció tan infumable que realmente no recuerdo si la vi entera. Hace un par, me convencieron para darle una segunda oportunidad… ¡y menos mal!

Ellen Page interpreta a una encantadora adolescente que conoce por Internet a Jeff (Patrick Wilson), un fotógrafo de 30 años con el que queda para que le haga unas cuantas fotografías. Lo que al principio parece una inocente quedada, pronto se convierte en algo que va mucho más allá: Hayley (Page) sabe que Jeff ha llevado muchas más adolescentes a su casa de las que debería con propósitos muy poco correctos y está dispuesta a todo para que confiese. El primer paso, drogarle.

Y así se abre paso a poco más de una perturbadora hora y media repleta de tensión en la que al final no sabemos cómo reaccionar, de qué lado estamos y qué queremos hacer realmente con Ellen Page.


 

Sólo una noche (Last Night de Massy Tadjedin, 2010)

Sólo una noche

Vale, quizá no pase a la historia del cine como una de las mejores películas, pero tampoco lo pretende. Ni lo pretendo yo, que sólo hablo de óperas primas. Y la verdad que, como tal, y más teniendo en cuenta que está dirigida por una mujer y no es que haya muchas en el mundo de la dirección, me parece bastante aceptable su inclusión.

No tanto por el argumento de la película, que también, sino por todo lo que puede dar de sí a la hora de invitarte a reflexionar: un matrimonio (compuesto por Sam Worthington y Keira Knightley) tiene que separarse una noche por motivos del trabajo. Él se va de viaje con su atractiva compañera (Eva Mendes) mientras ella se queda en Nueva York y se encuentra, casualmente, a un antiguo amor (Guillaume Canet). Durante esa noche la confianza de la pareja será vital para la continuación de la relación.

Y es ahí donde empiezas a pensar qué harías si fueras cada uno de los personajes, si resistirías las tentaciones, adónde iría tu relación, si vale la pena seguirla o no…En definitiva, a replantearte la importancia de la confianza en tu pareja mientras te deleitas con la enorme química en pantalla de Knightley y Canet.
Casi, casi, consigue dejarte un mal cuerpo tan grande como ‘Blue Valentine‘ (Derek Cianfrance, 2010). Ahí es nada.


 

Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption de Frank Darabont, 1994)

cadena perpetua

A los serieadictos, quizá Darabont les suene por haber sido el showrunner de la serie de televisión ‘The Walking Dead’. A otros, quizá nos suene aún más por su estrecha relación con el escritor de novelas de terror Stephen King. Y es que, de los cuatro largometrajes que el señor Frank Darabont tiene a sus espaldas, tres son adaptaciones de novelas del genio de Maine.

Rita Hayworth y la ‘Redención de Shawshank’ (como se llama realmente la historia en la que se basa) cuenta la historia de Andy Dufresne, un inteligente banquero que acaba ingresando en prisión condenado a cadena perpetua tras ser acusado de matar a su esposa y al amante de esta. Podría seguir contando el argumento, pero la opera prima de Darabont para la gran pantalla es una cinta que habla por sí sola y toda sinopsis es poca para lo que puede transmitir en algo más de dos horas. Pensad en cualquier emoción que podáis sentir, poneos ‘Cadena Perpetua’ y sentidla. Así de sencillo.

No triunfó en los Oscar por ‘culpa’ de ‘Pulp Fiction‘ y ‘Forrest Gump‘ –cuyo actor principal, Tom Hanks, fue el primer elegido para protagonizar ‘Cadena Perpetua‘ -; pero Internet Movie DataBase la considera la mejor película de la historia con un 9’3. Y yo, también.


 

Quiéreme si te atreves (Jeux d’enfants de Yann Samuell, 2003)

quiereme si te atreves

No os dejéis llevar por la traducción del título y penséis que esta es otra película de amor al uso en la que vuelvo a reivindicar la importancia de los días de helado y sofá. Nada que ver. Nada en absoluto.

La cinta cuenta la historia de Sophie y Julien (interpretados por la adorable pareja en la vida real Marion Cotillard y Guillaume Canet), quienes entablan desde pequeños una original amistad basada en pasarse una pequeña caja de hojalata que le regaló a Julien su madre antes de morir, y que sirve como pretexto para dar permiso al que tiene la caja a retar al otro a hacer lo que se le ocurra en el momento. De pequeños, inocentes retos. De mayores…una muy compleja relación amor-odio. Tan compleja que, ya que gracias a las dos buenas actuaciones de los protagonistas, hace que llegues a enfadarte con los personajes y a querer meterte en pantalla para decirles cuatro cosas bien dichas.

Amor, hay. Odio, también. Rarezas, más. Y con ‘La vie en rose’ de Édith Piaf, que eso siempre ayuda a que una se le bajen los humos, al menos, hasta el final del filme.


 

American History X (Tony Kaye, 1998)

Edward Furlong y Edward Norton

Yo soy de esas personas que tienen en muy alta estima a la opera prima de este director británico que, sin duda, ejemplifica a la perfección el viejo refrán «cría fama y échate a dormir». Porque exactamente eso hizo, ya que sus otras tres películas han pasado sin pena ni gloria por las pantallas de cine. Pero ‘American History X‘, no.

Toca el recurrente tema del nazismo, sí, aunque en la era moderna y con el punto de partida de un trabajo escolar. Consigue, de principio a fin, que te metas en el papel de los dos personajes principales, empieces odiándolos, sigas casi entendiendo (aunque no compartiendo, no nos alarmemos) el porqué de sus actos y acabes admirándolos.

Simplemente por ver los flashbacks en blanco y negro con la sonrisita de orgullo y suficiencia del maravilloso Edward Norton con su esvástica en el pecho, vale la pena. La Academia también debió de pensar lo mismo y lo nominó a mejor actor.


 

El orfanato (Juan Antonio Bayona, 2007)

el orfanato

Que el (buen) terror y el cine patrio no están demasiado ligados es algo evidente. Sólo tenemos que revisar los estrenos de los últimos años para ver que otros géneros sí que se nos dan, pero lo nuestro no es el cine de terror. Sin embargo, cada cierto tiempo aparecen pequeños diamantes en bruto dispuestos a ser explotados al llegar a las salas del cine. Este es el caso de la ópera prima de Bayona, que contó con la gran acogida y excelentes críticas del público.

Con Belén Rueda a la cabeza y Guillermo del Toro como productor, la película narra la historia de una mujer que regresa al orfanato donde se crió para convertirlo en lugar para niños con Síndrome de Down. La acompañan su marido y su hijo adoptivo, Simón (Roger Príncep) un niño portador de VIH y de una gran imaginación que le lleva incluso a inventarse amigos. Como por ejemplo, Tomás, el niño de la bolsa en la cabeza que se ha convertido ya en un clásico del cine de terror.  Tanto es así, que ya es uno de los disfraces estrella en las fiestas de Halloween junto a otros viejos conocidos como Reagan de ‘El Exorcista’, Freddy Krueger o Michael Myers. Un buen personaje para una buena trama a la que no le hace falta recurrir a la sangre fácil para conseguir asustar.


 

Solo en casa (Home Alone de Chris Columbus, 1990)

Solo en casa

Si antes he dicho que el cine romántico suele quedar en el olvido a la hora de enumerar buenas películas, las comedias aún se quedan más olvidadas.
¿Qué esperamos de una comedia para poder considerarla ‘buena’? ¿Grandes interpretaciones, diálogos elaborados, perfecta fotografía? ¿O que nos haga reír? Ese es un debate en el que, al menos hoy, no voy a entrar.
Pero sí que me parecía buena idea cerrar esta lista con la que, según el Libro Guinness de los Record es la comedia de ‘acción real’ más taquillera de la historia. Taquillera y rentable, ya que invirtió 30 millones en su realización y recaudó 447 millones.

Nos guste o no, todos hemos visto alguna vez la opera prima de Columbus, ahora más conocido por ser el director de varias películas del joven mago Harry Potter. Y lo que es más, también nos hemos reído viendo cómo Joe Pesci y Daniel Stern lo pasaban francamente mal.

Así que por ser pionera en eso de dejarse al niño olvidado en casa, por ser una comedia, por habernos entretenido tantas Navidades y por haber otorgado una nominación al Globo de Oro al entonces pequeño Culkin…se merece un sitio en esta lista.

Y ahora, sólo me queda pedirles perdón y que se den por añadidas en esta lista, obras de estos últimos 30 años como Donnie Darko (Richard Kelly, 2001), Las ventajas de ser un marginado (Stephen Chbosky, 2012), Mi semana con Marilyn (Simon Curtis, 2011), Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000), El Bola (Achero Mañas, 2000), Azuloscurocasinegro (Daniel Sánchez Arévalo, 2006 )…y sobre todo Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992). Lo siento, ¡no hay espacio para tanto buen cine en un ranking de sólo 10 películas! Además, de algunas ya se ha hablado demasiado, así que esta era una buena ocasión para dar la oportunidad a otras quizá menos conocidas. Tarantino, yo sé que tú me entenderás.

Share this post

Silvia Martínez Gómez

Siempre había querido ser presentadora, así que me gradué en Periodismo en la Universidad Jaume I de Castellón, aunque barajé también empezar arte dramático, pues me encanta la interpretación. Mi pasión por el cine empezó de bien pequeña cuando mi abuela me enseñó una de las mayores joyas del cine para mí: Cantando bajo la lluvia. A partir de ahí mi relación con el séptimo arte fue a más. Veía cine, series, leía sobre cine y series, sobre actores, filmografías...¡lo que fuera! Los clásicos, el cine de terror y el romántico se convirtieron pronto en mis géneros de referencia...Y a día de hoy, a mis 23 añitos, quizá exceptuando gran parte del cine de acción, no le hago ascos a nada. ¿Será esto lo que llaman ser una cinéfila?

4 comments

Añade el tuyo
  1. KarmenBros 24 noviembre, 2014 at 02:11 Responder

    Me ha gustado mucho la página, aunque difiero de algunas listas, me parecen muy interesantes y ya encontrado un par de películas que me han gustado mucho 🙂

  2. Juan 5 marzo, 2015 at 21:36 Responder

    Dude. Hay muchísimas más y mejores óperas primas en el cine. No digo que no esté mal tu lista 🙂
    Sólo diré: Reservoir Dogs.

  3. Dr. Elliot 17 noviembre, 2016 at 18:23 Responder

    Muchas en el tintero, Reservoir Dogs, Sospechosos habituales, Amores perros, La noche del cazador…
    Tambien comentar que Solo en casa no es la opera prima de Chris Columbus, antes dirigió Aventuras en la gran ciudad y Heartbreak hotel.

Publica un nuevo comentario